Reunimos a tres generaciones de la lucha por la normalizaci¨®n trans
Apenas les separan 30 a?os, pero sus experiencias vitales han sido muy distintas. Eli, Valeria y Topacio se unen para hablar del colectivo, un objetivo para el que todav¨ªa queda mucho
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud ya no llama "trastorno" a la transexualidad como hasta hace poco; ahora recibe el t¨¦rmino de "disforia". Un eufemismo necesario pero para nada suficiente. La disforia de g¨¦nero sigue entrando en la categor¨ªa de enfermedades mentales, lo que supone que las personas que la padecen necesitan el diagn¨®stico de un psiquiatra para comenzar a cambiar sus cuerpos. Una medida con la que muchas transexuales concuerdan y otras rechazan, aunque todas, obviamente, aceptan: su libertad y su dignidad est¨¢n en juego.
Estas tres mujeres est¨¢n acostumbradas a que piensen que si ahora son mujeres es porque est¨¢n enfermas. No quiere decir que no les duela, pero ya no se rasgan las vestiduras ni se ofenden al hablar abiertamente sobre ello. Se han hecho m¨¢s fuertes que muchas de las mujeres biol¨®gicas. Y eso que les separan la edad y, por supuesto, las vivencias.
Topacio: "En mi ¨¦poca, y no hace tanto, ¨¦ramos locas. Tengo compa?eras a las que les daban electroshocks para "enderezarlas". En treinta a?os el cambio ha sido muy brusco"
Elizabeth tiene 17 a?os y el privilegio de tener una familia que la apoy¨® desde el principio. Acaba de ganar un premio de Filosof¨ªa gracias a su ¨²ltimo ensayo y no ve el momento de mudarse a Par¨ªs para estudiar en la Sorbona. Valeria Vegas est¨¢ a punto de cumplir los 32, es licenciada en Comunicaci¨®n Audiovisual (hizo la transici¨®n durante sus a?os universitarios) y, es la autora de la biograf¨ªa de la malograda Cristina Ortiz, La Veneno, y de varios documentales en torno mujeres transexuales m¨ªticas, como el reciente sobre Manolita Chen. Topacio Fresh no necesita presentaci¨®n; por su galer¨ªa madrile?a pasa lo mejor del arte contempor¨¢neo y la cultura underground actuales.
Topacio Fresh: Existe una regulaci¨®n, que sin embargo no se ha puesto en marcha, que exigir¨ªa una cuota de transexuales en las empresas, como la hay de otras personas discapacitadas.
Valeria Vegas: Claro. Si me consideras una enferma, entonces haz realidad esa ley y da trabajo a los transexuales. Lo que no puede ser es que nos encasillen ah¨ª pero luego no podamos disfrutar de los beneficios legales.
?Cre¨¦is que esta especie de discriminaci¨®n positiva podr¨ªa funcionar? Una forma de normalizar la situaci¨®n aunque sea por la peor v¨ªa posible.
Eli: Claro, como las leyes de paridad con las mujeres. Luego se aplican como se aplican¡ Por ejemplo, en Francia cumplen la ley, pero a ellas siempre las sit¨²an en puestos de poca relevancia.
Valeria: Eli, ?t¨² te est¨¢s operando?
Eli: No, tomo hormonas. No puedo operarme hasta ver c¨®mo se desarrolla mi cuerpo, hasta d¨®nde crezco.
Valeria: "Si algo se dice con respeto no hace falta acu?ar "el t¨¦rmino del t¨¦rmino del t¨¦rmino" y dar mil matices para no enfadar a la gente"
Topacio: Pero tomas bloqueadores, ?no?
Eli: S¨ª, s¨ª, claro.
Topacio: Es una maravilla lo de los bloqueadores [f¨¢rmacos que inhiben la producci¨®n de hormonas sexuales]. La pubertad es cr¨ªtica para una trans y es genial que exista algo que pare el proceso. Te ahorras much¨ªsimo sufrimiento.
Valeria: En mi ¨¦poca no exist¨ªan. Y eso que Eli y yo no nos llevamos tantos a?os.
