Muere a los 46 a?os David Delf¨ªn
El dise?ador ha fallecido tras enfrentarse a un c¨¢ncer el ¨²ltimo a?o
El dise?ador David Delf¨ªn ha fallecido este s¨¢bado a los 46 a?os de un c¨¢ncer que le fue diagnosticado en 2016 y que le llev¨® a pasar por quir¨®fano en abril de ese a?o para ser intervenido de un proceso tumoral en la cabeza. "Con gran dolor os comunicamos que David Delf¨ªn ha fallecido esta noche en su casa de Madrid rodeado de sus seres queridos", ha informado el entorno del dise?ador agradeciendo las muestras de cari?o y apoyo desde que se conociera su enfermedad. La capilla ardiente de David Delf¨ªn se instalar¨¢ este domingo en el Museo del Traje de Madrid.
A David Delf¨ªn (Ronda, 1970) le gustaba saberse un provocador. No de pol¨¦micas ¡ªque tambi¨¦n¡ª, sino, como prefer¨ªa precisar, de emociones. As¨ª, con sensibilidad e inteligencia, se convirti¨® en una de las personalidades m¨¢s carism¨¢ticas de la moda espa?ola desde que en 2002 debutase en la pasarela Cibeles con la soga literalmente al cuello. Aquella primera colecci¨®n, en la que las modelos luc¨ªan cuerdas y capuchas, forma parte ya de la historia del dise?o patrio, como tambi¨¦n el dise?ador, a quien el pasado noviembre le otorgaron el Premio Nacional de Dise?o de Moda. El creador andaluz revolucion¨® las reglas del juego de un sector que en aquel momento resultaba demasiado predecible, por no decir fosilizado.
Pero la historia de Diego David Dom¨ªnguez Gonz¨¢lez, como en realidad se llamaba el dise?ador, no puede resumirse en este gesto tan transgresor como medi¨¢tico. Incluso sus detractores deben reconocerle, al menos, dos logros extraordinarios dentro de una industria en crisis y falta de proyectos con identidad. El primero, haber conseguido que su marca, Davidelfin, sea una de las m¨¢s conocidas por el p¨²blico. El segundo, encontrar una voz propia y f¨¢cilmente reconocible gracias a su obsesi¨®n por los trampantojos ¡ªpantalones que parecen faldas, falsas solapas¡ª y la est¨¦tica sin g¨¦nero. A ratos atormentado y otros resplandeciente, amaba la paradoja e hizo de ella la piedra angular de su discurso. ¡°Me interesa la superficie de lo profundo y lo profundo de lo superficial¡±, repet¨ªa siempre.
Fue, adem¨¢s, un gran narrador y sus colecciones constituyen aut¨¦nticas met¨¢foras autobiogr¨¢ficas. A trav¨¦s de sus desfiles verit¨¦, David Delf¨ªn sublimaba sus muchas inquietudes: desde la colecci¨®n completamente blanca que present¨® hace dos a?os en honor al color de Alicia, su fallecida bull terrier, hasta el cambio de postura ante la vida que quiso simbolizar con Psoas, la propuesta que en 2015 bautiz¨® con el nombre del m¨²sculo que une tronco y piernas ¡ª¡°el responsable de mantenernos en pie¡±¡ª y que estaba plagada de elementos ortop¨¦dicos.
Aunque se psicoanalizaba, la pasarela fue su mejor terapia. Como si de un diario textil se tratase, el dise?ador volc¨® sobre ella sus luces y sombras. En febrero de 2014 reivindicaba en No one (literalmente no uno) el ¡°tr¨¢fico de influencias¡± que le hab¨ªa llevado a firmar a d¨²o aquel desfile con su hasta entonces pareja, el estilista Pelayo D¨ªaz. Cuatro a?os antes, las circunstancias exig¨ªan palabras mayores. Catarsis hac¨ªa referencia a la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica que atravesaba la marca.
