?Alabado sea el Se?or!
La religi¨®n repudia cualquier diversidad sexual que se salga del heteropatriarcado
Homosexuales, transexuales, promiscuos y cualquiera que ejerza su intenci¨®n de tener una vida sexual libre arder¨¢ en los infiernos. Al¨¦grense; seremos muchos los que nos encontraremos all¨ª.
De lo mejor que me ha pasado en la vida fue el d¨ªa que un vecino se present¨® para comunicarme que ¨¦l y toda su familia me retiraban el saludo "por sus profundas convicciones religiosas". Al parecer, me hab¨ªa escuchado en el descansillo criticar su antipat¨ªa y no estaba dispuesto a aguantarme ni una m¨¢s. Estaba harto de mis conversaciones "cargadas de expresiones soeces", de mis salidas nocturnas sin hombre que me acompa?ara "regresando a altas horas de la madrugada", escandalizado de mis amistades "incluido un marica" y por supuesto indignado por los gemidos salvajes que hab¨ªa escuchado P-E-R-F-E-C-T-A-M-E-N-T-E una noche cualquiera. As¨ª lo relat¨® en la piscina de la urbanizaci¨®n a los vecinos ¨¢vidos de detalles del jugoso espect¨¢culo. Alberto, si me est¨¢s leyendo, un saludo. Efectivamente, me parec¨ªas un antip¨¢tico, reconozco hablar de sexo sin pudor alguno y aderezarlo de todas las pollas y co?os que aparezcan. A mis amigos no les pregunto con qui¨¦n se acuestan y siento decirte que lo que escuchaste no fue un polvazo con dos maromos empotr¨¢ndome en el sal¨®n. Qu¨¦ m¨¢s me hubiera gustado... Olvid¨¦ ponerme los cascos para ver una secuencia de porno en la que justo ocurr¨ªa eso. Y claro, en agosto, con las ventanas abiertas... ?Bastante es que no me escuchaste corri¨¦ndome al masturbarme! Siempre me impresion¨® la caridad, permisividad y tolerancia cristianas. T¨², que cada domingo acudes a misa y te manifestaste en contra del matrimonio homosexual, ojal¨¢ desprecies tanto a los curas que abusan de menores.
Los valores judeocristianos est¨¢n perfectamente dise?ados para cimentarse en nuestra sociedad sin permitir ni la diversidad ni la libertad sexual de los individuos. El hombre debe tener sexo ¨²nica y exclusivamente con la mujer y, a ser posible, solo para traer hijos al mundo. Dios y solo Dios es el que puede determinar c¨®mo debe ser nuestra existencia y para ello dej¨® escritas las leyes bajo las que deb¨ªamos regirnos. Leyes, s¨ª. Ni ense?anzas ni sugerencias. 613 leyes, para ser exactos, que le fueron entregadas a Mois¨¦s para que nos pusiera al tanto. Normas de todo tipo, como que no se podr¨ªa tener otro Dios que no fuera ¨¦l y el control sobre las relaciones sexuales porque cuando tienes sexo, quedas impuro.? Considerado impureza todo lo que se salga de lo perfectamente perge?ado para controlarnos y someternos. Esto no lo digo yo, lo dice Javier Alonso, historiador, arque¨®logo, escritor y biblista que lleva d¨¦cadas estudiando los textos sagrados en hebreo, griego y lat¨ªn. Y adivinen por qu¨¦ se empe?aron en que Mar¨ªa, la madre de Jes¨²s, fuera virgen: "En realidad fue el primer vientre subrogado de la historia", dice sarc¨¢sticamente. "La explicaci¨®n de la virginidad est¨¢ en el evangelio de San Mateo. San Mateo insiste una y otra vez en que en Jes¨²s se cumplen todas las profec¨ªas relativas al Mes¨ªas aparecidas en el Antiguo Testamento y cita una del cap¨ªtulo VII de Isa¨ªas. Pero Mateo escribe en griego y traduce del hebreo de Isa¨ªas. El texto de Isa¨ªas dice alm¨¢, que significa "joven doncella" (????? ?????); esta palabra no alude a la virginidad sexual. Mateo, al traducir alm¨¢ elige la palabra parthenos, la misma de la que viene Parten¨®n, el templo de Atenea, que s¨ª era virgen." Y aqu¨ª se hicieron el l¨ªo y se empe?aron en que Mar¨ªa era virgen.
?Boum! Bomba de relojer¨ªa. Una mala traducci¨®n hizo que encontraran una burda excusa para convertir la virginidad en una virtud. Despu¨¦s de tantos a?os estudiando los textos sagrados en sus idiomas originales, Alonso reconoce creer cada vez menos en Dios. Pero no deja de investigar ni de escribir con la religi¨®n de por medio.
La iglesia cat¨®lica jam¨¢s ha contemplado la diversidad sexual. Si Juan? Pablo II azot¨® sin misericordia a todos los que se salieran de la norma, Benedicto XVI se la tuvo que comer doblada con el matrimonio homosexual, aunque no evit¨® visitar pa¨ªses en los que, como argument¨®, la familia estuviera en peligro.? De todos, el ¨²nico que ha demostrado cierta permisividad, no exenta de muchas cr¨ªticas por la ambig¨¹edad de sus palabras, ha sido Francisco I. Por primera vez un papa se plante¨® no juzgar a los homosexuales. En uno de sus viajes lleg¨® a decir que la iglesia deber¨ªa pedir perd¨®n por el trato que les hab¨ªa infringido.
Y jam¨¢s imaginamos a un hombre transexual por los pasillos del Vaticano, pero Diego Neira Lej¨¢rraga, autor de El despiste de Dios, fue recibido por Francisco I. Hasta aqu¨ª lo que se daba. Basta echar un vistazo a la hemeroteca para asistir espeluznados a c¨®mo ha sido la relaci¨®n entre sexo y religi¨®n: los numerosos casos de pederastia protagonizados por la curia, han llegado a justificarse hasta culpando a las v¨ªctimas. ?
Despu¨¦s de todo lo expuesto, solo puedo tener fe en Milo Manara. El ¨²nico capaz de unir sexo y religi¨®n sin que nadie salga perjudicado.
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