Hablamos con el primer espa?ol por el que apuesta el editor de ¡®Juego de Tronos'
Emilio Bueso quiere conquistar la literatura fant¨¢stica con Transcrepuscular, su libro sobre un samur¨¢i castrado. Solo 1.000 ejemplares y edici¨®n coleccionista de lujo, con tinta de metales preciosos
?Los caracoles del jard¨ªn dieron la voz de alerta. Elevaron las r¨¢dulas hacia las estrellas y bramaron al un¨ªsono. Y as¨ª empez¨® todo?. Lo que viene luego: un samur¨¢i castrado se monta en una lib¨¦lula y emprende el vuelo, venablo en mano, a la caza de una serpiente de sombras con su propio jinete. Por la mente del lector, en esas primeras p¨¢ginas, brilla, en capitulares de ne¨®n lis¨¦rgico, una pregunta incontenible: ??Pero qu¨¦ co?o me he metido??.
La droga se llama Transcrepuscular?y se consume v¨ªa retinal. Explota en el cerebro y lo llena de im¨¢genes imposibles. De un mundo que no gira, como nuestra luna, con una cara abrasada y otra siempre en sombras; de humanos con moluscos adheridos a la cabeza que alteran su qu¨ªmica penetrando el cerebro con sus seud¨®podos; de una civilizaci¨®n perdida con tecnolog¨ªa a a?os luz de la presente; de un grupo de personajes, a cada cual m¨¢s paria y loco, en la busca de un tesoro robado¡ Y as¨ª, p¨¢gina tras p¨¢gina. Too much.
La droga tiene una paternidad doble. El chemy es Emilio Bueso, doble ganador del Premio Celsius de la Semana Negra de Gij¨®n, la distinci¨®n que se le da, a?o a a?o, a la mejor novela fant¨¢stica en castellano. Y el dealer es Alejo Cuervo, editor de Juego de tronos (perd¨®n, Canci¨®n de hielo y fuego), villano en la ficci¨®n en vi?etas de Cels Pi?ol (Fanhunter) como Papa Alejo, fenicio declarado, lector empedernido y editor rabiosamente independiente.
Ambos tienen un plan. Que ser autor friki en Espa?a (friki a mucha honra) tenga sentido econ¨®mico. Que un escritor como Bueso pueda dedicar un espacio temporal generoso a algo tan ambicioso y enloquecido como Transcrepuscular y las que siguen, Subsolar y Antisolar, una trilog¨ªa llamada Los ojos bizcos del sol y definida como una space opera de espada y brujer¨ªa biopunk. O whatever. Algo que necesita de un autor tiempo, reflexi¨®n y esfuerzo compatible a duras penas con la vida arrastrada del currito medio espa?ol, trabaje en lo que trabaje¡ª lo de Bueso es la ingenier¨ªa inform¨¢tica de sistemas, aunque tambi¨¦n el jiutjitsu, el submarinismo o los acuarios¡ª. La soluci¨®n, en tres palabras de Cuervo, se reduce a esta frase: modo fenicio extremo. 1.000 ejemplares de tirada de una edici¨®n coleccionista de lujo, con tinta de metales preciosos, portadas alternativas y mil pijadas m¨¢s. 200 a 42 pavos, firmados y numerados. 800 a 32, sin firmar y numerar. Falta la melange, pero todo se andar¨¢.
Emilio Bueso y Alejo Cuervo tienen un plan: que ser autor friki en Espa?a (friki a mucha honra) tenga sentido econ¨®mico
¡°?Por qu¨¦ hacemos toda esta pijada? Si lo quieres reducir a su m¨ªnima expresi¨®n: para recaudar m¨¢s con medios limitados¡±, explica Cuervo por tel¨¦fono. La versi¨®n larga es m¨¢s compleja y mucho m¨¢s interesante en sus matices. Todo empieza, como casi cualquier cosa en esta vida, por una cuesti¨®n de pasta: ¡°Las ventas del libro de g¨¦nero [fant¨¢stico] traducido han ca¨ªdo a 500 ejemplares. Eso est¨¢ volviendo m¨¢s interesante para las editoriales publicar espa?oles, porque los costes de traducci¨®n son una burrada para esas ventas. Consecuencia, una ebullici¨®n de editoriales como nunca hab¨ªamos visto mirando a lo que hacen los espa?oles¡±.
