Nora Ayanian, adiestradora de drones
LOS QUE CONOCEN a Nora Ayanian ya no se sorprenden cuando, al referirse a uno de los robots de su laboratorio, dice frases como ¡°esta persona ya es capaz de realizar tareas sencillas¡±. Es comprensible. Al fin y al cabo la misi¨®n de esta ingeniera mec¨¢nica consiste en crear algoritmos para que los robots aprendan a trabajar en equipo. Como los humanos. ¡°A las personas se nos da muy bien coordinarnos para resolver problemas. Cuando trabajamos juntos, cada uno aporta sus distintas fortalezas y experiencias, y es la suma de ambas la que nos permite acometer tareas de gran envergadura y complejidad: las dividimos en parcelas y cada uno hace lo que mejor se le da¡±, explica Ayanian. ¡°Pero en rob¨®tica no es as¨ª. Ante un problema, se desarrolla una soluci¨®n y esta luego se aplica a todos los robots. Es decir, no existe esa diversidad que tan bien nos funciona a los humanos¡±. Y eso es lo que ella aspira a cambiar.
Ayanian es pionera en su campo de investigaci¨®n: coordinaci¨®n de m¨²ltiples robots.
Ayanian es pionera en su campo de investigaci¨®n: coordinaci¨®n de m¨²ltiples robots ¨Cque detall¨® a su paso por Madrid en la ¨²ltima edici¨®n del evento TedxCibeles¨C. Todav¨ªa no hab¨ªa terminado sus estudios en la Universidad de Pensilvania, en su Filadelfia natal, cuando se le ocurri¨® que, al igual que en los humanos, en rob¨®tica tambi¨¦n la uni¨®n hac¨ªa la fuerza. ¡°Si tienes un robot que se encarga de dirigir al resto y deja de funcionar, est¨¢s perdido. En cambio, si tienes muchos con distintas habilidades y uno se estropea, no pasa nada¡±, se?ala.
El a?o pasado, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) incluy¨® a Ayanian en su lista de los 35 innovadores menores de 35 a?os por su trabajo, que desde el verano de 2013 desarrolla en la Universidad de Southern California, donde divide su tiempo entre la investigaci¨®n y la docencia. All¨ª lidera un peque?o equipo con el que, por ejemplo, el pasado febrero present¨® el proyecto Crazyswarm: hab¨ªan conseguido sincronizar a un grupo de drones para que volaran como una bandada de p¨¢jaros sin chocarse los unos contra los otros. Es probable que a muchos no les parezca una gran haza?a, pero represent¨® un gran paso adelante, defiende, y detr¨¢s hab¨ªa largas jornadas de trabajo hasta dar con el c¨®digo y los algoritmos acertados. Con el tiempo, espera que sus progresos puedan tener usos ¡°m¨¢s relevantes¡±. Ella imagina ej¨¦rcitos de drones que ayuden a sofocar fuegos, examinar edificios en ruinas o encontrar aviones perdidos en mitad del oc¨¦ano. ¡°Yo quiero que los robots sean capaces de asumir tareas muy dif¨ªciles para el hombre o simplemente muy peligrosas que prefiera evitar. A ellos puedes enviarlos por todas partes para recabar los datos necesarios y, en definitiva, que sustituyan a los humanos en situaciones extremas que se cobran vidas con frecuencia¡±.
Y no. Ayanian no cree que los robots sean una amenaza para los humanos. ¡°Eso queda para las pel¨ªcu?las de ciencia-ficci¨®n¡±, zanja. Al contrario: est¨¢ convencida de que pueden ser buenos aliados para hacer nuestra vida m¨¢s f¨¢cil. ¡°El cerebro humano es fascinante, misterioso y complejo. Tardaremos mucho en trasladar a los robots las destrezas cognitivas que poseemos. En estos momentos, tenemos que trabajar muy duro para que sean capaces de realizar tareas que para una persona no revisten ning¨²n tipo de dificultad¡±.
El gigante del comercio electr¨®nico Amazon ya tiene en plantilla a m¨¢s de 45.000 robots que preparan sus pedidos a gran velocidad. Seg¨²n Ayanian, hemos de ir acostumbr¨¢ndonos a su presencia en nuestra vida cotidiana. Ella no se ha puesto plazos. Pero duda de que sus investigaciones vayan a dar frutos en un futuro pr¨®ximo. Es el precio que tienen que pagar los pioneros: queda todo por hacer. ¡°Soy consciente de que voy a estar toda mi vida dedicada a esta misi¨®n. Este trabajo requiere una gran dosis de paciencia¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.