El enroque y la inercia
La troika de Puigdemont puede convertir impunemente el monopolio de la imagen en signo de la voluntad inequ¨ªvoca de un pueblo

Siempre fui un p¨¦simo jugador de ajedrez. Lo ¨²nico que sab¨ªa hacer era blindar el enroque del rey, adquiriendo as¨ª una falsa sensaci¨®n de seguridad. As¨ª perd¨ªa todas las partidas.
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Desde que en septiembre de 2012 estallara la cuesti¨®n catalana, Rajoy ha adoptado una t¨¢ctica an¨¢loga. Contaba con el muro de la Constituci¨®n (y del Estatut vigente) y supuso que bastaba con eso para hacer imposibles las pretensiones de Mas y los suyos. Con lo que no contaba Rajoy era con la intervenci¨®n de un astuto magistrado que puso en marcha un plan de enga?o al Estado (Mas), para avanzar hacia la independencia sorteando las barreras legales. Tampoco contaba con la defecci¨®n del fiscal de Catalu?a que hubiera podido frenar el ensayo general del 9-N. Y sobre todo no contaba con que la pol¨ªtica es mucho m¨¢s que la aplicaci¨®n de la ley en sentido restrictivo, a¨²n m¨¢s porque el socialismo ha optado por el papel suicida de alma de Garibay, a mitad de camino entre cielo e infierno: todav¨ªa Iceta acaba de proponer "el di¨¢logo" para parar el tren en marcha. Todo ello pensando que el proc¨¨s se desinflar¨ªa por s¨ª mismo, tal y como preve¨ªan en la fiesta de este diario, dos buenos amigos constitucionalistas.
El campo qued¨® libre de este modo para el independentismo, y lo ha sabido aprovechar. Aunque hubiera deseos de frenar por los m¨¢s conservadores, el tren de tres vagones con motores propios, se lo imped¨ªa. La inercia, la huida hacia delante, era la ¨²nica salida, mientras el Gobierno esperaba a que "el golpe de Estado" se tradujera en factura para comprar urnas, y en su argumentario olvida que la independencia no llega al 50%. La mayor¨ªa catalana aun contraria a la independencia, no existe para unos ni para otros. La troika de Puigdemont puede as¨ª convertir impunemente el monopolio de la imagen en signo de la voluntad inequ¨ªvoca de un pueblo.
El campo qued¨® libre para el independentismo, y lo ha sabido aprovechar
Parece no importar que ese imperio de la secesi¨®n se logre creando una "Catalunya binaria" (Enric Hern¨¢ndez) de patriotas y traidores. A falta de base legal y democr¨¢tica, las movilizaciones har¨¢n el resto hasta doblegar al Estado (Puigdemont). Para sustentarlas, intervienen personajes populares (Guardiola) con su Estado autoritario espa?ol, y lo que es m¨¢s grave, juristas antes conocidos por su ponderaci¨®n, caso del sindic de greuges Rafael Rib¨®. "La libertad de expresi¨®n es la m¨¢s preciada en una democracia", proclama. El antiguo luchador antifranquista denuncia la actuaci¨®n antidemocr¨¢tica del Estado en Catalu?a y sin embargo cierra los ojos ante el monopolio ejercido por la Generalitat sobre esa misma libertad. Las peores causas necesitan buenos abogados.
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