C¨®mo hacer que el c¨¢ncer no sea mortal
Los expertos reunidos en el mayor congreso de oncolog¨ªa del mundo creen que las combinaciones de f¨¢rmacos pueden detener el progreso de la enfermedad
En los a?os 60, buena parte de la comunidad m¨¦dica consideraba una aberraci¨®n tratar a los enfermos de c¨¢ncer con quimioterapia. Las combinaciones de productos qu¨ªmicos extremadamente t¨®xicos basaban su efectividad en una de las diferencias entre las c¨¦lulas cancerosas y las sanas. Las primeras se duplican con mayor rapidez y eso las hace m¨¢s vulnerables a algunos venenos como el cisplatino o el gas mostaza. Cuando a¨²n no se conoc¨ªa su efectividad, los tremendos efectos secundarios de aquellos tratamientos parec¨ªan para muchos solo una forma de hacer m¨¢s miserables los ¨²ltimos d¨ªas de unos enfermos sin esperanza.
Medio siglo despu¨¦s, aquellos c¨®cteles de medicamentos se consideran el primer cambio de paradigma en la b¨²squeda de una cura para el c¨¢ncer. El ¨¦xito fue limitado, pero algunos tumores que antes eran una condena a muerte dejaron de serlo. Hoy, muchos de los pacientes de leucemia o linfoma de aquellos a?os, los primeros tipos de tumor en los que funcionaron las quimioterapias, siguen vivos.
La semana pasada, en la reuni¨®n anual de la Sociedad Americana de Oncolog¨ªa Cl¨ªnica (ASCO) en Chicago, se presentaron los resultados de un estudio con 23.600 supervivientes de c¨¢ncer infantil que muestran la cara m¨¢s optimista de la guerra contra el c¨¢ncer. En los a?os 70, con los primeros tratamientos disponibles sobreviv¨ªa el 58% de los ni?os diagnosticados. En la actualidad, cinco a?os despu¨¦s del diagn¨®stico el 84% de los pacientes siguen vivos y los efectos secundarios con los nuevos tratamientos son mucho menores.
La quimioterapia, las terapias dirigidas y la inmunoterapia son los tres grandes saltos en la lucha contra el c¨¢ncer
En la reuni¨®n de la ASCO de este a?o, que ha tenido lugar entre el 2 y el 6 de junio, han participado alrededor de 38.000 personas que trabajan en los distintos frentes de la lucha contra el c¨¢ncer. Muchos de ellos coinciden en que en esta edici¨®n no se ha presentado ning¨²n avance que vaya a cambiar la forma de afrontar la enfermedad, pero tambi¨¦n se respiraba cierto optimismo sobre las posibilidades de convertir muchos tipos de c¨¢ncer en enfermedades cr¨®nicas. La idea consiste en lograr combinaciones de f¨¢rmacos que detengan el progreso de la enfermedad, de un modo parecido a lo que se hace con el VIH. Para conseguirlo, se deber¨¢n combinar los beneficios de la quimioterapia con los que aportan otros dos tipos de f¨¢rmacos que supusieron el segundo y el tercer gran salto en los medicamentos contra el c¨¢ncer: las terapias dirigidas y las inmunoterapias.
Un ejemplo de los ¨¦xitos de las terapias dirigidas es el trastuzumab, un f¨¢rmaco dise?ado para combatir los tumores de mama con la variaci¨®n HER2, un cuarto del total. El medicamento, como si fuese una pieza de rompecabezas que encaja con la prote¨ªna que quiere anular, bloquea la actividad excesiva de este gen, relacionada con el desarrollo de varios tipos de tumores. A diferencia de la quimioterapia, que da?a mucho a todas las c¨¦lulas aunque un poco m¨¢s a las cancerosas, este f¨¢rmaco act¨²a espec¨ªficamente contra su objetivo y es mucho menos t¨®xico.
En uno de los estudios presentados en ASCO, se trat¨® de comparar la efectividad de la combinaci¨®n de un tratamiento con trastuzumab y quimioterapia, el habitual ahora, con otro que adem¨¢s a?ad¨ªa otro f¨¢rmaco dirigido, el pertuzumab, como el anterior, comercializado por Roche. En un estudio internacional bautizado como Aphinity, se observ¨® que, despu¨¦s de tres a?os de seguimiento, el 94,1% de las mujeres tratadas con la combinaci¨®n que agrega pertuzumab no hab¨ªa sufrido una reca¨ªda frente al 93,2% de las que solo tomaron trastuzumab y quimioterapia. Adem¨¢s, seg¨²n comentaba Josep Baselga, director m¨¦dico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center y l¨ªder del trabajo, se aument¨® casi un 20% el tiempo en que las mujeres tardan en recaer.
En los 70, un 58% de los ni?os diagnosticados con c¨¢ncer sobreviv¨ªa al menos cinco a?os. Hoy la cifra llega al 84%
El porcentaje de incremento en el n¨²mero de pacientes que no recae en su enfermedad es peque?o, pero seg¨²n comenta Javier Cort¨¦s, investigador del Hospital Universitario Ram¨®n y Cajal, de Madrid, que tambi¨¦n ha colaborado en el estudio, esa mejora se produce sin agregar toxicidad. Miguel Mart¨ªn, presidente del Grupo Espa?ol de Investigaci¨®n del C¨¢ncer de Mama (GEICAM) y de la? Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica (SEOM) a?ade al valor humano y social el econ¨®mico. ¡°El coste para el Estado de la reca¨ªda de una de estas pacientes puede estar en los 300.000 o los 400.000 euros¡±, afirma.
