Cuando la Uni¨®n Europea hace el rid¨ªculo
Los diputados se desentienden del balance que hace Malta de sus seis meses de presidencia
Cualquiera de las tres primeras acepciones que el diccionario de la Real Academia da a rid¨ªculopuede servir para entender lo que quiso decir Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisi¨®n Europea, el pasado martes en la Euroc¨¢mara. Le tocaba al primer ministro de Malta, el laborista Joseph Muscat, hacer balance de los seis meses en que su pa¨ªs ha estado al frente de la Uni¨®n, y frente a ¨¦l se alzaba, infinito e inabarcable, el desierto de los t¨¢rtaros. No hab¨ªa nadie. Cuatro gatos.
Y Juncker estall¨®. ¡°El Parlamento Europeo es rid¨ªculo. Muy rid¨ªculo¡±, dijo. O lo que es lo mismo, y seg¨²n los acad¨¦micos de la lengua: ¡°1. Que por su rareza o extravagancia mueve o puede mover a risa. 2. Escaso, corto, de poca estimaci¨®n. 3. Extra?o, irregular y de poco aprecio y consideraci¨®n¡±.
Un p¨¦simo diagn¨®stico. Hace ya a?os, y con su habitual ¨¢nimo provocador, Hans Magnus Enzensberger escribi¨® un breve ensayo ¡ªEl gentil monstruo de Bruselas¡ª en el que arremet¨ªa contra la clase pol¨ªtica de la Uni¨®n, denunciando su obsesiva afici¨®n por dictar puntillosas normas sobre las cuestiones m¨¢s diversas y advirtiendo que iba distanci¨¢ndose a velocidad de v¨¦rtigo de la Europa real. ¡°Resulta dif¨ªcil juzgar si lo que aqu¨ª predomina es la escrupulosidad, la estupidez, la arbitrariedad, las ganas de poner trabas o tal vez la voluptuosidad, de inspiraci¨®n s¨¢dica, de emitir ¨®rdenes y prohibiciones¡±, dec¨ªa all¨ª en tono incendiario.
Juncker se enfad¨® porque fueron muy pocos los que escuchaban el balance de la presidencia de Malta al frente del proyecto europeo. Igual no acudieron a la cita simplemente porque solo iban a o¨ªr una larga lista de ¡°¨®rdenes y prohibiciones¡± y, claro, no quer¨ªan aburrirse. La excusa, m¨¢s o menos oficial, es que los europarlamentarios no tienen tiempo. Muchas reuniones, ruedas de prensa, trabajo a destajo: no pueden estar en todas partes.
Juncker dijo otra cosa el martes: ¡°Si Muscat fuera Merkel o Macron esto estar¨ªa lleno¡±.
En Postguerra, un fascinante recorrido por lo que ha ocurrido en Europa desde 1945 hasta ya entrado el siglo XXI (se public¨® en 2005), el historiador brit¨¢nico Tony Judt aborda las enormes complicaciones a las que va a enfrentarse la Uni¨®n tras sus sucesivas ampliaciones. La idea que cada pa¨ªs tiene de Europa ¡°siempre ha dependido de d¨®nde est¨¦ uno situado¡±, observaba all¨ª. Y m¨¢s adelante subrayaba dos ideas a prop¨®sito de los nuevos pa¨ªses que se incorporaban al club. Una, que ¡°la identificaci¨®n con ¡®Europa¡¯ no ten¨ªa que ver con un pasado com¨²n¡±; la otra, que ¡°ten¨ªa que ver con la reivindicaci¨®n de un futuro com¨²n¡±. Tem¨ªa que, con tantos socios, hubiera algunos m¨¢s europeos que los otros. Tem¨ªa las humillaciones.
Ahora, cuando a uno de estos nuevos pa¨ªses le toca gobernar el barco de Europa, y explica el balance de su presidencia, la respuesta de la mayor parte de los europarlamentarios ha sido di¨¢fana: nos la suda. ?Es rid¨ªculo el t¨¦rmino que mejor sirve para definir ese Parlamento vac¨ªo?
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