A la vez que pasa esto, resulta que hay una primera generaci¨®n de espa?oles que est¨¢n en igualdad de condiciones (literarias) para subirse al ring con los Stephen King, Brandon Sanderson o Patrick Rothfuss. Surgen nombres propios como los de Ismael Mart¨ªnez Biurrun, V¨ªctor Conde, Sof¨ªa Rhei, Guillem L¨®pez o el propio Emilio Bueso. La Espa?a friki se revela y rebela contra la Espa?a realista. ¡°El caso de Emilio es emblem¨¢tico. Hace dos, tres a?os, era pr¨¢cticamente desconocido. ?l y Guillem despu¨¦s de ¨¦l han sido los autores revelaci¨®n. Pero lo fuerte es que podemos hablar por primera vez de conceptos como ¡®autor revelaci¨®n¡¯, ¡®escena literaria¡¯, ¡®panorama editorial¡¯ dentro de la literatura de g¨¦nero en nuestro pa¨ªs. Es decir, tenemos un mercado en formaci¨®n. Y con autores de segunda generaci¨®n, que han mamado g¨¦nero desde la cuna, que no est¨¢n en condici¨®n de inferioridad [literaria] con el mercado original. Y eso est¨¢ pasando en toda Europa e incluso en todo el mundo¡±. Vamos, que desde Espa?a se puede crear un Star Wars igual que desde Polonia han creado un The Witcher.
?ltimo paso del razonamiento. Un autor se lleva, en un contrato est¨¢ndar, un 10% del precio de portada. Si lo suyo es el g¨¦nero fant¨¢stico, vender¨¢, con suerte, unos 500 ejemplares. Si el libro tiene un precio medio eso significa que oscilar¨¢ entre 15 y 20 euros. Al bolsillo, 1.000 pavos. Por uno o varios a?os de trabajo en un original. Las cuentas no salen. Para nadie.
Alejo, sin embargo, ha pagado a Bueso 5.000 de adelanto por novela de su trilog¨ªa. El milagro es posible adoptando una estrategia inversa a la de apuntar al mercado de masas. Se va al friki con pasta o con ganas de gastar la poca que tiene en su afici¨®n. Se le ofrece un objeto de culto. ¡°Existe un mercado, pero es un mercado muy limitado. Un se?or con una carrera en alza como Emilio todos sabemos las ventas que tiene garantizadas: 1.000 ejemplares. ?Qu¨¦ adelantos te paga Planeta o Random por una novela de g¨¦nero como espa?ol? Si te pagan 2.000 euros, ya has tenido suerte. Pero todo lo que va a rascar son esos pu?eteros 2.000 euros. Mi idea, de fenicio extremo, es: ¡®?Emilio tiene 1.000 lectores? Vamos a exprimirlos¡±.
Es una idea que Cuervo reconoce exportada de Estados Unidos. Funciona para mantener la carrera de autores de gran calidad literaria pero ventas flojeras. Edici¨®n de lujo y limitada. Y quien quiera, que pague. El caso es que con Bueso est¨¢ funcionando. La tirada de la edici¨®n m¨¢s cara en preventa ya se ha agotado. Y hay previstas ediciones m¨¢s econ¨®micas en ebook y omnib¨²s (las tres novelas en un tomo). Pero la pija se agotar¨¢ y no se reimprimir¨¢. ¡°El ¨¦xito de la colecci¨®n [porque vendr¨¢n m¨¢s tras Bueso] se medir¨¢ por las pujas en Ebay¡±, bromea a medias Cuervo.
¡°?Y de la novela, me vas a preguntar algo?¡±, dice Bueso tras media hora de charla sobre este apasionante contexto editorial y comercial, que, reconoce, se ha comido un poco en la comunicaci¨®n de la aventura el hecho en s¨ª: Transcrepuscular. La droga. Mucha tela que cortar para pocos p¨¢rrafos.
