El enigma pol¨ªtico de Santos
El presidente de Colombia recibi¨® el Nobel de la Paz por su intento de acabar con la guerra
El pasado martes 27 de junio, Juan Manuel Santos dio uno de los discursos m¨¢s importantes de su carrera. Esa ma?ana, en Mesetas ¡ªuna poblaci¨®n en el departamento de Meta, tal vez una de las zonas m¨¢s conflictivas de Colombia¡ª anunci¨® el inicio del desarme definitivo de las FARC, despu¨¦s de un largo y complejo proceso de paz. En el momento m¨¢s comentado de su alocuci¨®n ¡ªy de toda la ceremonia¡ª dijo que hab¨ªa valido la pena ser presidente solo por vivir ese d¨ªa. Quienes lo conocen saben que esta frase encierra varias paradojas.
Segu¨ª a Santos varios meses del a?o pasado para escribir un perfil que publiqu¨¦ en la revista Gatopardo unas semanas antes de que recibiera el premio Nobel de la Paz, en diciembre. Convers¨¦ con ¨¦l en su despacho en la Casa de Nari?o. Lo acompa?¨¦ en viajes en el avi¨®n presidencial, en botes del ej¨¦rcito y en extenuantes reuniones con funcionarios. Estuve presente en momentos de crisis y en conversaciones con otros presidentes. Mi impresi¨®n fue la de un hombre disciplinado, que calcula cada movimiento.
Eso me lo confirmaron las fuentes que consult¨¦. Yolima Jim¨¦nez, su secretaria desde hace m¨¢s de 30 a?os, por ejemplo, me cont¨® que trota a diario, que detesta la impuntualidad y que todos los d¨ªas, antes de las seis de la ma?ana y hasta la medianoche, env¨ªa mensajes de WhatsApp a su equipo.
Por ese su talante, en su familia lo ve¨ªan como un l¨ªder: sus hermanos lo llamaban, con cierta iron¨ªa, ¡°se?or presidente¡± desde ni?o. Uno de los lugares comunes que tanto se repiten sobre Santos es que naci¨® para gobernar. Creci¨® en una de las familias m¨¢s influyentes de Colombia, rodeado por el poder pol¨ªtico y period¨ªstico. Su t¨ªo abuelo, Eduardo Santos, fue presidente entre 1938 y 1942. Los Santos fueron propietarios del diario El Tiempo ¡ªdel que Juan Manuel fue subdirector y columnista¡ª durante d¨¦cadas. Todos intu¨ªan que, tarde o temprano, llegar¨ªa a las altas esferas del Estado. ?l lo niega: dice que siempre quiso ser reportero y que descubri¨® su vocaci¨®n pol¨ªtica tarde.
En su adolescencia pas¨® por la marina, de ah¨ª tom¨® la disciplina militar. Luego estudi¨® en Reino Unido y Estados Unidos, donde admir¨® la vida de Lincoln, Roosevelt y Churchill. En Harvard conoci¨® a uno sus mentores: Carlos Fuentes. El mexicano escribi¨®: ¡°A Juan Manuel Santos lo consider¨¦, como Sarmiento a Domingo, mi mejor alumno¡±. En su novela La silla del ?guila (2003) predijo que ser¨ªa presidente.
es uno de los l¨ªderes m¨¢s admirados por la comunidad internacional, aunque en Colombia sus niveles de popularidad son muy bajos
Se dice, tambi¨¦n, que Santos es un apostador y que toma muchas decisiones con la frialdad con la que apuesta en la mesa. Esa es una suposici¨®n pero s¨ª es cierto que es un gran jugador de p¨®quer.
Tambi¨¦n es verdad que es muy vanidoso. Revisa con cuidado su apariencia y, desde muy joven, se aplica tratamientos de belleza. Manda hacer sus trajes a la medida con el mismo corte y pa?os ingleses de tonos oscuros. Tuvo barba hasta los 40 a?os. Un d¨ªa se afeit¨® y sus amigos le preguntaron la raz¨®n del cambio. Confes¨® que lo hab¨ªa hecho porque la noche anterior se hab¨ªa desvelado pensando que ning¨²n presidente en las ¨²ltimas d¨¦cadas en Colombia ten¨ªa barba.
Tuvo un problema de vocalizaci¨®n. Con su rigor caracter¨ªstico, contrat¨® profesores y especialistas que le ayudaron a superar su timidez y su tartamudeo, que ten¨ªa desde la ¨¦poca del colegio. Todav¨ªa hoy, en las ma?anas, hace ejercicios para superar ese impedimento. Su vanidad ha sido criticada por sus opositores, quienes consideran que es su ¨²nica motivaci¨®n.
Santos es uno de los l¨ªderes m¨¢s admirados por la comunidad internacional, aunque en Colombia sus niveles de popularidad son muy bajos. Naci¨® como favorito del poder pero termin¨® rechazado por la ¨¦lite. Es acusado de ¡°castrochavista¡±, cuando fue un ministro de Defensa que atac¨® como nadie a las FARC. Pasar¨¢ a la historia como el primer presidente en la historia de Colombia que recibe un Premio Nobel de la Paz por su intento de acabar la guerra. Y, sin embargo, los alcances de ese acuerdo tienen un futuro incierto.
Por eso, quiz¨¢s, es tan parad¨®jica su frase en el discurso de Mesetas. Porque Juan Manuel Santos se prepar¨® met¨®dicamente para disfrutar ese d¨ªa de consagraci¨®n. Porque, para ¨¦l, ha valido la pena una vida en medio de las c¨²spides del poder. Y, sin embargo, su legado en la historia es todav¨ªa incierto.
Felipe Restrepo Pombo es director de la revista Gatopardo y autor de varios libros, entre ellos la novela Formas de evasi¨®n (Seix Barral). Fue incluido en la lista Bogot¨¢39 como uno de los mejores narradores j¨®venes de Latinoam¨¦rica. Twitter: @felres
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