Malo, mal¨ªsimo

Probablemente fuera Reinhard Heydrich, el jefe de los servicios de seguridad nazis y el hombre que implement¨® el Holocausto -el verdugo de Hitler, en palabras de Thomas Mann-, el peor tipo que ha existido. No s¨¦, hay mucha competencia. Me parece que agrava su maldad el que mientras otros camaradas pardos eran unos brutos, sobre ¨¦l se hab¨ªan derramado grandes dones: era atractivo, de finas maneras, educado, buen m¨²sico (no en balde su segundo nombre era Trist¨¢n), valiente y amante de la literatura de aventuras. Incluso fue audaz piloto y consumado esgrimista de sable. Todo eso, que nos lo aproxima escalofriantemente, se pudri¨® en un alma corrompida y despiadada.

La pel¨ªcula se obliga a narrar a demasiada velocidad la vida del nazi, incluidos los polvos

La, por otro lado interesant¨ªsima, pel¨ªcula reci¨¦n estrenada El hombre del coraz¨®n de hierro (el ep¨ªteto que le dedic¨® Hitler) no alcanza a explicar en su complejidad, m¨¢s all¨¢ del despecho y la perversa influencia de su mujer Lina (que son ciertos), la personalidad de ese ser que representa como casi nadie la barbarie de la humanidad. De entrada, Jason Clarke no da el perfil de Heydrich o en todo caso solo su lado brutal, pero no el sofisticado, que es el m¨¢s interesante y perturbador. Adem¨¢s, el filme ¨Cpretendida adaptaci¨®n de HHhH de Laurent Binet (Seix Barral, 2011) en la que falta todo el elemento metaliterario de la novela- se ve obligado a narrar a tal velocidad, incluidos los polvos, la vida del general nazi (para luego convertirse en la segunda parte en una emocionante recreaci¨®n de la Operaci¨®n Antropoide, su asesinato en Praga) que se niega toda posibilidad de sutileza. Pasamos sin respiro de su expulsi¨®n de la Armada a las palizas a los comunistas y ya estamos con los Einsatzgruppen en Polonia, en el Sal¨®n Kitty, en la conferencia de Wansee, como Reich Protector en Praga y llegando a la curva donde le espera su N¨¦mesis en forma de paracaidistas.

Curiosamente, me pareci¨® que lo mejor de la funci¨®n (aparte del asalto por las SS a la cripta de la iglesia de San Cirilo y Metodio, que una vez visit¨¦ sobrecogido, donde se esconden los perpetradores del atentado), resulta ser ese secundario de excepci¨®n que es Himmler. Creo que nunca se le ha representado tan bien en el cine. La escena (aut¨¦ntica) en que recibe a Heydrich en su granja de pollos y aquejado de gripe para ficharlo es antol¨®gica. Eso s¨ª que es banalidad del mal, madre m¨ªa.