Miguel Brieva: "Nuestra sociedad no tiene parang¨®n en cuanto a crueldad y violencia"
El historietista aborda en 'La aventura humana' (Reservoir Books) un "qui¨¦nes somos, de d¨®nde venimos, a d¨®nde vamos" en un imaginativo ejercicio de reflexi¨®n que invita tambi¨¦n a ella
La?especialidad de Miguel Brieva pasa por facturar una narrativa gr¨¢fica no exenta de humor que plantea, mediante ¨¢cidos universos paralelos, una llamada de atenci¨®n sobre la sociedad de consumo o la condici¨®n humana en el mundo moderno. En sus colaboraciones en EL PA?S, Rolling Stone o Diagonal, y en obras como Dinero o Memorias de la tierra, plasma, por un lado, su compromiso como autor ante el panorama sociopol¨ªtico y, por otro, sus propias inquietudes como individuo.
?C¨®mo se integra un proyecto compuesto de materiales preexistentes publicados en medios tan distintos?
Casi todos mis libros han sido mezclas de colaboraciones en distintos medios a los que he dado forma. Es como un puzzle cuyas piezas tienen que encajar, y el secreto para que esto ocurra es que, en el fondo, todas est¨¢n rondando las mismas preocupaciones: tratar de entender o de mostrar c¨®mo funcionamos.
Es casi inevitable utilizar el adjetivo conceptual para hablar de tu obra.
Si tuviera que definir de d¨®nde sale mi trabajo dir¨ªa que es un poco autoayuda, la necesidad de explicarme el mundo a m¨ª mismo. Traslado esa incertidumbre a los libros, confiando que algunas respuestas a esas inc¨®gnitas est¨¦n ah¨ª. Parten de una necesidad personal y luego acaban encontrando este formato enciclop¨¦dico.
"Mi trabajo surge un poco de la autoayuda, de la necesidad de explicarme el mundo a m¨ª mismo"
?Te ha preocupado alguna vez que ese esp¨ªritu anal¨ªtico pueda ser acusado de dogm¨¢tico?
Vivimos en un mundo tan dogm¨¢tico y dictatorial que, en el fondo, lo que hago es bastante naif. En ese sentido, creo que soy honesto. No aspiro ni a predicar desde ning¨²n pedestal acad¨¦mico ni desde ninguna objetividad. De lo que se habla en este libro es de algo delirante y hasta temerario, en el sentido que coge el formato de lo consensuado, de lo acad¨¦mico, y lo usa para darle la vuelta desde el prisma de una persona.
?Te has planteado la posibilidad de que tu f¨®rmula se agote?
Ahora hay una obsesi¨®n con la novedad, y es curioso porque todas las cosas realmente profundas ya se han formulado, la historia de la humanidad es muy larga. Como mucho, lo que vamos haciendo es reformular conceptos adaptados a la idiosincrasia de cada momento. Lo que s¨ª me preocupar¨ªa es que el contenido fuese repetitivo, que no hubiese nada nuevo.
?Hay en tu obra algo de desencanto?
Todo lo contrario. S¨ª creo que para entender el mundo hay que abrir los ojos y eso es algo doloroso, m¨¢s en una sociedad como la actual, que probablemente no tiene parang¨®n en cuanto a crueldad y violencia sist¨¦mica. Habr¨ªa que pensar hasta qu¨¦ punto nuestra sociedad y los medios desv¨ªan el foco sobre las cosas realmente importantes. Cuando lo ¨²nico que importa es pasarlo chupi y tener muchos likes, que te echen un jarro de agua fr¨ªa no mola nada. Pero para ser optimista y crear esperanza tienes que conocer el entorno que hay.
Unes el undergound americano con la tradici¨®n espa?ola del esperpento. ?C¨®mo sucedi¨® esta conexi¨®n?
El mundo ahora es una enorme coctelera. Vas a Albacete y hay un t¨ªo que te toca blues de la hostia o a Jap¨®n y hay uno tocando por buler¨ªas. Las influencias en el mundo global son una cosa muy loca. Yo soy una v¨ªctima o un beneficiario m¨¢s de esa mezcla.
?Estamos viviendo un momento de cambio o solo es la resaca de la ilusi¨®n de cambio?
Estamos en un momento de cambio impepinable, lo vamos a ver durante las pr¨®ximas dos o tres d¨¦cadas. Hemos entrado de nuevo en la historia, frente a esta fantas¨ªa de Francis Fukuyama del fin de la misma. Adem¨¢s, estamos modificando las condiciones de vida en el planeta, lo cual va a poner a la humanidad contra las cuerdas. Hay dos cambios: uno es el colapso de la sociedad occidental y del mundo global, y otro es el que se atisba en Espa?a, que es que nos anticipemos a ese cambio para que cuando vaya sucediendo seamos los que llevemos las riendas.
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