Completar la uni¨®n monetaria

La propuesta de reforma y profundizaci¨®n de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria (UEM) presentada por la Comisi¨®n Europea es una bien trabada relaci¨®n de ideas razonables que buscan lograr el apoyo, necesario, de Berl¨ªn y sus aliados de ortodoxia. Claro que la Uni¨®n tiene que caminar hacia un presupuesto com¨²n, porque esa es la v¨ªa para armonizar la pol¨ªtica econ¨®mica europea y evitar que, por ejemplo, exista un super¨¢vit fiscal en Alemania improductivo para la eurozona; o hacia la Uni¨®n Bancaria; o hacia la creaci¨®n de un Tesoro que emita eurobonos.

La UEM necesita un cambio de mentalidad, de gobierno y de m¨¦todos para defenderse mejor en la pr¨®xima crisis, como sostiene con buen criterio el Comisario Valdis Dombrovskis. De lo contrario, no sobrevivir¨¢. El problema no es la definici¨®n de lo que hay que hacer, conocido, sino del compromiso que se quiere y puede alcanzar. La versi¨®n alemana (y sat¨¦lites) de que antes de cualquier compromiso se requiere una reducci¨®n de la deuda y el d¨¦ficit no es m¨¢s que una coartada para evitar que se compartan riesgos y castigar a los pa¨ªses deudores. Es una visi¨®n punitiva de la econom¨ªa y no una prospectiva racional de lo que debe ser una Europa competitiva.

Aqu¨ª y ahora el problema es orquestar un acuerdo pol¨ªtico que permita avanzar por las v¨ªas se?aladas en el documento. Pero los obst¨¢culos son conocidos y temidos. De ah¨ª que se quiera suavizar la necesidad de los eurobonos (mutualizados), imprescindibles entre otras cosas para mantener inversiones p¨²blicas en zonas vulnerables y aumentar la convergencia econ¨®mica (que los pa¨ªses del Norte ven con recelo u hostilidad), mediante el suced¨¢neo de los Sovereign Bond Backed Securities (bonos no mutualizados). O el recurso a presentar decisiones a corto (antes de 2019) y largo plazo (2025); cualquier decisi¨®n europea ser¨¢ siempre a largo plazo, lo que hace m¨¢s imperativo aprovechar el efecto Macron y ponerse a trabajar ya en ella.