¡®Keko¡¯ busca su quinto milagro
Iniciamos una serie para promover la adopci¨®n con historias de animales de distintas asociaciones que pueden ser acogidos
Keko ha tenido muy mala suerte en sus tres a?os de vida. Ahora busca familia para dejar atr¨¢s todo lo que ha vivido. No habla, como es normal, as¨ª que no puede contar todo lo que ha pasado. Pero sus cicatrices son un libro abierto, no hacen falta palabras, solo hay que mirarlas, tocarlas e incluso acariciarlas para saber que tiene un pasado duro, lleno de golpes, desprecios y alg¨²n que otro mordisco. Poco m¨¢s se sabe de su pasado, salvo que es un mestizo de pitbull y perro de caza. Seguramente perteneci¨® a un cazador y naci¨® en una rehala. Y, esto s¨ª que se intuye, tuvo problemas de socializaci¨®n, lo que significa que no tuvo mucho contacto con humanos, al menos contacto del bueno. No sabe cazar, ni intenci¨®n de aprender. Tampoco sabe pelear, ni ganas que tiene. Quiz¨¢ eso le llev¨® donde le llev¨®. Porque Keko, sin comerlo ni beberlo, y pese a su aspecto de perro duro y fuerte, a los dos a?os de vida, es decir, en plena adolescencia, se convirti¨® en un perro inservible, de usar y tirar. Y tirado acab¨® en la perrera de Huelva, esperando una inyecci¨®n letal. Keko es uno de los 90.000 perros abandonados al a?o en Espa?a-
La inyecci¨®n no lleg¨® gracias a la protectora Valverde Animal, de Huelva, que se le apareci¨® en forma de milagro. Isla, su presidenta, sabe que los perros como Keko tienen todas las papeletas para ser sacrificados, ya que el estigma que sufren los Perros Potencialmente Peligrosos (PPP) es un lastre importante para conseguir una adopci¨®n. As¨ª que lo sac¨® de all¨ª antes de que fuera demasiado tarde y se puso a tratarle. Porque es cierto que Keko no sab¨ªa ni cazar ni pelear, pero estaba claro que hab¨ªa recibido palos y que hab¨ªa pasado hambre. Hab¨ªa trabajo por delante.
Una luz apareci¨® de repente en su horizonte. Su segundo milagro. Una adopci¨®n en Italia: un chico muy especial que quer¨ªa hacerse cargo de ¨¦l, de cuidarle, de tratarle y lo m¨¢s importante, de mimarle. Parec¨ªa imposible que su estrella hubiera cambiado tan pronto. As¨ª que Isla lo mand¨® a Madrid, donde le esperaban varios colaboradores de la protectora, adem¨¢s de su entrenador personal, para recibirle y llevarle al veterinario. Era una puesta a punto, lo normal en estos casos, para que Keko volara a Italia con su cartilla en orden, sano y salvo. Pero no todo iba a ser tan f¨¢cil para ¨¦l. Los an¨¢lisis revelaron que en la perrera hab¨ªa cogido moquillo y que deb¨ªa empezar a tratarse inmediatamente.
Con la enfermedad, su posible adoptante se esfum¨®. No porque no le quisiera, sino porque se decant¨® por otro perro que tambi¨¦n lo necesitaba y estaba en condiciones de volar. As¨ª que Keko volvi¨® a quedarse en el limbo de los perros sin hogar mientras luchaba contra el moquillo para sobrevivir. Le cost¨® lo suyo, en concreto estuvo unos tres meses a base de medicamentos, pero sali¨® adelante. Y acab¨® siendo acogido en casa de Miri, una colaboradora de Valverde Animal que vive a 40 kil¨®metros de Madrid. Su tercer milagro. Aquello fue una especie de flechazo. Hab¨ªa algo en la mirada de Keko que ped¨ªa a gritos una oportunidad. Y ella decidi¨® d¨¢rsela a pesar de tener que sacarse la licencia para PPP y de convivir ya en casa con una peque?a manada que no sab¨ªa c¨®mo iba a reaccionar.
