Los ni?os olvidados de Melilla
Decenas de menores tutelados por la ciudad fronteriza malviven en las calles
Un ni?o de nueve a?os juega con sus amigos junto al puerto de Melilla. A¨²n no tiene edad como para haber completado la Primaria, pero sabe y explica con lujo de detalles c¨®mo hacer risky: entrar en un barco sin ser visto. Aunque le est¨¢ costando conseguirlo y los d¨ªas siguen pasando en la ciudad fronteriza. ?l es de Marruecos y no tiene padres en la ciudad: Melilla ejerce su tutela. Sin embargo, vive en una cueva. No va al colegio. Mientras relata su experiencia, se rasca una mano, cubierta de sarna. En la coronilla, una erupci¨®n causada por ti?a se va comiendo los caracolillos morenos de su pelo. Con sus nueve a?os, traza un plan, que explica como si fuera un juego, para meterse debajo de un cami¨®n y llegar a tierras malague?as. O donde sea.
En los 13 kil¨®metros cuadrados en los que se extiende Melilla hay unos 600 menores no acompa?ados. 530 viven en centros gestionados por la ciudad aut¨®noma. Otros, entre 50 y 100, se niegan a ir a los centros y viven en cualquier rinc¨®n de Melilla donde quepa un colch¨®n: en cuevas en la escollera, en el interior de las estructuras los puentes o en los gigantescos tubos de una obra. A los nuevos menores que llegan se les adjudica autom¨¢ticamente una plaza en La Pur¨ªsima, el principal centro de referencia que re¨²ne a unos 350 ni?os y adolescentes. Oficialmente tiene 172 plazas. La mayor¨ªa de ellos no quieren ir al centro por dos razones: porque no creen que as¨ª consigan una tarjeta de residencia y porque, seg¨²n denuncian, "les pegan".
La Pur¨ªsima
¡°Imag¨ªnate que haces risky, te coge la polic¨ªa y te lleva al centro. Por la ma?ana me pegan con un palo si pido comida¡±, denuncia uno de los menores. Varias decenas de adolescentes que no duermen en el centro manifiestan que "reciben palizas" y todos mencionan a un educador concreto. La asociaci¨®n local Harraga ha elaborado un informe titulado De ni?os en peligro a ni?os peligrosos en el que entrevistan a 91 de estos menores. Todos aseguran haber pasado por La Pur¨ªsima y el 92% asegura que no vuelve por haber sufrido violencia; algunos acusan a sus propios compa?eros, pero el 75% se?ala directamente a los educadores.
El consejero de Bienestar Social de Melilla, Daniel Ventura (PP), rechaza estas acusaciones: ¡°No van al centro de menores porque vienen de la calle. Muchos llevan a?os sin dormir en una cama. No quieren normas. Vienen para hacer risky¡±. Ventura se?ala que todas las denuncias sobre violencia en La Pur¨ªsima nunca han salido adelante. La fiscal de menores de Melilla, Mar¨ªa Isabel Mart¨ªn, responde con la misma rotundidad: ¡°La violencia en La Pur¨ªsima no es real. Puede haber incidentes, pero muy pocos. Se investigan y luego no tenemos un resultado real que indique que se est¨¦ produciendo una situaci¨®n de maltrato continuado en el centro¡±. La fiscal defiende que si recibe una declaraci¨®n veraz es suficiente para abrir diligencias, pero critica que las ¡°pocas ocasiones¡± en las que las denuncias por violencia han llegado a juicio, los menores implicados ¡°no han mantenido sus declaraciones¡±.
La tarjeta de residencia
Otro motivo que esgrimen los menores que no quieren acudir al centro es que creen que no conseguir¨¢n as¨ª un permiso de residencia. Los menores no acompa?ados que tengan m¨¢s de 16 a?os y hayan pasado m¨¢s de seis meses en un centro tienen derecho a recibir una tarjeta de residencia que lleva aparejado el derecho a trabajar. "El d¨ªa que cumpl¨ª los 18 a?os no vino ni la direcci¨®n del centro ni los trabajadores sociales. Me qued¨¦ solo. Sal¨ª de La Pur¨ªsima sin nada, ni un solo papel", relata un joven, de 19 a?os, que vive en una chabola entre los olivos que ocupan un descampado. Fue expulsado del centro, ya que dej¨® de ser menor de edad, y se siente en un limbo legal.
Fuentes jur¨ªdicas cercanas a estos menores confirman que los j¨®venes "no est¨¢n recibiendo" la documentaci¨®n a la que tienen derecho. "Casualmente esto solo afecta a los chicos de determinados m¨®dulos de La Pur¨ªsima, que casualmente son los que vienen de regiones m¨¢s all¨¢ del Rif y que no saben chelja, el idioma rife?o que hablan los gestores del centro. Coincide que la mayor¨ªa de los chicos que acaban en la calle son no rife?os", se?ala esta fuente, que prefiere no dar su nombre. La direcci¨®n de La Pur¨ªsima no ha contestado a las preguntas de este diario.
