?Qu¨¦ pasa con los subsaharianos en los Centros de Internamiento de Extranjeros?
La asociaci¨®n Karibu presenta un informe sobre la situaci¨®n de africanos en espera de repatriaci¨®n
Los Centros de Internamiento de Extranjeros -m¨¢s conocidos por su acr¨®nimo, CIE- son espacios p¨²blicos, dependientes del Ministerio de Interior y custodiados por polic¨ªa nacional, donde se priva de libertad al extranjero en situaci¨®n irregular. Se puede permanecer en ellos hasta 60 d¨ªas antes de su repatriaci¨®n o de su salida, si no hay fallo. Esto es, al menos, la definici¨®n que provee la Ley de Extranjer¨ªa o lo contemplado en el C¨®digo Penal desde su creaci¨®n, en 1985. La realidad, seg¨²n lo presentado el pasado jueves por la asociaci¨®n Karibu, es que ese encierro previo a la deportaci¨®n est¨¢ plagado de ¡°incumplimientos sistem¨¢ticos de los derechos humanos¡±.
Un informe centrado en la situaci¨®n de personas de origen subsahariano en Madrid manifiesta as¨ª el ¡°fracaso¡± y la ¡°ineficacia¡± de este sistema de retenci¨®n. Tal y como registr¨® la organizaci¨®n, en 2016 han pasado 527 subsaharianos de 26 pa¨ªses por el CIE de Aluche, al sur de la capital. Un 65% ha sido retenido con orden de devoluci¨®n. ¡°Hay un reglamento pero no se aplica¡±, sintetizaron Carmen Echevarr¨ªa y Bego?a Santos, coordinadoras de la publicaci¨®n. Karibu, colectivo sin ¨¢nimo de lucro, visit¨® a 212 de esos internos y determin¨® que el 34% ya viv¨ªa en Espa?a, no eran personas reci¨¦n llegadas. Un tercio del total, adem¨¢s, se encuentra en situaci¨®n de especial vulnerabilidad.
Hemos construido una Europa con vallas, con concertinas y guardias especiales de fronteras que evitan la llegada de migrantes expulsandoles sin que ni siquiera hayan pisado el pa¨ªs Ramiro Garc¨ªa de Dios, juez de control en el CIE de Aluche
¡°Nos hemos encontrado con 35 peticiones de asilo, 10 que se identifican como menores de edad, 10 con enfermedades cr¨®nicas o dos mujeres v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero¡±, recogen en el texto, entre otros casos de inseguridad. En la perspectiva nacional, el n¨²mero de personas internadas creci¨® un 10% con respecto al a?o anterior (7.597) y, sin embargo, las expulsiones descendieron: 2.205, un 23% menos. Esto supone, en boca de las responsables, ¡°que una gran mayor¨ªa atraviesa una dur¨ªsima experiencia vital sin que se proceda a ejecutar la medida por la cual fueron privados de libertad¡±. ¡°Por otro lado, las condiciones de internamiento siguen sin experimentar mejoras significativas¡±, a?adieron.
Hacinamiento, suciedad o incluso ¡°reclusi¨®n arbitraria, discriminaci¨®n racial y tortura¡±, como dictamin¨® la Organizaci¨®n de Naciones Unidas (ONU) en una condena a Espa?a de 2012 por el caso del magreb¨ª El Hadj. Interno, precisamente, en el CIE de Aluche. Ramiro Garc¨ªa de Dios, juez de control en este centro madrile?o, a?adi¨® experiencias personales a la cr¨ªtica (como que nunca les dejan solos en entrevistas) y los tild¨® de ¡°instrumentos indecentes¡±. ¡°Nosotros no tenemos que controlar a nada ni a nadie, solo intentar que se respeten los derechos humanos¡±, aclar¨®, ¡°y el problema es que no tenemos garant¨ªas porque, desde que su creaci¨®n, el ministerio incumple continuamente la legislaci¨®n¡±.