Natacha, una b¨®xer de 11 a?os, le recibi¨® en pie de guerra. Le dej¨® bien claro desde el principio qui¨¦n mandaba en esa casa. Y Keko acab¨® con un importante agujero en una de sus almohadillas e ingresado otra vez en el veterinario. Pero lo m¨¢s importante de todo esto es que ¨¦l ni se inmut¨®. Se dej¨®. Recibi¨®. Ni se defendi¨®. Es importante ese detalle porque si Natacha hubiera intentado hacer lo mismo con Casia, una yorksire de 13 a?os que tambi¨¦n vive con Miri, la respuesta hubiera sido inmediata, aunque evidentemente las consecuencias de su mordisco hubieran sido insignificantes. Keko agach¨® las orejas y se rindi¨®. A¨²n as¨ª, conforme pasaban los d¨ªas, Miri detect¨® algo raro en el car¨¢cter de Keko, como si tuviera delante a un cascarrabias prematuro. A veces se escond¨ªa cuando hab¨ªa jaleo en casa y no soportaba los gritos y los movimientos bruscos. Se volv¨ªa arisco. Y algo as¨ª en un perro con la envergadura de Keko como m¨ªnimo te pone en alerta. Un d¨ªa, de repente, dej¨® de caminar. Empez¨® a arrastrar las patas traseras y, de nuevo, volvi¨® a ingresar en el veterinario. Las pruebas revelaron que los palos que hab¨ªa recibido tiempo atr¨¢s fueron tan fuertes que le hab¨ªan da?ado dos v¨¦rtebras. A pesar de los fuertes dolores hab¨ªa seguido adelante casi sin inmutarse, pero? en ese momento su cuerpo se hab¨ªa plantado y estaba sufriendo las consecuencias. Otra vez a empezar.
Keko se ha convertido en el perro de los milagros, porque aqu¨ª llega el cuarto. Tras una rehabilitaci¨®n intensa, Keko volvi¨® a andar, dej¨® atr¨¢s los dolores, enamor¨® a Natacha, a Casia, a Aba -la gata de la casa- y se transform¨® completamente. Lejos qued¨® el cascarrabias y, ya sin dolores, floreci¨® su verdadero yo, su aut¨¦ntica personalidad.
¡°Es el perro m¨¢s dulce del mundo. Mimoso, faldero, protege a su manada, a los perros, a los gatos, a los humanos¡ De vez en cuando te golpea con el morro pidiendo caricias y enseguida se pone panza arriba. Ha pasado mucha hambre en su vida, much¨ªsima, pero es capaz de dejar un solomillo humeante reci¨¦n hecho si llegas tu y te pones a acariciarlo. Lo deja todo. Te mira y se le para el tiempo. Da su vida por una caricia¡±.
Esas son las palabras de Miri, su casa de acogida, con quien lleva ya casi un a?o. Dice que Keko es tan especial que le costar¨¢ soltarlo, dejarlo marchar, aunque sabe que debe hacerlo para recibir a otros. Keko, debido a su raza, parece que tiene un caparaz¨®n de acero, pero solo hay que mirarle a los ojos para ver que est¨¢ relleno de algod¨®n de az¨²car con extra de dulce. Le encanta el campo, la tranquilidad, jugar con otros perros, adorar a los gatos, y ponerse panza arriba.
Y sobre todo, busca familia.
?Alguien se anima a ser su quinto milagro?
Si est¨¢s interesado en la adopci¨®n de Keko o en alg¨²n otro de los muchos perros que lo necesitan de Valverde Animal ponte en contacto con Isla, su presidenta: 620972826
YO ADOPTO. En Animales&Cia apoyamos la adopci¨®n con esta nueva serie. Si trabajas en una protectora y quieres contarnos la historia de alguno de tus animales, escr¨ªbenos: bferrero@elpais.es
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