Se equivoca, se?or Puigdemont
Apelamos a su responsabilidad y le pedimos que no rompa la convivencia democr¨¢tica
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Descartado ya oficialmente el objetivo de un refer¨¦ndum independentista pactado, el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, se propone anunciar hoy la fecha y pregunta del refer¨¦ndum unilateral ilegal que pretende convocar.
Una vez m¨¢s, el secesionismo usa de forma sectaria las instituciones que pertenecen a todos los ciudadanos y no solo a la minor¨ªa (aunque amplia) que vot¨® a Junts pel S¨ª y la CUP. Porque emplear la centenaria sede de la Generalitat para un evento partidista y minoritario es un abuso que simboliza bien la degradaci¨®n moral de unos partidos en alg¨²n caso poco sobrados de moralidad ejemplar.
Hasta ahora, pod¨ªa alegarse que la responsabilidad de los designios del movimiento nacionalista era compartida. Desde hoy, la principal responsabilidad, pol¨ªtica, hist¨®rica y ciudadana de los desaguisados previsibles en una operaci¨®n ilegal de ruptura del orden constitucional y estatutario recaer¨¢ en la figura del president.
Por m¨¢s que otros consejeros y diputados sumen su firma (inv¨¢lida) o presten su faz (en algunos casos a rega?adientes), quien ostenta las competencias para convocar a las urnas en el ¨¢mbito auton¨®mico, seg¨²n el Estatut, es ¨¦l. Por eso deber¨ªa reflexionar y evitar en ¨²ltimo extremo tomar las decisiones previstas. Porque romper la legalidad no puede traer nada bueno para el conjunto de los ciudadanos que preside.
Aunque se comprometi¨® a abandonar el cargo 18 meses despu¨¦s de las ¨²ltimas elecciones, Puigdemont ya ha incumplido su promesa, pues el plazo lleg¨® a su t¨¦rmino en abril. La pr¨®rroga ser¨ªa plausible si se emplease para fraguar una salida pactada y constructiva al litigio catal¨¢n, empe?o en que ni el Gobierno central ni el catal¨¢n se han esforzado. Pero es in¨²til cuando se pretende incrementar la tensi¨®n, acelerar el desencuentro y provocar mayor conflicto que el existente.
El president Puigdemont tiene un deber ¨¦tico y pol¨ªtico adicional. Aunque su voluntad de retirarse a la vida privada es respetable, solo ser¨ªa responsable en un escenario de normalidad. No de enfrentamiento, como el que busca el secesionismo. Porque ?qui¨¦n gestionar¨¢ el d¨ªa posterior al fracaso, el seguro fiasco del refer¨¦ndum y la decepci¨®n de los ilusionados de buena fe? Hay algo tan nefasto como abocar a un pa¨ªs al desastre. Consiste en evaporarse despu¨¦s de haber contribuido a sembrar el caos. Apelamos a su responsabilidad y le pedimos que no rompa la convivencia democr¨¢tica.
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