Gay

Tengo amigos homosexuales, tengo amigos gais, s¨¦ de ambidiestros que se lo pasan fet¨¦n lo mismo con unos que con otras seg¨²n las noches, los orificios y la gama de escozores; tengo un conocido cuyo pap¨¢ sigue hablando de "los sarasas" sin saber ¨Co mucho peor, sabiendo- que a su hijo les van los machos. Y hasta tuve un tronco maravilloso en el colegio mayor que adoraba que le llamaran maric¨®n y que se autodefin¨ªa as¨ª: "maric¨®n". Y en aquellas locas y universitarias noches de los s¨¢bados, metidos en harina a las tantas y con la ausencia de prejuicio que trae la mezcla de amistad y jaleo, como me descuidara un pelo ya lo ten¨ªa en trance y diciendo con aquellos ojos achinados: ?de verdad no quieres probar? Y no, no quer¨ªa, aunque oye, podr¨ªa haber querido: como apunta insistentemente un compa?ero de trabajo, "todas las terminaciones nerviosas est¨¢n para disfrutarlas". Me sentar¨¦ a pensar.

Y luego est¨¢ esa cala?a indeseable que goza no con todas las terminaciones nerviosas pero s¨ª con todas las terminaciones verbales: son esos que, como hizo el s¨¢bado en Telecinco el torero Israel Lancho comparando a los gais con los antitaurinos, repiten el mantra ese de que "a los gais hay que respetarlos" (hab¨ªa que ver la cara de Jorge Javier V¨¢zquez). Hombre, Lancho, torerazo, ya puestos, ?por qu¨¦ no los curamos, en lugar de respetarlos? Te recuerdo que tambi¨¦n hay terapia para machos alfa de sal¨®n. No. A los gais y a las lesbianas y a los transexuales no hay que respetarlos o dejar de respetarlos. A quien hay que respetar es a la gente de bien sea gay, lesbiana, trans, hetero o amante de la coprofagia.

Ah, conoc¨ª har¨¢ cosa de tres veranos a un obispo que dec¨ªa textualmente: "Hay muchos homosexuales que quieren vivir en castidad y entonces vienen a m¨ª buscando acompa?amiento. ?Son enfermos? Hay muchas terapias sin que los que las reciben sean enfermos". Cu¨¢nta sabidur¨ªa apelmazada.

Feliz Orgullo Gay.