Hasta siempre, David Delf¨ªn
Nos deja David Delf¨ªn, el hombre que volvi¨® a hacer de la moda espa?ola un lugar excitante. As¨ª fue el ¨²ltimo encuentro del dise?ador con ICON. Siempre te echaremos de menos
En febrero de 2016, pocas semanas antes de que le fuera diagnosticada la grave enfermedad que finalmente ha acabado con su vida, David Delf¨ªn (Ronda, 1970) se mud¨® junto a su pareja, el fot¨®grafo Pablo S¨¢ez, a un piso en el centro de Madrid. En los meses siguientes, ambos se dedicaron a decorarlo y a distribuir en ¨¦l sus colecciones de objetos que reflejaban las pasiones est¨¦ticas y art¨ªsticas que compart¨ªan.
All¨ª, entre paredes pintadas de rosa intenso, muebles de dise?o y cer¨¢micas extravagantes, recibieron el pasado 15 de noviembre a ICON. El objetivo era realizar una entrevista cuya iniciativa hab¨ªa surgido de la propia pareja: quer¨ªan mostrar el hogar que hab¨ªan construido en com¨²n y ofrecer, en un a?o lleno de noticias graves y de reconocimientos (el Premio Nacional de Dise?o de Moda llegar¨ªa poco despu¨¦s), una mirada luminosa sobre su presente.
El objetivo era realizar una entrevista cuya iniciativa hab¨ªa surgido de la propia pareja: quer¨ªan mostrar el hogar que hab¨ªan construido en com¨²n
La entrevista se desarroll¨® en un clima de calma en el que Delf¨ªn encontraba las palabras precisas para hablar de los temas que siempre le hab¨ªan apasionado. Explicaba, por ejemplo, que cuando el artista Joseph Beuys (a quien dedic¨® varias colecciones) afirmaba que el arte es el capital, ¡°no quer¨ªa decir que el arte es capitalismo, sino que la creatividad es el capital que tenemos¡±.
El capital del dise?ador malague?o, a fin de cuentas, fue precisamente ese: su lucidez y una inquietud por los c¨®digos del arte contempor¨¢neo que, lamentablemente, no siempre casaba con las demandas del mercado. ¡°Para m¨ª, era algo m¨¢s conceptual que est¨¦tico. Hice aquellas cosas porque las cre¨ªa de verdad¡±, reflexionaba en la entrevista que apareci¨® publicada en ICON el pasado mes de diciembre. ¡°El tiempo pasa y aprendes a ver algunos de tus errores con m¨¢s cari?o. Tambi¨¦n aprendes otras cosas. Por ejemplo, que lo que vende no son los conceptos, sino las cosas bonitas. Hoy por hoy, me interesan m¨¢s las cosas bonitas que los conceptos¡±.
Su pasi¨®n iconoclasta se plasmaba en objetos aut¨¦nticos y falsos confundidos entre s¨ª en una promiscuidad est¨¦tica desbordante y luminosa. ¡°No me interesa la autenticidad, sino los estilos¡±, apuntaba. En cierto modo, recorrer la vivienda implicaba hacerlo tambi¨¦n por la biograf¨ªa de Delf¨ªn. Sus objetos m¨¢s apreciados eran los de mayor valor sentimental. Una l¨¢mpara de Sottsass le permit¨ªa recordar a quienes se la hab¨ªan regalado, los cineastas F¨¦lix Sabroso y Dunia Ayaso, esta ¨²ltima tristemente desaparecida en 2014. Su larga enfermedad estaba, en cierto modo, representada a trav¨¦s de los peluches que S¨¢ez le llevaba al hospital, o de los frascos de agua bendita en forma de v¨ªrgenes cat¨®licas que le tra¨ªan Mario Vaquerizo y Olvido Gara de sus viajes.
¡°El tiempo pasa y aprendes a ver algunos de tus errores con m¨¢s cari?o. Tambi¨¦n aprendes otras cosas. Por ejemplo, que lo que vende no son los conceptos, sino las cosas bonitas¡±
A fin de cuentas, al David Delf¨ªn con quien pasamos aquella ma?ana de noviembre le interesaban, adem¨¢s de las cosas bonitas y los estilos est¨¦ticos, las personas que le rodeaban. As¨ª visto, no resulta chocante su ilusi¨®n por mostrar una casa que, en sus palabras, representaba todo lo que hab¨ªa construido junto a Pablo S¨¢ez.
Tampoco extra?a que el ¨²ltimo proyecto de su firma fuese producir una serie de camisetas en homenaje a su amiga Bimba Bos¨¦, fallecida el pasado 23 enero. Pero aquello suceder¨ªa m¨¢s tarde, m¨¢s de dos meses despu¨¦s de esta entrevista en la que David Delf¨ªn quiso contar que, a pesar de una enfermedad devastadora, el ¨²ltimo a?o de su vida tambi¨¦n le hab¨ªa permitido afianzar su red afectiva ¨Cpareja, amigos, familia¨C y encapsularla en una casa pintada de rosa.
¡°Es el color que refleja el momento que vivimos, nuestra historia¡±, respondi¨® cuando le preguntamos por los motivos de esta elecci¨®n crom¨¢tica. No pod¨ªa ser de otro modo en un hombre, que, como buen profesional de la moda, siempre defendi¨® que el presente es el tiempo verbal m¨¢s adecuado para declinar la vida y sus batallas.
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