Jueces como ¨¦l, expres¨®, ¡°no son bienvenidos¡± en estos centros ya que ¡°incomodan¡±. Seg¨²n asegur¨® Garc¨ªa de Dios, en el CIE de Aluche hay permanentemente una Unidad de Intervenci¨®n Policial, m¨¢s conocida como antidisturbios, para ¡°el m¨ªnimo conato de violencia¡±. Y se mezcla a personas que han cometido delitos graves con quien no ha hecho nada. ¡°Hemos construido una Europa con vallas, con concertinas y con guardias especiales de fronteras que evita la llegada de migrantes expulsando sin que ni siquiera hayan pisado el pa¨ªs¡±, apunt¨® quien cifr¨® en ocho los autos dictaminados en un a?o.
¡°He descrito los CIE como centros de sufrimiento e impunidad, y mantengo que son peores que los establecimientos penitenciarios¡±, insisti¨® el magistrado, ¡°porque est¨¢ claro que la estancia afecta no solo a la libertad sino a la dignidad del ser humano¡±. La denuncia de Karibu apunta que la mayor parte de los internos son subsaharianos, a menudo identificados por ¡°las meras caracter¨ªsticas f¨ªsicas o ¨¦tnicas¡±. Predominan los procedentes de pa¨ªses de ?frica Occidental como Camer¨²n, Guinea Conakry, Costa de Marfil o Senegal.
Rom¨ºo Gbaguidi, experto en migraciones africanas, hizo hincapi¨¦ en desmitificar estereotipos. Record¨®, por ejemplo, que la mayor¨ªa de las migraciones africanas eran internas y de norte a sur, no al contrario. ¡°La ONU calcula que hay unos 500 millones de movimientos migratorios en el mundo: 200 millones son africanos y 131 se producen dentro del continente¡±, anot¨®. Seg¨²n un informe de la entidad que plasma los datos de 2015, son 244 millones las personas que viven fuera de su pa¨ªs, con casi la mitad procedente de Asia. ¡°Los que van hacia Marruecos quieren llegar a Europa, y tienen que emprender caminos tan peligrosos como los que cruzan el S¨¢hara o la cuenca del r¨ªo N¨ªger, en una situaci¨®n de alarma por bandas terroristas como Boko Haram o Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico (AQMI)¡±, aleg¨®, ¡°pero tambi¨¦n hay mucho flujo hacia Sud¨¢frica desde Mozambique, Zimbabue o Nigeria¡±.
La denuncia de Karibu apunta que la mayor parte de los internos son subsaharianos, a menudo identificados por ¡°las meras caracter¨ªsticas f¨ªsicas o ¨¦tnicas¡±
Poner el foco en la comunidad subsahariana y en un CIE en concreto no es acotar el tema sino dar a conocer lo que pasa en estos centros, concluye la asociaci¨®n, que se posiciona a favor de su cierre y, hasta el momento en que ocurra, a favor de un trato humano mientras sigan abiertos. Karibu resalta el ¡°limbo legal¡± de los llamados ¡°inexpulsables¡±, los que ya han sido internados y luego liberados: ¡°Su situaci¨®n conlleva una dificultad a?adida para estas personas a la hora de realizar los tr¨¢mites para regularizar su estancia, convirti¨¦ndose durante largos periodos de tiempo en indocumentadas y sin derechos¡±, explican. ¡°Para todos ellos la salida del CIE debiera estar acompa?ada de apoyos institucionales orientados hacia la integraci¨®n plena en la sociedad y procedimientos que permitan el acceso a una documentaci¨®n con la que puedan normalizar su vida en Espa?a¡±.
?Qu¨¦ alternativas hay al cierre, c¨®mo ser¨ªa posible? Aparte de acabar con el neocolonialismo de potencias europeas ¡°que crean guerras o expolian recursos¡±, las soluciones que propuso Garc¨ªa de Dios son cuatro: un cambio en el modelo migratorio a nivel universal, favorecer el retorno voluntario, sustituir los CIE por ¡°espacios de acogida¡± gestionados p¨²blicamente o por iniciativas sociales y la concesi¨®n de permisos de residencia ¨Caunque fueran provisionales- a todas las personas ¡°inexpulsables¡±.
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