Topacio: Yo comenc¨¦ con hormonas clandestinas. Por supuesto, no exist¨ªa la unidad de g¨¦nero, solo estaban tus amigas, que tra¨ªan hormonas de Europa. Cuando fui creciendo empec¨¦ a ir al endocrino y a seguir un proceso m¨¦dico, pero al principio fue imposible.
Entre ellas median poco menos de treinta a?os. Pero resulta fascinante comprobar c¨®mo han cambiado las cosas en solo tres d¨¦cadas. "Es que nosotras somos nuevas", dice Valeria, "hemos nacido con la ciencia".
Eli: Es cierto que las mujeres trans como tal hemos nacido con el desarrollo de la industria m¨¦dica, pero siempre hemos existido de alguna forma. Mira, por ejemplo, a Margarida Borr¨¢s, la valenciana que se vest¨ªa de mujer y fue ejecutada.
Topacio: En mi ¨¦poca, y no hace tanto, ¨¦ramos locas. Tengo compa?eras a las que les daban electroshocks para "enderezarlas". En treinta a?os el cambio ha sido muy brusco.
Pero no quiere decir que ahora sea un camino de rosas, por supuesto. Por desgracia, es extra?o encontrar a mujeres transexuales en puestos de poder o con negocios propios. Y, hasta hace muy poco, transexualidad, espect¨¢culo y prostituci¨®n iban de la mano. En 1983 se estrenaba una de esas peque?as joyas de culto que ha dado el cine patrio: Vestida de azul. El documental de Antonio Jim¨¦nez Rico, que expon¨ªa la realidad transexual en tiempos de aperturismo pol¨ªtico, comienza con la escena de una redada policial mientras algunas de las protagonistas esperan a sus clientes en una esquina. En una sociedad hip¨®crita, que proclama la diversidad en teor¨ªa pero la rechaza en la pr¨¢ctica, ellas solo pod¨ªan existir en la marginalidad, pagando sus alquileres con el mercadeo de sus cuerpos.
Valeria: Todav¨ªa hoy hay gente que cree que yo no puedo tener un trabajo como periodista y una carrera universitaria. Y eso que me oper¨¦ en mis a?os de universidad.
Eli: La sociedad te lo pone muy, muy dif¨ªcil. Ahora por fin hay m¨¢s referentes; est¨¢n surgiendo otros relatos con los que te puedes sentir identificados.
Pero esa marginaci¨®n propici¨® la uni¨®n de alg¨²n modo, ?no? Por ejemplo, siempre se ha dicho que las transexuales del Raval eran las protectoras del barrio, las que ayudaban a los vecinos y velaban por la seguridad¡
Valer¨ªa: S¨ª, al final de algo endog¨¢mico surgi¨® algo positivo.
Eli: Pasaba lo mismo, por ejemplo, en el Nueva York de los 70, donde algunas trans con posibles acog¨ªan a las que estaban en riesgo de exclusi¨®n.
Valeria: A m¨ª esas vidas son las que m¨¢s me emocionan. Ellas han pasado por todo. Han sido los conejillos de indias de mil cosas. Que hayan llegado hasta aqu¨ª es un milagro.
Topacio: "Necesitamos manuales de ¨¦tica para los medios de comunicaci¨®n. La gente tiene que usar los t¨¦rminos correctos. Los peri¨®dicos dicen: "Se muri¨® un travesti¡". Mira, la mataron, y era una mujer transexual, no un travesti"
Topacio: Sobre todo porque el ¨ªndice de vida de una transexual era de 40 a?os.
Valeria: Igualmente, esos guetos est¨¢n destinados a desaparecer, del mismo modo que est¨¢n desapareciendo ciertos barrios. La prostituci¨®n no va a dejar de existir, ni la heterosexual ni la transexual, pero s¨ª esos reductos. Aunque para m¨ª, cuando escucho esas vidas, es como si me hablaras de Santa Clara.
A Valeria se le escapa una l¨¢grima mientras susurra: "Nos pod¨ªa haber tocado vivir eso. Son mujeres que han acabado ayudando al pr¨®jimo porque no le desean a nadie lo que ha vivido. Igual que no le deseo a Eli nada de lo que me ha pasado a m¨ª". "A Eli no le va a pasar nada", responde Topacio.?
