Borrachera
Se calcula que los turistas representan un mill¨®n de habitantes estables entre nuestra poblaci¨®n diaria
Turismofobia es una palabra repelente, que trata de convertir en enfermedad lo que es un s¨ªntoma. Es una palabra que desv¨ªa la atenci¨®n para encubrir un problema. No hay nadie que deteste el turismo, puesto que ha sido turista en alg¨²n momento de su vida. Lo que odia es percibir que el negocio tur¨ªstico ha devorado su entorno vital, que la comercializaci¨®n sin l¨ªmites y la rapi?a despierten elogios en lugar de denuncias. Como somos aficionados a pulsar las divisiones sociales que estimulan la ferviente creencia en las dos Espa?as, tambi¨¦n cabr¨ªa, ?por qu¨¦ no?, empezar a hablar de un pa¨ªs roto entre los que se lucran con el turismo y los que no lo hacen.
Mientras llega el d¨ªa en que comprendamos que un pa¨ªs es un ente complejo que nunca saciar¨¢ el gusto de todos y que la ¨²nica apuesta es la correcci¨®n continua de los problemas seg¨²n asoman, conviene empezar a analizar el coste del turismo, m¨¢s all¨¢ de la informaci¨®n blanca de cada verano, esa que celebra los millones de visitantes, las divisas que se dejan y el impacto en el bruto interior. Hasta ahora las ¨²nicas pegas eran menores, alg¨²n que otro muerto a balconazos, borrachos orinantes y una grotesca sensaci¨®n de sacrificar la investigaci¨®n y el desarrollo cient¨ªfico por la paella mal cocinada y la santificaci¨®n de la tomatina. Sin embargo, el impacto sobre los alquileres en ciudades masificadas, con expulsados sin piedad, se suma al agravio de cubrir servicios comunes, desde el abastecimiento, la sanidad o la limpieza sin retorno. Y de fondo, prostituci¨®n, droga y econom¨ªa sumergida que usan el turismo desbocado para infiltrar las mafias en nuestro tejido social.
Se calcula que los turistas representan un mill¨®n de habitantes estables entre nuestra poblaci¨®n diaria. Reacios a dar refugio al necesitado, somos sin embargo un pa¨ªs dedicado al hospedaje. Si hay una Espa?a vac¨ªa, ser¨ªa bueno tambi¨¦n fijarse sobre la Espa?a llena que se localiza en varios puntos saturados de turistas a los que ya no puede ofrecerse calidad ni valor, sino solo exprimirlos en reba?o para ese zumo macroecon¨®mico que permita decir que Espa?a va bien de tanto en tanto. Por eso el concepto de turismofobia es repelente, porque elude la discusi¨®n valiosa sobre un problema real. Todos los negocios se exponen a un enorme desaf¨ªo cuando alcanzan el ¨¦xito, porque les llega la hora de plantearse la integridad, la continuidad y la honestidad de su apuesta. Una prudente correcci¨®n de los desmanes ayuda a evitar las cat¨¢strofes que nadie quiere prevenir. No hay borrachera sin resaca.
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