Las noticias intranscendentes
HE AQU? UNA NOTICIA de hace unos meses, sin la menor transcendencia. Ocupaba una columnita de este diario, no tuvo continuaci¨®n alguna y el titular rezaba, escandalosamente: ¡°Defensa tendr¨¢ que pagar 243 millones por 13 aviones que ya no quiere¡±. El texto no a?ad¨ªa demasiado, s¨ª lo suficiente para deducir que alguien hab¨ªa metido la pata hasta el fondo y que la broma nos iba a salir car¨ªsima. ¡°Espa?a deber¨¢ abonar 243 millones de penalizaci¨®n a la empresa Airbus si finalmente no compra los 27 aviones de transporte A400M que se comprometi¨® a adquirir, seg¨²n revel¨® ayer en el Congreso el Secretario de Estado de Defensa, Agust¨ªn Conde. Su antecesor en el cargo, Pedro Arg¨¹elles, pact¨® con el gigante aeron¨¢utico recibir 14 aparatos entre el a?o pasado y 2022 y postponer la recepci¨®n de los 13 restantes hasta 2025. Pero Defensa ya ha declarado estos 13 aviones como ¡°no operables¡± ¡ªes decir, innecesarios¡ª y ha aceptado pagar a Airbus 243 millones por la cancelaci¨®n de este pedido. La ¨²nica forma de evitar esta penalizaci¨®n es que Espa?a consiga vend¨¦rselos a otro pa¨ªs ¡¡± (A otro pa¨ªs idiota, se supone.)
Noticias de esta ¨ªndole aparecen cada dos por tres en la prensa, y, a diferencia de lo que ocurre con las relativas a la corrupci¨®n, que acaparan portadas y exhaustivos an¨¢lisis, nadie les otorga la menor importancia. Por supuesto, jam¨¢s nos enteramos de que se la haya cargado alguien por la ruinosa metedura de pata; de que haya perdido su puesto por ella; de que se lo haya obligado a reembolsar la cantidad que por su negligencia o mal c¨¢lculo hemos perdido todos. O por su frivolidad o megaloman¨ªa. ?Alguien ha pagado por la construcci¨®n-abandono de la llamada Ciudad de la Justicia en Madrid? De diez edificios proyectados se concluy¨® malamente uno, que lleva a?os inoperante y cay¨¦ndose a pedazos, y cuyas vigilancia y mantenimiento cuestan un dineral anualmente. ?Alguien ha sufrido las consecuencias de las in¨²tiles radiales que nadie usa, de los Palacios de las Artes o las Ciencias diseminados por nuestro territorio y carentes de actividad y contenidos, de los varios aeropuertos sin aviones y de tantos despilfarros m¨¢s? A?¨¢danse las incontables sumas compensatorias por errores o abusos cometidos, sean plusval¨ªas cobradas indebidamente por las ventas de pisos en las que el vendedor hab¨ªa perdido dinero, sean encarcelamientos injustificados o lo que ustedes quieran. Los cargos p¨²blicos derrochan a mansalva como si los fondos del erario ¡°no fueran de nadie¡±, seg¨²n dijo no recuerdo ya qu¨¦ pol¨ªtico, y luego se quejan de que las arcas est¨¢n vac¨ªas. Hay unos muy vagos c¨¢lculos de lo que a este pa¨ªs le han sustra¨ªdo los corruptos, los simples ladrones o los serviciales tesoreros que procuraban financiar a sus partidos. No creo que ni siquiera haya un vagu¨ªsimo c¨¢lculo de lo que cuestan las egolatr¨ªas improductivas, los proyectos superfluos, las infinitas meteduras de pata de nuestros representantes. E insisto: no parece que a ninguno se le pase factura, ni siquiera se lo destituya.
No es extra?o que las arcas est¨¦n vac¨ªas. Las han vaciado sus propios custodios, insensata o alevosamente, seg¨²n los casos.
No es extra?o que las arcas est¨¦n vac¨ªas. Las han vaciado sus propios custodios, insensata o alevosamente, seg¨²n los casos. Y esos custodios, transformados en recaudadores, prosiguen su saqueo de la poblaci¨®n a base de impuestos cada vez m¨¢s feroces (recu¨¦rdese que Rajoy llev¨® a cabo la mayor subida de la historia). Cambian las reglas a su antojo: lo que antes era legal ya no lo es; lo que antes era desgravable ha dejado de serlo, sin m¨¢s explicaci¨®n que el arbitrario criterio de los inspectores. Y si un contribuyente decide recurrir, es posible que se vea ¡°advertido¡± en forma de nuevas inspecciones y reclamaciones. Si uno se retrasa un solo d¨ªa en el pago, recibe multa y se le cobran intereses, mientras que el Estado en modo alguno se aplica el mismo rasero.
Llevamos m¨¢s de cinco a?os con un Gobierno al que los ciudadanos ya nunca perciben como una instituci¨®n que los protege y defiende, sino todo lo contrario: se ha convertido en un ente amenazante, que por principio considera a la poblaci¨®n defraudadora y enemiga, cuando los indeciblemente defraudados somos nosotros. ?Cu¨¢ntos son ya los cargos del PP que se han enriquecido a costa nuestra? ?Cu¨¢ntos los partidos que se han financiado de la misma manera? ?Cu¨¢ntas compras se han hecho de aviones ¡°no operables¡± por los que nos vemos penalizados? ?Cu¨¢ntos edificios, carreteras, estaciones ferroviarias, aeropuertos in¨²tiles se han construido? ?Cu¨¢ntos ¡°eventos¡± deficitarios se han celebrado a mayor pompa de presidentes auton¨®micos y alcaldes? ?Cu¨¢ntos festejos ¡°patronales¡± ¡ªel verano un hervidero de ellos¡ª con fines estrictamente demag¨®gicos en todas partes? ?Y qui¨¦n paga todo eso? ?Los responsables, los fr¨ªvolos, los derrochadores, los innumerables metepatas e ineptos? Nunca nos llega la noticia de que ninguno haya sido castigado ni destituido, ni siquiera reprendido. Esa impunidad s¨ª que es absoluta. No les quepa duda de que lo pagamos todo nosotros, y adem¨¢s varias veces.
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