Un asunto espa?ol
En lugar de pedir ayuda internacional, Guardiola deber¨ªa pedir ayuda al conjunto de los espa?oles
Josep Guardiola pidi¨® hace pocos d¨ªas ayuda internacional para celebrar un refer¨¦ndum sobre la proclamaci¨®n de la rep¨²blica independiente catalana. Al margen de la incongruencia de calificar en su discurso al Estado espa?ol de ¡°autoritario¡±, cuando se trata de una democracia equivalente a las de los pa¨ªses fundadores de la Uni¨®n Europea, con los que esa hipot¨¦tica rep¨²blica dice querer integrarse, quiz¨¢s Guardiola deber¨ªa pensar que, en el fondo, a quien deber¨ªan pedir ayuda los independentistas catalanes es al conjunto de los espa?oles.
La opini¨®n emitida por la Corte Suprema de Canad¨¢ respecto a la eventual secesi¨®n de Quebec ya rechaz¨® que existieran normas de derecho internacional aplicables al caso. La pregunta que deber¨ªan hacerse los independentistas catalanes es si, pese a no tener amparo en el derecho internacional ni en el derecho interno espa?ol, pueden presentar ante los espa?oles en su conjunto razones suficientes, basadas en el llamado principio democr¨¢tico, como para llevarles a admitir una negociaci¨®n sobre esa eventual secesi¨®n. Teniendo en cuenta adem¨¢s, como se?ala el profesor Tom¨¢s de la Quadra-Salcedo en su fundamental Independencia y democracia: el t¨ªtulo VIII y la indisoluble unidad de la naci¨®n espa?ola (Centro de Estudios Pol¨ªticos y Constitucionales), que ¡°el principio democr¨¢tico se aplica a todas las partes confrontadas con el problema y que a todas les es exigible el respeto a la Constituci¨®n, aunque sea para reformarla¡±.
Es l¨ªcito, explica De la Quadra-Salcedo, plantearse que el principio democr¨¢tico tambi¨¦n pone l¨ªmites a las razones que puedan invocarse, que no pueden ser arbitrarias, caprichosas o insolidarias. No cabr¨ªa, por un lado, el argumento de que Catalu?a paga m¨¢s de lo que recibe (insolidario) ni, por el otro, que el pueblo soberano (espa?ol) puede decidir arbitrariamente lo que sea. ¡°El pueblo soberano¡±, escribe De la Quadra-Salcedo, ¡°podr¨ªa quiz¨¢s aprobar el apartheid, la esclavitud o suprimir el derecho a una tutela judicial efectiva, pero ning¨²n jurista, ni ninguna persona de buena voluntad, podr¨¢ aceptarlo como algo indiscutible, sin poner en cuesti¨®n la legitimidad democr¨¢tica sustantiva de ese orden¡±.
Los independentistas catalanes deben tambi¨¦n tener en cuenta que las decisiones que afectan a un colectivo determinado solo pueden ser tomadas por los integrantes de ese colectivo, y no cabe pensar que la secesi¨®n de Catalu?a solo afectar¨ªa a los catalanes, puesto que el resto de los espa?oles resultar¨ªa concernido. ?Puede la Constituci¨®n encontrar la forma de que sea una parte del colectivo la que, una vez expresada claramente su voluntad, exija la apertura de unas negociaciones en el colectivo entero, sin final predeterminado pero en el que se plantee como objetivo posible la secesi¨®n?
Esa es la pregunta que deber¨ªan hacerse los independentistas catalanes. Si abandonamos el terreno de la legalidad y la constitucionalidad y nos situamos en el campo de lo que es justo y democr¨¢tico (como quieren los independentistas catalanes), deber¨ªan aceptar, para empezar, que una decisi¨®n como la eventual separaci¨®n de Catalu?a no deber¨ªa ser decidida por una parte. La cuadratura del c¨ªrculo viene dada porque se plantea que ¡°una minor¨ªa relevante puede afirmar que su voluntad es por s¨ª misma un derecho que somete a los dem¨¢s a la obligaci¨®n democr¨¢tica de acceder a esa voluntad, les afecte o no¡±. Ninguna negativa a tramitar o conceder la separaci¨®n ser¨¢ leg¨ªtima, advierte De la Quadra-Salcedo, si no se han considerado lealmente las razones que se invocan para ella. Ninguna pretensi¨®n de separaci¨®n ser¨¢ leg¨ªtima si no se reconoce que las cuestiones que afectan a todos, por todos deben ser tratadas y de acuerdo con cauces legales y democr¨¢ticos establecidos. ?Ve Guardiola c¨®mo quiz¨¢s es mejor pedir apoyo a los espa?oles?
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