El PP emula a Fillon
El caso es buscar un blindaje efectivo de sus verg¨¹enzas sin que importe si para ello se debilitan instituciones clave de la democracia
El PP ya ha recibido dos avisos: el primero, a trav¨¦s de la decreciente intenci¨®n de voto a su favor; el segundo, en el ¨²ltimo bar¨®metro del CIS en el que vuelve a dispararse la inquietud ciudadana por la corrupci¨®n. Este ¨²ltimo le apunta adem¨¢s de forma directa. Salvo alg¨²n caso en Catalu?a, todos los esc¨¢ndalos se centran sobre los suyos. O sea, que ya no preocupa la corrupci¨®n en abstracto, sino la asociada a este partido. Con todo, lo m¨¢s alarmante no es solo que hayamos tenido conocimiento de esta retah¨ªla de nuevos esc¨¢ndalos; lo verdaderamente preocupante es que para tratar de pararlo haya instrumentalizado a algunas instituciones clave del Estado de derecho, como la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, o el nombrar a jueces afines en puestos claves de la judicatura encargados de conocer de este tipo de delitos. Con raz¨®n nos ha tirado de las orejas el Consejo de Europa se?alando que en Espa?a no hace lo suficiente para garantizar la independencia judicial.
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No contento con esto, ahora trata de cubrir con una cortina de humo la Comisi¨®n de Investigaci¨®n del Congreso sobre financiaci¨®n irregular de los partidos, vulnerando de paso su compromiso parlamentario con Ciudadanos. Su b¨²squeda de la opacidad se traslada as¨ª al propio Legislativo, el lugar de la tan cacareada sede de la soberan¨ªa nacional, y del principio de representaci¨®n que tan ostentosamente reclaman frente al populismo. El caso es buscar un blindaje efectivo de sus verg¨¹enzas sin que importe lo m¨¢s m¨ªnimo si para ello hay que debilitar a las instituciones clave de la democracia. Y tengo para m¨ª que esto es m¨¢s obsceno a¨²n que sus mismos esc¨¢ndalos de corrupci¨®n.
Tanto mediante actos concluyentes como en sus declaraciones, hay algo en este tipo de actitudes que evocan aquellas palabras de Fillon, el declinante pol¨ªtico franc¨¦s: ¡°no son los jueces quienes deben juzgarme, sino el pueblo¡±. Catal¨¢, el actual ministro de Justicia ¡ª?el de justicia, precisamente!¡ª hace unos meses afirmaba que exist¨ªa algo as¨ª como una redenci¨®n electoral de los delitos de corrupci¨®n. Absoluci¨®n popular frente a instituciones del Estado de derecho, ?a qu¨¦ les recuerda eso? S¨ª, a populismo puro y duro. Berlusconi mismo lleg¨® a decir que ¨¦l, elegido por el pueblo, no permitir¨ªa que le juzgara una persona que solo ten¨ªa el cargo por oposici¨®n (sic).
En una democracia, lo que realmente desestabiliza es la opacidad; y no hay nada m¨¢s radical que pretender invalidar los mecanismos de control pol¨ªtico
Mart¨ªnez Maillo, al defender la posici¨®n de su grupo en la ya aludida Comisi¨®n de Investigaci¨®n del Congreso, se permiti¨® incluso contrastar ¡°moderaci¨®n y estabilidad¡± ¡ªlo que ellos propugnaban¡ª frente a ¡°radicalidad y extremismo¡±, la posici¨®n de los otros. O sea, la perfecta subversi¨®n del lenguaje, muy en la l¨ªnea de la posverdad. En una democracia lo que realmente desestabiliza es la opacidad; y no hay nada m¨¢s radical que pretender invalidar los mecanismos de control pol¨ªtico. No nos merecemos tanta hipocres¨ªa.
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