Theresa May y el impuesto a las demencias
La primera ministra brit¨¢nica quiere que los ciudadanos paguen por la asistencia sociosanitaria que enfermos de alzh¨¦imer y otras patolog¨ªas invalidantes reciben a domicilio
Vivimos tiempos muy vol¨¢tiles en los que nada puede darse por seguro de antemano, y menos el apoyo electoral. Desde el Brexit, llevamos un a?o en el que las urnas no paran de vomitar resultados inesperados. Trump gan¨® por sorpresa, un advenedizo Macron se hizo en apenas unos meses con la presidencia de Francia, Manuel Valls perdi¨® estrepitosamente las primarias del socialismo franc¨¦s y Pedro S¨¢nchez acaba de ganar contra pron¨®stico y contra todo el aparato del PSOE unas primarias que le eran muy adversas. Ahora hay convocadas elecciones en Reino Unido y muchos han empezado a temblar. Hace un mes, Theresa May le sacaba 22 puntos en las encuestas a su rival laborista, Jeremy Corbyn. Pero el pasado d¨ªa 21 un escalofr¨ªo debi¨® recorrer su espalda cuando cuatro sondeos coincid¨ªan en un abrupto recorte de la diferencia. En el de YouGov ya solo les separaban nueve puntos: 44% para May, 35% para Corbyn y subiendo.
May ha convocado las elecciones para reforzarse antes del Brexit y, de paso, intentar comerse el espacio laborista dada la debilidad del liderazgo de Corbyn y la mala racha de la socialdemocracia en toda Europa. Los analistas y la propia May se han apresurado a atribuir este retroceso a un cap¨ªtulo del manifiesto electoral del partido conservador. Aquel que, con la excusa de hacer sostenibles a largo plazo las ayudas a la dependencia, introduce la obligaci¨®n de pagar por la asistencia sociosanitaria que los enfermos de alzh¨¦imer y otras patolog¨ªas invalidantes reciben a domicilio.
De acuerdo con este programa, tendr¨ªan que pagar todos aquellos enfermos que tengan bienes por valor de m¨¢s de 100.000 libras (114.000 euros), incluida la vivienda habitual. El Gobierno de Cameron ya hab¨ªa introducido un copago que deb¨ªa entrar en vigor en 2020, pero May pretende dar una nueva vuelta de tuerca en ¡°la corresponsabilidad¡± de los enfermos en el coste de la asistencia. Aunque la primera ministra se ha apresurado a decir que nadie tendr¨¢ que vender su casa en vida para pagar, queda claro que sus herederos s¨ª tendr¨ªan que hacerlo si quedara deuda por pagar.
En realidad, el programa tory tiene muchas otras medidas antisociales, pero esta tiene una caracter¨ªstica que la hace electoralmente explosiva: puede convertirse en el s¨ªmbolo del derribo del Estado de bienestar, ya muy maltrecho en Reino Unido por los sucesivos recortes y privatizaciones. La gota que colma el vaso. May contra el esp¨ªritu del 45, en referencia al documental del cineasta Ken Loach en el que explica c¨®mo las generaciones de j¨®venes soldados que volv¨ªan de la guerra en 1945 decidieron que no hab¨ªan dejado tantas vidas entre escombros y trincheras para que todo siguiera igual para las capas populares. Decidieron entonces crear un Estado social potente, con el National Health Service como columna vertebral. Corbyn ha bautizado la medida de May como el ¡°impuesto a la demencia¡±, estableciendo as¨ª un marco mental muy peligroso para la primera ministra: el de la gobernante fr¨ªa e impasible que no duda en penalizar la desgracia y castigar a los desvalidos.
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