El conocimiento sobre la biolog¨ªa del c¨¢ncer ha descubierto la diversidad inmensa de esta dolencia. Como recuerda Mart¨ªn, ¡°el c¨¢ncer no es una enfermedad sino muchas¡±. Ese avance ha compartimentado el tratamiento de la dolencia no solo por ¨®rganos , sino por las variantes gen¨¦ticas que determinan su forma de acci¨®n o la posibilidad de atacarla a trav¨¦s del propio sistema inmune del enfermo. ¡°Necesitamos entender qu¨¦ pacientes se benefician de cada tratamiento y cu¨¢les no¡±, plantea Cort¨¦s. Para lograrlo, uno de los campos en los que se est¨¢ avanzando es el de los biomarcadores para agrupar a los pacientes por su tipo de c¨¢ncer y por sus probabilidades de responder a un tratamiento concreto.
Tambi¨¦n se quieren llevar los tratamientos que muestran su eficacia en fases m¨¢s avanzadas de la enfermedad a los momentos en que a¨²n no est¨¢ tan extendida. La investigaci¨®n sobre el c¨¢ncer se suele centrar en estas ¨²ltimas etapas porque hay m¨¢s que ganar y menos que perder. Los f¨¢rmacos antitumorales tienen efectos secundarios importantes y es arriesgado d¨¢rselos a personas en una situaci¨®n que a¨²n no es desesperada.
Como en los ¨²ltimos a?os, en ASCO [al que EL PA?S acudi¨® invitado por Roche] se present¨® una gran cantidad de estudios sobre f¨¢rmacos de inmunoterapia, el tercer gran cambio de paradigma en los tratamientos oncol¨®gicos. Este enfoque trata de ayudar a que el sistema inmune supere los trucos de las c¨¦lulas cancerosas para no aparecer en su radar y evitar el ataque de los linfocitos. Algunas de las primeras terapias de ese tipo mostraron una gran efectividad para un peque?o grupo de pacientes en un peque?o grupo de tumores.
El precio de los f¨¢rmacos contra el c¨¢ncer hace que ya se hable de toxicidad financiera
¡°Hace tres a?os la inmunooncolog¨ªa se ve¨ªa como una posibilidad para pocos pacientes y pocos tumores, pero estamos ampliando el espectro¡±, apunta Jos¨¦ Cabrera, director m¨¦dico de la farmac¨¦utica Brystol Myers Squibb, pionera en este campo. ¡°A lo que vamos es hacia la combinaci¨®n de f¨¢rmacos inmunooncol¨®gicos para que al final el c¨¢ncer sea una enfermedad cr¨®nica¡±, a?ade. Estas combinaciones podr¨ªan consistir, por ejemplo, en un f¨¢rmaco que atraiga a los linfocitos hacia c¨¦lulas de c¨¢ncer que hab¨ªan pasado desapercibidas y otro que anule el sistema antilinfocitos que pondr¨ªa en funcionamiento la c¨¦lula tumoral al verse atacada.
En el camino hacia la cronificaci¨®n del c¨¢ncer, adem¨¢s de avanzar en la individualizaci¨®n de los tratamientos seg¨²n la particularidad de cada tipo de tumor, ser¨¢ necesario el desarrollo de marcadores para personalizar los c¨®cteles adecuados para cada caso. Pero estas medicinas, unidas a la cirug¨ªa y la radioterapia, pueden no ser suficientes para ganar la guerra contra el c¨¢ncer.
La gran cantidad de f¨¢rmacos personalizados ha mejorado la supervivencia de muchos enfermos, pero tambi¨¦n ha supuesto un incremento de los costes que amenaza con volver insostenibles los sistemas de salud. En ASCO, la sociedad americana de oncolog¨ªa cl¨ªnica y la europea, ESMO, presentaron una ponencia conjunta en la que mostraron sus esfuerzos para evaluar qu¨¦ f¨¢rmacos merecen el precio que se paga por ellos y cu¨¢les no. All¨ª se ofrecieron datos que indican que de los medicamentos para tumores s¨®lidos aprobados en EEUU entre 2002 y 2014 solo el 42% alcanzaron los est¨¢ndares m¨ªnimos de eficacia propuestos por la ASCO. Adem¨¢s, en muchas ocasiones no existe una relaci¨®n entre el precio pagado por un f¨¢rmaco y su valor para el paciente en forma de supervivencia o bienestar.
Muchos de los asistentes consideraban que este ser¨¢ uno de los grandes debates en torno a los tratamientos contra el c¨¢ncer de los pr¨®ximos a?os. En EEUU, algunos pacientes se endeudan pagando de su bolsillo los nuevos medicamentos contra el c¨¢ncer. En Europa, no sucede lo mismo, pero la carga la asume el Estado. Aunque las nuevas drogas son mucho m¨¢s seguras que las viejas quimioterapias ya se habla de una nueva toxicidad: la financiera.
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