V¨ªctimas de abusos sexuales
La activista de Harraga Sara Olcina denuncia que la fiscal ¡°no ha actuado¡± en situaciones de peligro extremo para los ni?os. ¡°Sab¨ªamos el caso de un ni?o de nueve a?os que se prostitu¨ªa con un hombre al que ten¨ªamos identificado. Fuimos con dos testigos que incluso lo hab¨ªan visto prostituy¨¦ndose. La fiscal dijo que era importante que llev¨¢ramos al ni?o¡±. La voluntaria critica que se les pidiera a ellas llevar al menor, ya que ten¨ªan miedo de significarse. ¡°Denunciar a ese hombre podr¨ªa ser peligroso para nosotras y para el ni?o. Melilla es una ciudad muy peque?a¡±, a?ade. Critica que la Fiscal¨ªa nunca cit¨® al ni?o para que declarase y que nunca lo busc¨®, algo que la fiscal niega. "Los menores dijeron que no hab¨ªan sido testigos directos y no se puede acusar a alguien sin pruebas", aduce Mar¨ªa Isabel Mart¨ªn. La fiscal a?ade que, aun as¨ª, la Guardia Civil busc¨® al ni?o y no lo encontr¨®, por lo que la investigaci¨®n "se abri¨®, pero se archiv¨®". Sara Olcina sostiene que la Fiscal¨ªa no se puso en contacto con la asociaci¨®n Harraga, que s¨ª ten¨ªa localizado al menor.
El consejero Ventura explica que los ni?os y adolescentes que van a uno de los tres centros de menores de la ciudad ¡°reciben cursos¡± de prevenci¨®n del abuso sexual. No obstante, admite que no hay ning¨²n plan para evitar que las decenas de ni?os y adolescentes que duermen en las calles caigan en la prostituci¨®n. ¡°La sociedad no es perfecta. Si tenemos hijos y salen a la calle y hay un desaprensivo que quiere abusar de ¨¦l, lo que hay que hacer es cogerlo¡±, afirma el pol¨ªtico melillense.
El c¨¦ntrico Parque Hern¨¢ndez, donde algunos menores denuncian presencia de abusadores sexuales.
Varias decenas de menores que duermen en la calle consultados por EL PA?S sostienen que ¡°cada d¨ªa¡± hay alg¨²n hombre que va a buscarlos, "especialmente a los m¨¢s peque?os". ¡°Hay gente en el parque Hern¨¢ndez, hay muchos que van en coche¡±, denuncia uno de ellos. El parque Hern¨¢ndez es un espacio verde en pleno centro de la ciudad lleno de dragos, ficus y otros grandes ¨¢rboles, cuya sombra aprovechan los menores para pasar la tarde y protegerse del sol. El joven sabe cuando uno de los suyos acaba siendo v¨ªctima del abuso sexual. ¡°Vienen duchados, con ropa limpia y comida¡±, se?ala el joven.
Dos d¨¦cadas mirando a Marruecos
El fen¨®meno de los menores no acompa?ados en Melilla empez¨® en 1995, aunque nunca ha habido tantos como ahora. Ventura asegura que la colaboraci¨®n con Marruecos es "estrictamente necesaria". Este mes de abrilse produjo una situaci¨®n in¨¦dita: por primera vez un primer ministro marroqu¨ª, Saadeddine Othmani, ha considerado la fuga de los menores marroqu¨ªes a Ceuta y Melilla como un fen¨®meno a abordar, lo cual es, en palabras del consejero melillense, "un paso de gigante".
La diputada del PSOE Lola Galovart ha visitado Melilla y califica la situaci¨®n de los ni?os de "un horror que no se puede calificar con palabras". La socialista impuls¨® en enero una proposici¨®n no de ley para instar al Gobierno a garantizar los derechos de los menores extranjeros en territorio espa?ol. En el ¨²ltimo mes ha presentado dos preguntas al Gobierno: una sobre su seguridad cuando hacen risky y otra sobre si se est¨¢ aplicando Convenci¨®n de los Derechos del Ni?o. "Estos ni?os son menores y tienen derecho a la tarjeta de residencia y a trabajar. Yo, que soy gallega, estoy acostumbrada a ver salir gatos y ratas de las escolleras, no ni?os. En Melilla salen ni?os", critica.
El consejero de Bienestar Social considera, sin embargo, que hasta que Marruecos se encargue del problema Melilla no puede hacer m¨¢s por los menores a los que tutela porque la ciudad ¡°no tiene todos los recursos¡± para atender la presi¨®n migratoria que suponen. Por ello, el Consejo de Ministros ha aprobado este viernes la concesi¨®n de 4,1 millones de euros a Melilla para mejorar la atenci¨®n de etos menores. ¡°Desbordan la capacidad de esta consejer¨ªa, y de esta ciudad¡±, admite, especificando que no hay ninguna comunidad espa?ola que tenga un fen¨®meno similar. ¡°Si alguien tiene una varita m¨¢gica que me la d¨¦. La ¨²nica soluci¨®n es que los atiendan en Marruecos¡±, sentencia.
Los delitos de estos menores "no llegan al 10%"
El consejero de Bienestar Social de Melilla hace ¨¦nfasis en que los ni?os "son ni?os", y que no provocan un incremento significativo de delitos en la ciudad. Critica a los medios de comunicaci¨®n y a los usuarios de las redes sociales por las im¨¢genes que se crea de ellos. "Solo un 10% de los delitos cometidos en la ciudad se atribuyen a menores extranjeros no acompa?ados, no son muchos", afirma ?lvaro Salvador, juez de menores melillense. La asociaci¨®n Harraga, en su informe, presenta una encuesta de opini¨®n p¨²blica que concluye que el 60% de los melillenses sienten miedo cuando ven a un menor extranjero, a pesar de que el 90% afirma no haber sido agredido f¨ªsica o verbalmente por un menor. El informe de esta asociaci¨®n se suma a las cr¨ªticas del consejero a los medios de comunicaci¨®n por "criminalizar" a los menores. "Si un menor lleva meses en Melilla y llega al juzgado porque supuestamente ha cometido un delito y lo primero que hay que hacer es quitarle la sarna, ducharle, darle de comer, viene sin saber espa?ol y normalmente hay que desintoxicarle¡ Si tras meses aqu¨ª no ha entrado en el sistema de protecci¨®n [los centros de acogida], es evidente que hay alg¨²n problema", concluye el juez.
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