?Duerme con un psic¨®pata?
NO QUIERE comer tu h¨ªgado: se alimenta de tu autoestima, tu vitalidad y tu seguridad hasta que te destruye psicol¨®gicamente. Act¨²a sabiendo lo que hace, sin remordimientos: no los tiene porque es incapaz de sentir. Es un psic¨®pata integrado y t¨² eres la presa. Hasta un 4% de la poblaci¨®n tiene este perfil predador en distinto grado; la mayor¨ªa son hombres, seg¨²n datos del Instituto de Ciencias Forenses y de la Seguridad.
Cuando uno se imagina a un perturbado as¨ª piensa en Hannibal Lecter, el cruel asesino de El silencio de los corderos. Pero no hace falta ver pel¨ªculas para encontrarse con un tipo de estas caracter¨ªsticas: estamos rodeados de ellos. Los psic¨®patas no criminales tienen la misma sangre fr¨ªa y el mismo objetivo que los que s¨ª lo son: destruir a quien se ponga a tiro. Su modus operandi es buscar una presa, escrutarla, detectar sus debilidades y seducirla con un cebo dif¨ªcil de esquivar. Te mimar¨¢ como un padre si perdiste al tuyo de peque?a, te dir¨¢ lo sexy que eres si te acompleja su cuerpo, se mostrar¨¢ divertido si crees que eres una persona aburrida¡ No hay mejor seductor, es irresistible, te colma de atenciones, tu WhatsApp es un hervidero de corazones, es tu mejor confidente, te entiende a la perfecci¨®n, coincid¨ªs en todo¡ Sois almas gemelas.
Pero hay algo en tu cuerpo que te alerta, vagas sensaciones de inquietud; no puede ser tan ideal, sus palabras de amor a medida suenan falsas. De hecho, lo son: no las sienten, las aprenden. Intuyes que algo no encaja, pero no sabes qu¨¦. ?Si es perfecto! Te entregas enseguida: en la cama es el no va m¨¢s, t¨² eres lo que importa, te hace saltarte hasta tus propias normas. Otro cebo m¨¢s, el sexo rompedor y sin tab¨²es. La relaci¨®n va viento en popa, las dos mitades de la naranja encajan perfectamente¡ hasta que empieza a hacer un zumo contigo. De un d¨ªa para otro desaparece sin m¨¢s. Repasas tus ¨²ltimas conversaciones y eran de telenovela. No entiendes nada. Le buscas, le llamas, mensajes sin respuesta, el vac¨ªo y el silencio como castigo. Pides explicaciones y recibes, en el mejor de los casos, respuestas fr¨ªas y cortas; insistes. Te hace sentir que le acosas, que est¨¢s loca, que eres rid¨ªcula, te humilla, niega que haya un conflicto, huye del enfrentamiento. Ahora t¨² te sientes culpable: te preguntas si quiz¨¢ has sido muy pesada (o pesado), si no debiste ir tan r¨¢pido. Entonces comienzan los trastornos para la v¨ªctima: pensamientos obsesivos, apego patol¨®gico, insomnio, problemas alimentarios, de concentraci¨®n. El psic¨®pata, adem¨¢s, suele actuar aislando a su presa de las relaciones familiares y de sus amistades de manera que, cuando la tiene dominada mentalmente, la v¨ªctima no sabe d¨®nde agarrarse.
Un 4% de la poblaci¨®n tiene un perfil predador en diferente grado; la inmensa mayor¨ªa de ellos son hombres.
No busques m¨¢s explicaciones: ya no le diviertes, ya te tiene atrapada sin resistencia y anda distra¨ªdo seduciendo a otra presa. Probablemente la rondaba antes, pues son muy promiscuos e infieles. Y te lo har¨¢ saber: ir¨¢ con ella a los sitios que frecuentaba contigo, ser¨¢ abiertamente cari?oso con ella en las redes sociales o te har¨¢ llegar noticias de su nueva conquista. Lo asumes, aceptas la derrota. Con la autoestima por los suelos entras cada d¨ªa en sus redes sociales para saber de ¨¦l, pero a¨²n te queda dignidad para dar carpetazo. Es frecuente que este tipo de persona se dedique a destruir tu reputaci¨®n, a mentir sobre ti, a contar a todos que est¨¢s loca¡ Pero despu¨¦s de unos d¨ªas sin contacto tu m¨®vil parpadea: ¡°Te echo de menos¡± o ¡°estoy escuchando nuestra canci¨®n¡, sin ti no soy nada¡±. No te dejar¨¢ escapar hasta que ¨¦l quiera. ?Qu¨¦ hacer? Aqu¨ª los especialistas coinciden con el consejo tajante de una de las mayores expertas en predadores emocionales, la psicoanalista Marie-France Hirigoyen: ¡°Huir, cortar completamente la relaci¨®n, contacto cero¡±. Bloquea su n¨²mero en el tel¨¦fono y no permitas ning¨²n acercamiento. Te tienta pensar que ¨¦l puede cambiar, sientes pena por ¨¦l y crees que volver¨¢ a quererte: olv¨ªdalo, le resultas completamente indiferente, nunca te quiso, son incapaces de sentir. Para ¨¦l eres un mero objeto. El retrato de los expertos es definitivo: este predador carece de empat¨ªa, de remordimientos, de sentimientos, le complace el resultado de su crueldad.
Cl¨ªnicamente, los psic¨®patas no son enfermos, no se pueden curar: padecen un trastorno de la personalidad para el que no hay tratamiento. Tampoco ellos lo buscan: mientras tienen una v¨ªctima, no sufren. Cuando acaba el juego, el vac¨ªo que experimentan les devuelve a la cacer¨ªa. Se creen seres superiores en inteligencia y consideran que los sentimientos son una debilidad. Nunca han sentido, pero estudian las pautas humanas y se las apropian: saben mostrarse tristes o enamorados, pero todo es puro teatro.
Aunque ahora lo pienses, no eres una persona d¨¦bil: al contrario, estos individuos disfrutan seduciendo a gente inteligente y con fuerte personalidad que supongan un reto, que tengan las cualidades de las que ellos carecen para nutrirse de ellas. Necesitas un terapeuta que te ayude a descubrir por qu¨¦ grieta emocional se ha ?colado. Te ha destruido, pero, a diferencia de ¨¦l, t¨² s¨ª tienes salida.
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