Cinco drones
Adem¨¢s de la aplicaci¨®n militar que predice o constata Ib¨¢?ez, hay otros cinco usos que ya est¨¢n empezando a comercializarse en Estados Unidos.
Acabo de leer unas p¨¢ginas de la ¨²ltima entrega de Mortadelo y Filem¨®n, del gran Ib¨¢?ez, y me he visto sorprendido de inmediato por tres cosas.
La primera, llamadme infantil, es que Ib¨¢?ez me sigue provocando las mismas carcajadas irracionales que me causaba de ni?o. Los le?azos en la cabeza con gran chich¨®n subsiguiente, la cara que pone el superintendente cuando le cae una bomba en todo lo alto, el rid¨ªculo general que hacen los protagonistas en cualquier tiempo y situaci¨®n. Ay Dios m¨ªo qu¨¦ poco cambiamos las personas en nuestra vida. Alg¨²n d¨ªa os hablar¨¦ de mi western favorito durante 40 a?os. Es de Howard Hawks.
La segunda es su densidad narrativa. ¡°?Ib¨¢?ez caricaturiza hasta los pies¡±, me dec¨ªa mi amigo Federico cuanto los dos ¨¦ramos larvas humanas. En una vi?eta aparece Mortadelo sujetando un artefacto que va cargado con una pila que lleva en su etiqueta una advertencia de peligro, y hasta esa advertencia es graciosa en s¨ª misma, con un dise?o y una reflexi¨®n que revelan el amor del autor por su trabajo. Esta es la marca de f¨¢brica de los mejores creadores.
Y la tercera cosa es que Ib¨¢?ez est¨¢ al d¨ªa. La primera p¨¢gina del volumen est¨¢ consagrada por entero a la pobreza energ¨¦tica, uno de esos temas que molestan a las el¨¦ctricas y a las Administraciones. De hecho, y siguiendo con el tema de la actualidad, la aventura se llama Drones matones y dedica su portada y sus 46 p¨¢ginas a esos avances rob¨®ticos que est¨¢n a punto de cambiar nuestra vida cotidiana. Los drones que ha imaginado Ib¨¢?ez se dedican a espiar y tirar bombas. Uno de ellos, dise?ado por el profesor Bacterio, llega a cortarle la coleta a un famoso pol¨ªtico espa?ol. Es el lado de Ib¨¢?ez m¨¢s correoso con la pol¨ªtica, que ya empez¨® a practicar en los a?os sesenta, cuando no se pod¨ªa hacer eso. Un monstruo, ?no cre¨¦is?
Pero, adem¨¢s de la aplicaci¨®n militar que predice o constata Ib¨¢?ez, hay otros cinco usos de los drones que ya est¨¢n empezando a comercializarse en Estados Unidos, y que poco a poco ir¨¢n colonizando Europa. Uno es la fotograf¨ªa y el v¨ªdeo, ya com¨²n en las series norteamericanas que vemos; cuando los detectives est¨¦n en Nueva York, nada nos librar¨¢ de un plano general de Manhattan, tomado por un dron que vuela sobre los rascacielos. Otra es la agricultura, porque la calidad de los cultivos se puede calcular desde el aire cuando todav¨ªa hay tiempo de hacer algo. Las dem¨¢s son la construcci¨®n, la inspecci¨®n y la seguridad p¨²blica.
Esperemos que los cerebros de estos sectores lo hagan mejor que Mortadelo y Filem¨®n.
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