Por empezar por alguna parte, preguntamos por el mundo. Y esto nos dice Bueso: ¡°El worldbuilding que hay en el fant¨¢stico, es siempre¡ ?Te fijas en lo que hacen Tolkien, Sapkowski o Sanderson? Te pillan la ambientaci¨®n medieval y te la mezclan con mitolog¨ªa polaca o brit¨¢nica. ?Eso es un worldbuilding? No. Def¨ªneme la mec¨¢nica celeste, def¨ªneme el ciclo del nitr¨®geno el del carbono y dime c¨®mo estamos orbitando alrededor de la estrella. El worldbuilding se ha planteado siempre mal porque los autores se han limitado a medievalizar la construcci¨®n del mundo. Te cargas la pl¨¢stica del paisaje. Apartas el fant¨¢stico. Saltan con una sola pierna. Se repiten como el ajoaceite¡±.
"Transcrepuscular es, en muchos sentidos, una pintura literaria. ?leos de pesadilla que cobran vida en la mente e invocan estampas sobrecogedoras"
Luego nos dice esto: ¡°Mi planteamiento fue: voy a hacer algo que desde un entorno completamente alien¨ªgena te plantee coordenadas que t¨² puedas identificar como de corte pseudomedieval. En lugar de definir desde la novela hist¨®rica, el medievo, ir deriv¨¢ndote al fant¨¢stico, lo hago justo al rev¨¦s. Desde la fantas¨ªa m¨¢s descerebrada vamos poniendo los pies en el suelo. Todo est¨¢ planteado para subvertir los cimientos de todo esto [la literatura fant¨¢stica]¡±. Ese poner los pies en el suelo implic¨® horas y horas y horas leyendo sobre mec¨¢nica celeste en universidades para esculpir con detalle enfermizo los qu¨¦s, c¨®mos y porqu¨¦s de su mundo. ¡°Anclemos un planetoide en una ¨®rbita celeste de acoplamiento de marea, para que su eje no rote. Como el planeta no rota, tenemos un hemisferio subsolar, uno antisolar y el ¨¢rea frontera transcrepuscular. Los t¨ªtulos de los tres libros. Next. El planteamiento ha sido como un proyecto de ingenier¨ªa. Me planteo primero la geodin¨¢mica, la f¨ªsica y los ecosistemas para llegar luego a las im¨¢genes¡±.
Y vaya im¨¢genes. Transcrepuscular es, en muchos sentidos, una pintura literaria. ?leos de pesadilla que cobran vida en la mente e invocan estampas sobrecogedoras. Como muestra, el bot¨®n de ese arranque, esa persecuci¨®n enloquecida por los cielos que acaba con descripciones aplastantes: ?Nuestra carrera enterr¨® el sol bajo el horizonte una ¨²ltima vez, tras un t¨ªmido y breve amanecer. As¨ª fue, de un quebranto, que anocheci¨® como solo anochece cuando te adentras en el Agujero del Mundo: vi pasar el ¨²ltimo monolito, y cruzamos otra fase implacable del terminador, una de las l¨ªneas divisorias que definen los l¨ªmites de las luces que conoce la humanidad. Sent¨ª de golpe y porrazo que nos zambull¨ªamos en un estanque congelado. La lib¨¦lula apenas consegu¨ªa aletear, y a m¨ª me dol¨ªa al respirar. Los bandazos de la tormenta de granizo y escarcha nos barr¨ªan a un lado y otro de la trayectoria que, en balde, trat¨¢bamos de mantener. A oscuras?.
La fascinaci¨®n la completa el personaje principal. Un samur¨¢i castrado que subvierte y encarna a la vez el ciclo del h¨¦roe, la base de toda la literatura fant¨¢stica (y de Star Wars) que defini¨® en sus fases magistralmente John Campbell, y que la literatura fant¨¢stica contempor¨¢nea (parte de ella) quieren dinamitar. ¡°Necesitaba un protagonista hier¨¢tico, est¨¢tico y distante. Pens¨¦, samur¨¢i castrado [se r¨ªe]. Un t¨¦mpano. Alguien primario, sencillo. Alguien que me contuviera para no desbarrarme con los ep¨ªtetos, retru¨¦canos y circunloquios. Me dije: ¡®Emilio, pon voz de castrado¡±. Pero esa voz se ir¨¢ calentando en las dos partes que quedan por lanzar de la trilog¨ªa. Porque en el mundo de Bueso perder las pelotas puede ser transitorio. Lo mismo y al rev¨¦s es lo que esperan Bueso y Cuervo de su aventura editorial extrema. No perderlas en el proceso. Porque en este, el nuestro, no vuelven a crecer.
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