EL G20 se equivoca: los para¨ªsos fiscales a¨²n existen
Los l¨ªderes mundiales decepcionan de nuevo en Hamburgo
La cumbre del G20 en Hamburgo acaba de terminar. Amenazaba con ser el G20 m¨¢s tenso de la historia y se ha convertido seguramente en el m¨¢s irrelevante. La hostilidad de Trump sobre temas como el cambio clim¨¢tico y el proteccionismo comercial han arrancado la rabia de los manifestantes en las calles de Hamburgo, como hac¨ªa tiempo que no se ve¨ªa ante este tipo de cumbres, y han cooptado el resto de la agenda. ?Hacia donde mira entonces el G20? En un mundo en el que tan s¨®lo 8 personas (8 hombres) concentran tanta riqueza como los 3.600 millones m¨¢s pobres, los l¨ªderes mundiales siguen sin mirar de frente la lucha contra la desigualdad extrema.
La gran crisis financiera de 2008 fue la raz¨®n del resurgir del G20 de sus cenizas, para ¡°refundar el capitalismo¡± incluso y ¡°acabar con la era de los para¨ªsos fiscales¡±. Pero la ambici¨®n de entonces no vino de la mano de un mandato verdadero que traspasara los puros intereses nacionales. Las decisiones en el G20 se toman por consenso y basta con el bloqueo unipersonal y unilateral de un pa¨ªs, para generar par¨¢lisis total. El G20 sigue siendo un espacio global, pero cada vez menos multilateral. Y en esta par¨¢lisis de liderazgo pol¨ªtico, la lucha contra los para¨ªsos fiscales ha recibido un duro golpe en la nuca.
Los jefes de Estado de estas 20 principales econom¨ªas del mundo acaban de ratificar una lista negra de para¨ªsos fiscales en la que tan s¨®lo figura un pa¨ªs: Trinidad y Tobago. Una isla del Caribe Sur, con algo m¨¢s de 1 mill¨®n de habitantes que es famosa por haber inventado el Calipso y poco m¨¢s. ?Ser¨¢ cierto que hemos acabado con los para¨ªsos fiscales ya? ?Nos podemos colgar esta medalla? Parece dif¨ªcil de creer, apenas un a?o despu¨¦s de que estallaran los Papeles de Panam¨¢, de que grandes marcas como Google o Apple (entre otras) nos sigan sorprendiendo con sus sofisticados engranajes fiscales, o de que los titulares de toda la prensa internacional sigan levantando esc¨¢ndalo tras esc¨¢ndalo. Es absurdo pensar que el problema de los para¨ªsos fiscales se reduce a un solo territorio.
Llamarlo ¡°lista¡± es todo un eufemismo, casi una broma de mal gusto. De hecho, a los Jefes de Estado les ha debido de entrar hasta el pudor, porque lo han escondido en medio de un comunicado tibio y apocado, que evita incluso llamarlo ¡°lista¡±. Pero lo cierto es que es toda una declaraci¨®n de intenciones con la que dan carpetazo a la necesidad de impulsar avances m¨¢s en profundidad en la lucha contra la evasi¨®n y elusi¨®n fiscal. Es absurdo pensar que el problema de los para¨ªsos fiscales se reduce a un solo territorio. M¨¢s absurdo es no verlo como lo que son realmente, un complejo y oscuro entramado, con el que juegan en red grandes fortunas y grandes empresas para usar a su antojo las inconsistencias de cada uno de ellos. Los mismos Papeles de Panam¨¢ nos dieron la prueba.
Por rid¨ªculo que parezca, el problema fundamental sigue siendo qu¨¦ entendemos por para¨ªso fiscal. La definici¨®n de la OCDE, a quien el G20 da el mandato de elaborar esta lista, se limita s¨®lo a considerar el tema de la transparencia, dejando fuera criterios fundamentales como toda la bater¨ªa de pol¨ªticas basadas en la competencia fiscal agresiva o incluso la baja o nula tributaci¨®n. Un tipo nominal en el Impuesto de Sociedades del 0% ni siquiera es un indicador para la OCDE cuando ya est¨¢ incorporado al menos entre los criterios de la lista que aborda la Comisi¨®n Europea.
Hace unos meses, Oxfam public¨® ¡°Guerras Fiscales¡±, un informe con una metodolog¨ªa que establece un ranking de los 15 pa¨ªses m¨¢s agresivos para la tributaci¨®n empresarial. Por orden de importancia son: Islas Bermudas, Islas Caim¨¢n, Pa¨ªses Bajos, Suiza, Singapur, Irlanda, Luxemburgo, Curazao, Hong Kong, Chipre, Las Bahamas, Jersey, Barbados, Mauricio, y las Islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas. Y lo son porque tienen una bater¨ªa sin fin de pr¨¢cticas nocivas, no cuentan con una legislaci¨®n anti-evasi¨®n fiscal consistente, no aplican retenciones para gravar la sangr¨ªa de pr¨¦stamos intragrupo, dividendos o royalties¡o simplemente, tienen un tipo en el impuesto de sociedades del 0% o extremadamente bajo.
Tan solo 4 de estos territorios est¨¢n en la lista espa?ola. Y sin embargo, 2 de cada 3 euros de inversi¨®n que lleg¨® a nuestro pa¨ªs el a?o pasado lo hizo a trav¨¦s de alguno de estos 15 pa¨ªses (el 67% del total de la inversi¨®n extranjera que llega a Espa?a), lo que supone unas p¨¦rdidas estimadas de al menos 1.550 millones de euros. Y la inversi¨®n de salida desde nuestro pa¨ªs hacia estos territorios agresivos y opacos se ha multiplicado por 3 pr¨¢cticamente en el ¨²ltimo a?o, y atraen m¨¢s del doble de inversi¨®n que Am¨¦rica Latina o 43 veces m¨¢s que China.
As¨ª es que mientras en Hamburgo nos qued¨¢bamos atentos a Trump y sus peque?os juegos de hostilidades, fuera se abre una verdadera batalla campal en lo fiscal por un modelo que antepone la agresividad fiscal como bandera de la competitividad comercial y empresarial. En esta guerra hemos perdido una batalla y el precio lo seguir¨¢n pagando los ciudadanos del mundo entero. Los pa¨ªses del G20 han pasado de tener tipos nominales en el Impuesto de Sociedades entorno al 40% hace 25 a?os a situarse por debajo del 30% hoy en d¨ªa. La reforma fiscal norteamericana no har¨¢ sino acelerar esta carrera a la baja en la tributaci¨®n empresarial, con un efecto domin¨® que afectar¨¢ a todos los pa¨ªses. En Espa?a, hemos pasado en los ¨²ltimos 10 a?os del 35% al 25%. En Europa, el promedio no llega ni al 23% mientras Reino Unido, Hungr¨ªa, Suiza, Luxemburgo o B¨¦lgica ya han anunciado recortes considerables y en Francia, est¨¢ en el programa del Presidente Macron.
El economista Jacques Attali (asesor del expresidente franc¨¦s Fran?ois Mitterand durante m¨¢s de 10 a?os, reconvertido ya en mentor de Macron) dec¨ªa que si el G20 no existiera, habr¨ªa que inventarlo. Quiz¨¢s sea el momento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.