Todav¨ªa segu¨ªs viviendo la exclusi¨®n, aunque en menor medida¡
Eli: Yo, por suerte, no he sufrido bullying duro, pero en mi antiguo colegio hab¨ªa comentarios sobre mis u?as largas y mi pelo. Y eso que no hab¨ªa comenzado la transici¨®n. Al final fueron los propios directores los que me invitaron a irme si me sent¨ªa rechazada. Ahora voy a un instituto en el que me permitieron cambiar mi nombre, me aceptaron, existe una brigada antibullying¡ Y ahora ya no llevo ni las u?as ni el pelo largo.
Valeria: Pero porque ahora est¨¢s a gusto contigo misma. Est¨¢s tan bien por dentro que no te hace falta.
Eli: Yo no tengo miedo. Lo vivo con alegr¨ªa. Tener diecisiete a?os, ser trans y sentir apoyo¡ Hay que darse cuenta del privilegio que tienes.
Valeria: La familia es el eje de nuestras vidas. Siempre tenemos miedo del apoyo o el rechazo de nuestros familiares.
Eli: Tengo compa?eros de mi edad a los que han echado de casa, a otros les acosan en la escuela¡ El odio puede venir de cualquier parte.
Topacio: Por ejemplo, el d¨ªa que fui a firmar el contrato de la galer¨ªa, la mujer de la inmobiliaria, al verme, me dijo algo as¨ª como: "?Podr¨ªa venir su marido ma?ana a firmar?". Yo dije que s¨ª y no hice caso. Nosotras hemos aprendido a escondernos o a pasar desapercibidas cuando nos ha hecho falta. La vida nos ha ense?ado a ser camaleones.
Valeria: En mi caso tambi¨¦n me sent¨ª muy apoyada. Empec¨¦ la universidad con un nombre y termin¨¦ con otro. Al trabajar en el sector audiovisual te encuentras con gente con la mente m¨¢s abierta. Bueno, tambi¨¦n es cierto que no trabajo de cara al p¨²blico, aunque muchos hoy en d¨ªa me ver¨¢n y pensar¨¢n que solo sirvo para el espect¨¢culo. Las de la generaci¨®n anterior a la m¨ªa, o se dedicaban a la prostituci¨®n (sin demonizarla, por supuesto) o trabajaban porque ten¨ªan enchufe. Solo las m¨¢s privilegiadas pod¨ªan, por ejemplo, montar una peluquer¨ªa.
Eli: Ya pero qu¨¦ haces ahora, por ejemplo, con el curriculum. Yo, por ejemplo, ?qu¨¦ hago? Pones un nombre, luego otro¡.
?Y dentro del colectivo LGTBI? ?Tambi¨¦n os sent¨ªs discriminadas?
Valeria: Yo con ese tema me enciendo.
Topacio: Somos la minor¨ªa de la minor¨ªa.
Eli: Hay tanta discriminaci¨®n como dentro de la heterosexualidad.
Valeria: Yo me he encontrado con gente que no sabe diferenciar transexual de travesti o transformista. Pues chico, en lo que a m¨ª respecta, me pareces una persona que no esta a la altura. Topacio es m¨¢s permisiva en ese aspecto.
Topacio: Uy, hasta hace muy poco hab¨ªa discotecas gays en las que no pod¨ªamos entrar los transexuales.
Valeria: Luego no pidas derechos por tu condici¨®n sexual si la condici¨®n sexual de otra persona te resulta risible.?
?Y entre vosotras? ?Hay uni¨®n?
Topacio: Hay varias organizaciones. Hay tres en concreto que lideran el panorama: Chrysallis, Fundaci¨®n Daniela y Transexualia. Y si vas a una ya te miran mal en la otra.
Eli: Hay un odio incre¨ªble entre las asociaciones.
Valeria: Pasa tambi¨¦n en las asociaciones lesbigays. Las asociaciones segregan. Ahora, nosotras, a t¨ªtulo individual, es distinto. Nos tocan a una y nos movilizamos todas.
Eli: Como hace poco, cuando le dieron una paliza a una chica de Vallecas y fuimos todas a manifestarnos.
