Francia reinventa la guillotina
La ola Macron barre del mapa a pol¨ªticos de toda la vida y conformar¨¢ la Asamblea Nacional m¨¢s femenina y con m¨¢s ne¨®fitos de la historia
Lo que est¨¢ ocurriendo en Francia no es una revoluci¨®n, pero se le parece en ciertos detalles. El pr¨®ximo domingo, por ejemplo, las urnas dictar¨¢n sentencia y culminar¨¢n el proceso iniciado haciendo rodar cabezas; muchas cabezas. Algunas ya han ca¨ªdo en las primarias de la derecha y la izquierda; otras lo hicieron hace cuatro d¨ªas sin necesidad de esperar a la segunda vuelta de las elecciones legislativas de este domingo para la Asamblea Nacional. El listado es amplio y se nutre, sobre todo, de pol¨ªticos de toda la vida que llevan a?os en las instituciones. Aqu¨ª van algunos de los m¨¢s significativos: el expresidente de la Rep¨²blica Nicolas Sarkozy, los exprimeros ministros Alain Jupp¨¦ y Fran?ois Fillon, el candidato socialista Beno?t Hamon, los exministros Arnaud Montebourg, Aur¨¦lie Filippetti, ?lisabeth Guigou o Rama Yade.
A ellos se sumar¨¢n el lunes otro importante pu?ado de notables y unas cuantas decenas de pol¨ªticos que aspiraban a conservar su asiento en la Asamblea. La ola Macron les barre del mapa y se?or¨ªas que llevaban casi treinta a?os en su esca?o (es el caso, por ejemplo, del primer secretario socialista Jean-Christophe Cambad¨¦lis) deben dejar paso a todo un ej¨¦rcito de nuevos pol¨ªticos y de profesionales ajenos a la pol¨ªtica. En tiempos de comida r¨¢pida los ciudadanos se han hartado de los de siempre y est¨¢n ¨¢vidos de novedades. Pero no solo les mueve el af¨¢n de lo nuevo.
La prensa desvel¨® que Fillon, candidato del centro derecha a la presidencia de la Rep¨²blica, hab¨ªa contratado a su esposa como asistente parlamentaria durante a?os cobrando en total 831.440 euros brutos. Es legal contratar en la Asamblea a un familiar, pero no lo es si se trata, como sospecha la justicia, de un empleo ficticio. Fillon no fue el primero ni el ¨²nico que hizo tales contrataciones, pero la sociedad francesa ya no tolera las prebendas que con los a?os han ido otorg¨¢ndose los que son juez y parte en el reparto del pastel. Ayer mismo, el Consejo de Ministros presidido por Emmanuel Macron aprob¨® el que ser¨¢ el proyecto de ley m¨¢s temprano de su mandato: el que pretende elevar la moralidad p¨²blica. No habr¨¢ m¨¢s contratos como el de Penelope Fillon. No habr¨¢ alcaldes que sean al tiempo diputados (medida ya aprobada con Hollande) y sus cuentas y las de sus partidos ser¨¢n examinadas con lupa.
El primer resultado de esta revoluci¨®n es que el lunes quedar¨¢ conformada la Asamblea Nacional m¨¢s femenina de la historia y con m¨¢s ne¨®fitos que nunca. M¨¦dicos, abogados, empresarios y hasta rejoneadores ocupar¨¢n el hemiciclo y sancionar¨¢n las reformas de Macron.
En Francia, como en Espa?a y tantos otros pa¨ªses, los electores est¨¢n cansados e incluso escandalizados de ver c¨®mo los pol¨ªticos colonizan las instituciones y de comprobar que los partidos se han convertido en oficinas de colocaci¨®n. Emmanuel Macron, desarrollando una exitosa actividad en la banca Rothschild, demostr¨® que no necesita a la pol¨ªtica para salir adelante. Ese es hoy un valor en alza que no est¨¢ al alcance de cualquiera. Ser pol¨ªtico se pone dif¨ªcil en nuestras democracias. Ser un mal pol¨ªtico (esperemos) ser¨¢ a¨²n m¨¢s complicado.
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