Delf¨ªn hab¨ªa invertido todo su capital en los dos desfiles que entre 2009 y 2010 organiz¨® en Nueva York y que suscitaron un gran inter¨¦s. Tanto que Style.com, una de las webs de moda m¨¢s relevantes del mundo, decidi¨® retransmitirlos en directo. Pero a su vuelta a Madrid las arcas estaban vac¨ªas. Aunque no contaba con los recursos suficientes para confeccionar las prendas del desfile, nunca pens¨® en abandonar. Aseguraba que hubiese utilizado incluso las muestras de tejido que env¨ªan los proveedores. Finalmente, no fue necesario, pero lejos de renegar de estos t¨ªpicos retales cortados en sierra ¡ªs¨ªmbolo de sus estrecheces¡ª decidi¨® incluirlos como leitmotiv de su trabajo. Fue, ir¨®nicamente, una de sus propuestas m¨¢s coloristas.
As¨ª, con este alegre desfile se abr¨ªa una de las ¨¦pocas m¨¢s complejas para la firma que hab¨ªa construido junto a la modelo Bimba Bos¨¦, su alter ego cuya muerte le golpe¨® el pasado enero, y los hermanos Postigo: Gorka (arquitecto, fot¨®grafo y expareja de Delf¨ªn); Diego (realizador y expareja de Bos¨¦) y D¨¦borah (periodista). Su historia es la de una industria bipolar donde los grandes productores y distribuidores (Zara, Mango, Pronovias¡) caminan en direcci¨®n opuesta a sus creativos. En 2011, David Delfin se vio obligado a cerrar su ¨²nica boutique propia y dej¨® de producir su l¨ªnea de ropa. Y aunque en 2012 recibi¨® el premio L¡¯Oreal a la mejor colecci¨®n de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid la situaci¨®n no mejor¨®. Incluso decidi¨® renunciar a la cita madrile?a durante una temporada: la de septiembre de 2015.
Pero tirar la toalla nunca fue una opci¨®n para Delf¨ªn, ese chico que lleg¨® hace 25 a?os a Madrid dispuesto a convertirse en actor y que trabaj¨® de repartidor, camarero y dependiente antes de que una colecci¨®n de prendas militares ilustradas con su ya famosa tipograf¨ªa se vendiese como churros en el festival de Benicasim de 1999 y le abriese las puertas de la moda.
Como le gustaba decir, ¡°la creatividad se agarra a cualquier superficie¡±. Y por eso dise?¨® desde botellas de Coca-Cola hasta complementos para el ba?o. En 2013 firm¨® los uniformes de las azafatas de EL PA?S en Arco y de los azafatos de Los amantes pasajeros de Pedro Almod¨®var. Present¨® sus performances en el Guggenheim de Bilbao y expuso en la galer¨ªa Soledad Lorenzo. Adem¨¢s de realizar el vestuario de ballets como Chaper 10 (2009) y Nippon Koku (2014) de la Compa?¨ªa Nacional de Danza, un trabajo que le reportaba especial satisfacci¨®n. Entre un proyecto y otro, nunca abandon¨® las alfombras rojas, donde visti¨® a artistas como Eva Hache. ¡°La mayor parte de las grandes marcas internacionales viven de vender gafas, cosm¨¦ticos, pa?uelos. Si ellas, con las infraestructuras que tienen, no pueden sobrevivir exclusivamente del pr¨ºt-¨¤-porter, que se nos exija eso a los espa?oles¡¡±, se quejaba en una entrevista concedida a EL PA?S en abril de 2011.
El dise?ador David Delfin no daba puntada sin hilo: era tan certero con las palabras como con la aguja, e hizo de la pasarela el mejor veh¨ªculo de expresi¨®n para sus ideas. Aunque para entender qui¨¦n era en realidad hab¨ªa que bajar la vista unos cent¨ªmetros y contemplar su primera fila. All¨ª, demostrando una lealtad y una admiraci¨®n sin fisuras, se reun¨ªan cada seis meses sus amigos: Alaska, Mario Vaquerizo, Bibiana Fern¨¢ndez, Elena Benarroch, Javier C¨¢mara, Silvia Superstar, Soledad Lorenzo, su pareja el fot¨®grafo Pablo S¨¢ez y tantos otros que hac¨ªan de sus gradas las m¨¢s abarrotadas de la semana de la moda madrile?a y de sus presentaciones, una fiesta. Hoy deja en todos ellos, que tanto le amaron, un agujero imposible de remendar.
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