Superstici¨®n
La opresora violencia de chats, redes sociales, tuits, o como quiera que se llame esa nube de palabrer¨ªa, cada d¨ªa se ve con mayor claridad que es una herramienta de extorsi¨®n
Dependemos a¨²n de tantos conceptos griegos que los estudios superiores deber¨ªan empezar por ah¨ª, por nuestro origen intelectual. Alguien con una buena formaci¨®n grecolatina ser¨¢ un excelente ingeniero, m¨¦dico, le?ador o funcionario, y, en todo caso, con m¨¢s medios que el resto para ser un buen ciudadano.
Los griegos distingu¨ªan entre democracia y demagogia. No es una trivialidad. La democracia beneficia a la mayor¨ªa, la demagogia es el dominio de una minor¨ªa vamp¨ªrica que se atribuye el papel de ¡°pueblo¡± o de ¡°naci¨®n¡±. Es esencial tener claro que la democracia en ning¨²n caso supone nivelaci¨®n por lo bajo. No es que debamos ser iguales a lo peor de cada casa, sino que gocemos de iguales oportunidades para alcanzar la excelencia.
La opresora violencia de chats, redes sociales, tuits, o como quiera que se llame esa nube de palabrer¨ªa, cada d¨ªa se ve con mayor claridad que es una herramienta de extorsi¨®n. Nadie duda que las campa?as de calumnias, agresiones y mentiras est¨¢n dirigidas por servicios de obediencia oculta. No es casual que la capitalidad del pirateo y la trampa se la atribuyan mutuamente Rusia, EE UU, Corea del Norte y China. A un nivel enano, tambi¨¦n son agencias al servicio de los demagogos las que calumnian en nuestro pa¨ªs a todo el que les molesta.
Nada anuncia que ese fen¨®meno sea controlable. Es muy posible que haya comenzado uno de esos trastornos colosales que provocan un giro global, como el que sustituy¨® el paganismo por el monote¨ªsmo. Para nosotros vendr¨ªa el fin de la democracia y el comienzo de una nueva era demag¨®gica, similar a la de los inicios del cristianismo, cuando los ciudadanos se abandonaban a la superstici¨®n y quedaban presos de unos demagogos que promet¨ªan la vida eterna. O la naci¨®n libre.
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