Vivir en una casa m¨¢s alta que ancha (y con un beb¨¦)
El artista Guillermo Santom¨¤ ha convertido su vivienda barcelonesa en una obra de arte concebida como un laberinto
Si tuviera un mill¨®n de euros para invertir en su hogar, una construcci¨®n de 1900 convertida en un escenario expresionista, el artista y dise?ador Guillermo Santom¨¤ (Barcelona, 1984) ¡°la har¨ªa crecer m¨¢s, para arriba o para abajo. Siempre ir a?adiendo, nunca volver a empezar, me gusta esa deformidad¡±. Su casa del barrio barcelon¨¦s de Guinard¨® no es deforme en absoluto, pero abrir la puerta es entrar en otra dimensi¨®n, donde las t¨ªpicas proporciones de la vivienda media de un treinta?ero que vive en pareja con un beb¨¦ saltan por los aires.
No busque una habitaci¨®n infantil cursi aqu¨ª, y s¨ª, en cambio, un techo pintado de azul brillante con nubes. ¡°La gracia es que el techo est¨¢ a seis metros. La casa es m¨¢s alta que ancha. ?Hay m¨¢s metros c¨²bicos que cuadrados!¡±, dice con una carcajada. Santom¨¤ no termin¨® Arquitectura, pero no le ha hecho falta para proyectar y construir su casa pr¨¢cticamente con sus propias manos. ¡°Tengo un equipo de trabajadores y nos pusimos a ello durante un verano. En realidad s¨®lo hicimos la cocina, el ba?o y esta escalera, quitando los falsos techos. La idea era buscar mucha luz, que fuera m¨¢s un laberinto que un espacio convencional¡±, se?ala.
La palabra convencional no encaja con Santom¨¤. Pas¨® dos a?os en la India, despu¨¦s se fue a Nepal y Sri Lanka, luego se mud¨® a ?frica con una novia y, antes de volver a Barcelona, vivi¨® un a?o y medio en una mas¨ªa que no ten¨ªa electricidad, rigi¨¦ndose por el sol. Tampoco en lo profesional: las esculturas por las que se ha hecho conocido son sillas sobredimensionadas hechas a mano en materiales duros (acero, metacrilato, cristal), piezas que construye en su taller y vende a trav¨¦s de galer¨ªas, en vez de objetos de dise?o fabricados en serie.
Alterna esta faceta artesanal con proyectos para marcas de moda y reformas de interior para clientes privados. No distingue entre arte, dise?o, arquitectura y decoraci¨®n. ¡°La gracia est¨¢ en sacar todo de su sitio. De hecho, hoy, en el arte contempor¨¢neo, el mueble es casi obligatorio. Despu¨¦s del arte conceptual nos queda el objeto, porque hay gente que quiere decorar. Arist¨®teles dec¨ªa que el arte era aquello que no vale para nada y es totalmente mentira¡±.
Lo in¨²til puede ser ¨²til y viceversa, por eso ¨¦l trata su casa como una escultura. ¡°Lo que me interesa son los objetos. Trato los espacios como objetos, y uso los objetos para decorar¡±. Dentro, hay piezas con nombre (sillas de Michele de Lucchi y Mario Botta o l¨¢mparas de Miguel Mil¨¤) y otras fabricadas por ¨¦l mismo (la mesa del sal¨®n, o la cuna y la sillita de su beb¨¦).
Tambi¨¦n an¨®nimas intervenidas, como las sillas de pl¨¢stico quemadas con un soplete y pintadas de rosa que amueblan el comedor. Para elegir la paleta de colores fue un poco m¨¢s constructivo: ¡°Aqu¨ª viv¨ªa un pintor decorativo y, donde pint¨® flores verdes, pint¨¦ de verde, y donde hab¨ªa elementos rosas, de rosa. Vari¨¦ los tonos, pero la idea era preservar el esp¨ªritu¡±. De la construcci¨®n original quedan las puertas, que quiso conservar, y el suelo de baldosa hidr¨¢ulica, que no quit¨® por falta de presupuesto.
La distribuci¨®n de la vivienda se corresponde con el trazo libre con el que vive Santom¨¤. La cocina se conecta con una peque?a galer¨ªa-despacho que, por un lado, da al jard¨ªn, y por otro, al sal¨®n verde: un espacio dibujado por el hueco de la escalera sobre el que est¨¢ suspendido el dormitorio de la pareja.
¡°Mi idea del horror dom¨¦stico es que alguien viva sin pensar c¨®mo lo quiere hacer. Sin dejar su huella est¨¦tica. Es mejor que te d¨¦ por prender fuego a una silla en el sal¨®n, si es lo que te apetece, que ir directamente a Ikea. O, si vas a Ikea, que sea porque es espec¨ªficamente lo que quieres. La diferencia es la intenci¨®n, que tu huella sea tuya y no impuesta¡±.
Ya sabemos qu¨¦ reforma har¨ªa con un mill¨®n de euros, pero ?si pudiera contratar a cualquier arquitecto de la historia para que la ejecutase? ¡°No volver¨ªa atr¨¢s. En tu ¨¦poca ya est¨¢ impl¨ªcito el pasado. Esta casa no existir¨ªa si no hubieran estado antes los arquitectos noucentistes que la construyeron¡±, reflexiona.
¡°Me gustan artistas como Sterling Ruby o Ed Ruscha, pero a veces lo que m¨¢s envidio de Olafur Eliasson, o de Ricardo Bofill, es tener un taller con cient¨ªficos, conseguir una alineaci¨®n de especialistas de todo tipo¡±. Mientras eso ocurre, sigue investigando en la idea de deformidad: ¡°?ltimamente estoy haciendo fotos de mis objetos, digamos, m¨¢s all¨¢. Destrozados, quemados¡±, dice, y a?ade: ¡°Esculturizados¡±.
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