Todos contra Trump
La UE y el mundo deben unirse para aislar a EE UU y obligarle a rectificar su decisi¨®n de abandonar el acuerdo de Par¨ªs sobre el cambio clim¨¢tico
Fiel a su pol¨ªtica de ensimismamiento, Donald Trump ha decidido que Estados Unidos se desentienda del futuro del planeta. El abandono del Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico es una decisi¨®n irresponsable, contraria a la evidencia cient¨ªfica, cuyas consecuencias se har¨¢n sentir en todo el mundo, pero muy especialmente en el propio EE UU. El pa¨ªs que hist¨®ricamente m¨¢s ha contribuido al calentamiento global y que ahora mismo sigue siendo el segundo emisor de gases de efecto invernadero no puede aislarse del consenso planetario sin pagar por ello un alto precio. Trump ha de entender que si EE UU ignora los problemas del mundo, el mundo lo aislar¨¢.
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Los dem¨¢s pa¨ªses deben seguir adelante con las medidas acordadas. La retirada de EE UU afecta directa y gravemente a intereses clave de los europeos. Por eso la Uni¨®n Europea ha de asumir, con el concurso de China y cuantos m¨¢s pa¨ªses quieran sumarse, el liderazgo del Acuerdo de Par¨ªs y redoblar los esfuerzos por sacar adelante la agenda prevista. El cambio clim¨¢tico es ya una amenaza para la seguridad de todos. La evidencia cient¨ªfica no deja lugar a dudas. Los efectos del calentamiento global est¨¢n teniendo enormes costes y se incrementar¨¢n en los pr¨®ximos a?os con desarreglos clim¨¢ticos graves y migraciones masivas. Podemos y debemos evitarlo. La lucha contra el cambio clim¨¢tico se ha convertido adem¨¢s en una oportunidad econ¨®mica y de cambio tecnol¨®gico. Con su decisi¨®n, Estados Unidos se apea de una revoluci¨®n que ya es irreversible y que tiene como objetivo cambiar por completo el modelo productivo.
Ahora, lo prioritario es trabajar para que EE UU rectifique lo m¨¢s pronto posible. Demostrarle a Trump que est¨¢ solo y que lo ¨²nico que lograr¨¢ con decisiones como esta es debilitarle como potencia geoestrat¨¦gica y erosionar su econom¨ªa. Y hacerle ver que ni siquiera dispone del consenso necesario en su propio pa¨ªs. En estos momentos, 29 estados norteamericanos tienen aprobadas pol¨ªticas de reducci¨®n de emisiones y apoyo a las energ¨ªas renovables, entre ellos California, que por s¨ª sola ser¨ªa la sexta econom¨ªa mundial. Muchos de ellos ya han anunciado que no las van a cambiar.
Importantes sectores empresariales se han sumado tambi¨¦n a las voces que claman contra este grav¨ªsimo error. Cada vez hay m¨¢s empresarios que expresan su preocupaci¨®n por los efectos que para sus negocios puede tener la falta de preparaci¨®n, los prejuicios y la bravuconer¨ªa de una presidencia err¨¢tica que ignora todas las llamadas a la sensatez. Grandes empresas de la nueva econom¨ªa como Facebook, Google, Apple, Microsoft, pero tambi¨¦n de sectores tradicionales como Pepsi, Disney, Walmart o General Motors, y hasta algunos gigantes energ¨¦ticos como Exxon, General Electric o Chevron, han manifestado su oposici¨®n a la descabellada pol¨ªtica ambiental de Trump.
Desde Europa hemos de apoyar cuantas iniciativas internas contribuyan a la rectificaci¨®n. La diplomacia europea debe hacer notar a Trump que su decisi¨®n deteriora gravemente las relaciones transatl¨¢nticas y que eso va a tener consecuencias en todos los ¨®rdenes. Vivimos en un mundo globalizado en el que todos somos corresponsables de lo que nos ocurre. No podemos separar las cuestiones comerciales o econ¨®micas de las clim¨¢ticas. Y todas tienen repercusiones sobre la seguridad colectiva. Es sintom¨¢tico que Trump no se haya atrevido esta vez a justificar la retirada en base a las tesis negacionistas, que no reconocen la evidencia cient¨ªfica del cambio clim¨¢tico. Se ha limitado a decir que es un acuerdo lesivo y perjudicial para los intereses econ¨®micos de EE UU. Su pretensi¨®n de negociar un nuevo acuerdo m¨¢s favorable es del todo inaceptable. Ni Europa ni el resto de pa¨ªses deben prestarse a una renegociaci¨®n del Acuerdo de Par¨ªs. A diferencia de lo que ocurri¨® en 2001, cuando el presidente Bush decidi¨® retirarse del protocolo de Kioto, el mundo ha tomado conciencia de que estamos en una emergencia planetaria. Solo dos pa¨ªses ¨CNicaragua y Siria- hab¨ªan quedado fuera del consenso de Par¨ªs. Los norteamericanos deben entender que ya no estamos a tiempo de volver atr¨¢s. No podemos permitirnos ni dudas ni demoras. No es el mundo el que debe cambiar su agenda a conveniencia de EE UU. Es EE UU el que debe rectificar. Y con urgencia.
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