Topacio: Yo estoy montando mi propia fundaci¨®n. Pero sin nada de tecnicismos ni palabras acabadas en "e" ni nada de eso.
Valeria: Es que no es ofensivo decir transexual. Hay mujeres y hombres biol¨®gicos y mujeres y hombres transexuales. Si algo se dice con respeto no hace falta acu?ar "el termino del termino del termino" y dar mil matices para no enfadar a la gente.
?Qu¨¦ cre¨¦is que ha ocurrido, en positivo, para que la transexualidad se vaya por fin aceptando?
Valeria: El cine y la televisi¨®n. Esos padres que hoy dan ese apoyo a sus hijos han visto ejemplos positivos en los medios. Documentales, actrices trans en las series¡ Nosotras no somos nada sin los medios de comunicaci¨®n.
?Y qu¨¦ es lo que nos falta?
Topacio: Uy, tengo que escribirte un estatuto. Para empezar, la unidad de g¨¦nero funciona fatal.
Eli: En Madrid, por ejemplo, han aprobado una ley trans para facilitar la transici¨®n y la protecci¨®n, pero es un brindis al sol. Se han colgado la medalla pero no hay un duro de presupuesto para ponerla en pr¨¢ctica.
Topacio: Toda la readecuaci¨®n del cuerpo hasta llegar a la reasignaci¨®n genital deber¨ªa tener un seguimiento cl¨ªnico. Hormonas, pr¨®tesis... El problema es que las citas son muy espaciadas.
Valeria: En Andaluc¨ªa, una comunidad avanzada en este tema, la lista de espera es de 4 a?os. Se opera a una mujer al mes.
Topacio: Imag¨ªnate todo lo que le puede pasar a una mujer en cuatro a?os. Tengo una amiga en Madrid que acaba de empezar la transici¨®n. Su primera cita fue la semana pasada y la segunda ser¨¢ en noviembre. Acaba de cumplir los 18 y hay que tratarla de manera urgente.
Valeria: Es que el factor desesperaci¨®n es crucial en nuestros casos.
Eli: Yo fui a la unidad de genero pero el seguimiento era demasiado espaciado. ?Qu¨¦ seguimiento es ese si tardo cuatro meses en volver?
Valeria: Yo fui a lo privado. El psicosex¨®logo lo hice en la medicina p¨²blica y lo dem¨¢s en la privada.
Topacio: Porque tenemos la suerte de poder pagarlo. Hay mujeres a las que las han echado de casa y no tienen c¨®mo.
Valeria: Por eso, hay que luchar por las que no pueden ir a la medicina privada.
Eli: Yo fui a la Fundaci¨®n Daniela y ahora me tratan en el hospital de La Paz.
Valeria: Hemos avanzado mucho igualmente. El caso de Eli lo comparo con el m¨ªo y¡ En mi ¨¦poca era imposible hacer lo que has podido hacer, Eli, y eso que no nos llevamos tantos a?os.
?Y qu¨¦ podr¨ªamos aprender nosotros, a nivel social?
Topacio: Lo primero, necesitamos manuales de ¨¦tica para los medios de comunicaci¨®n. La gente tiene que usar los t¨¦rminos correctos. Los peri¨®dicos dicen: "Se muri¨® un travesti¡". Mira, la mataron, y era una mujer transexual, no un travesti. Eso no se respeta.
Valeria: Los medios que han querido ayudar lo han hecho. Por ejemplo, en el documental sobre Manolita Chen se ve¨ªan recortes de prensa en los que se dec¨ªa: "Mujer travesti adopta a ni?a subnormal". Es muy fuerte y muy cruel hablar en esos t¨¦rminos.
Topacio: Ah, y por supuesto, mano dura en las redes sociales. No puede haber esa libertad para que algunos locos comenten "mu¨¦rete, maric¨®n" con esa ligereza, por favor.
Valeria: ?Ah! Y se me olvidaba, aunque no es tanto social: la regulaci¨®n quir¨²rgica. T¨² no sabes lo que nos estafan con las operaciones. Juegan con la necesidad que tenemos y suben los precios much¨ªsimo cada a?o.
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