El cambio clim¨¢tico provocar¨¢ que los matorrales devoren el bosque mediterr¨¢neo
El aumento de las temperaturas, la sequ¨ªa y la poca adaptabilidad de la vegetaci¨®n reducen la presencia de este paisaje
La semana pasada, el enorme incendio de Portugal por fin pudo ser controlado tras arrasar 40.000 hect¨¢reas de superficie. Apenas cuatro d¨ªas despu¨¦s, el parque natural de Do?ana ard¨ªa, dejando tras de s¨ª 8.486 hect¨¢reas de matorral y arbolado en llamas. En total, los incendios forestales registrados en territorio espa?ol desde 2001 han calcinado una superficie equivalente a la provincia de Zaragoza. Pero otras voces advierten de que el simple aumento de las temperaturas basta, por s¨ª solo, para acabar con nuestro principal paisaje bioclim¨¢tico: el bosque mediterr¨¢neo.
Un equipo de investigadores de la Universidad de C¨®rdoba, liderados por el doctor en Ecolog¨ªa Rafael Villar, ha publicado un estudio en la revista Plant Biology alertando sobre la degradaci¨®n del bosque mediterr¨¢neo. La tesis trata de averiguar c¨®mo responder¨¢ este paisaje ante los efectos del cambio clim¨¢tico. Para ello, se analizaron las caracter¨ªsticas de algunas especies del bosque mediterr¨¢neo, como su tasa de fotos¨ªntesis o de transpiraci¨®n. "El cambio clim¨¢tico afectar¨¢ de forma muy negativa a la vegetaci¨®n de la cuenca mediterr¨¢nea. Para los pr¨®ximos a?os, se ha pronosticado un incremento de 2 a 3 grados de temperatura, y una disminuci¨®n de cerca del 20% de las precipitaciones", se?ala el doctor Villar.
Esto significa que las condiciones clim¨¢ticas van a endurecerse durante el verano, lo que incrementar¨¢ la sequ¨ªa. Y, ante la sequ¨ªa, las plantas del bosque mediterr¨¢neo optan por "hacer dieta" antes que perder agua. "Las plantas responden a la sequ¨ªa cerrando los estomas, que es por donde entra el CO2, necesario para hacer fotos¨ªntesis y el crecimiento, pero por donde sale el agua. Es una respuesta habitual", aclara Villar. Esta respuesta ante los cambios del entorno tiene un nombre: se llama plasticidad fenot¨ªpica. Este fen¨®meno se refiere a la capacidad de cambio que posee un organismo con relaci¨®n a una se?al ambiental, y es la clave de la p¨¦rdida de terreno del bosque mediterr¨¢neo.
El bosque mediterr¨¢neo posee una vegetaci¨®n dividida. Por un lado, las especies xer¨®filas, como la encina, poseen una baja plasticidad fenot¨ªpica: no sufren tanto la sequ¨ªa y se mantienen m¨¢s constantes ante los cambios del entorno, pero su recuperaci¨®n ante los cambios estacionales es m¨¢s lenta. Por otro lado, las especies escler¨®filas, como el matorral, aunque sufren m¨¢s la sequ¨ªa debido a su alta plasticidad fenot¨ªpica, tambi¨¦n se recuperan m¨¢s r¨¢pido con las primeras lluvias. Adem¨¢s, los matorrales colonizan r¨¢pidamente un terreno tras un incendio o una sequ¨ªa. "Esto es lo que nos hace pronosticar, junto a otros estudios, que en una situaci¨®n de cambio clim¨¢tico las especies de bosque mediterr¨¢neo van a ir disminuyendo, y se van a favorecer las especies de matorral, como las jaras", concluye Villar.
C¨®mo recuperar el terreno
El estado del bosque mediterr¨¢neo plantea a los expertos c¨®mo mantener el equilibrio de este paisaje bioclim¨¢tico. Diana Colomina, coordinadora del programa forestal de World Wildlife Fund (WWF) explica que la soluci¨®n podr¨ªa residir en los bosques mosaico. "A escala de paisaje, los proyectos tienen que apostar por un paisaje mosaico, que sea diverso. Que un paisaje posea distintos tipos de h¨¢bitat lo hace mucho m¨¢s resistente antes los posibles cambios. Cuanta mayor diversidad, m¨¢s resistencia y resiliencia", aclara la experta.
Miguel ?ngel Soto, responsable de la campa?a de Bosques de Greenpeace Espa?a, coincide con ella. "Lo que el estudio dice es que necesitamos reforestar de forma que no solo las especies sean distintas entre s¨ª, sino que los individuos sean diferentes, que posean distintos fenotipos. Esto se solucionar¨ªa repoblando con individuos provenientes de varias poblaciones geogr¨¢ficamente distintas, en lugar de que estos vengan de un sitio concreto", manifiesta Soto.
El bosque mediterr¨¢neo ha sido un bosque muy intervenido hist¨®ricamente. Pastoreo, cultivo de algarrobos, terrazas de olivares... todo ese espacio humanizado est¨¢ abandonado
Ambos expertos concuerdan en la necesidad de volver al medio rural para gestionarlo de forma sostenible. "El bosque mediterr¨¢neo ha estado muy intervenido hist¨®ricamente. Pastoreo, cultivo de algarrobos, terrazas de olivares... todo ese espacio humanizado est¨¢ abandonado. Antes, el ganado se com¨ªa la biomasa, o esta se talaba para le?a, pero ahora hay un exceso de biomasa que aumenta la virulencia de los incendios", concluye Soto. "Hay que volver al campo, pero con las lecciones aprendidas. E incentivar el desarrollo rural de las zonas, pero de forma sostenible y responsable. Hay que evitar da?os que hemos hecho con impacto excesivo, y para poder mantener actividades tradicionales sostenibles", a?ade Colomina.
Francisco Lloret, profesor de Ecolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB), sopesa las alternativas con cuidado. "La repoblaci¨®n solo es una de las soluciones de la gama de opciones que tenemos, pero no la m¨¢s importante. Pueden existir zonas donde sea m¨¢s importante preservar la cubierta de suelo, y as¨ª evitar la erosi¨®n. La repoblaci¨®n es una opci¨®n que depende del estado de la zona a gestionar, pero no tiene por qu¨¦ aplicarse en todas estas ¨¢reas".
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