Recuperar los salarios
Solo una subida acorde con la productividad sostendr¨¢ el crecimiento
No son pocas las voces que han reclamado p¨²blicamente durante las ¨²ltimas semanas una subida arm¨®nica y progresiva de los salarios para sostener el crecimiento de la econom¨ªa. La ministra F¨¢tima B¨¢?ez ha ¡°instado¡± a que los agentes sociales acuerden una subida salarial, en consonancia con los tiempos de crecimiento que, como parece l¨®gico, deber¨ªan extenderse a los asalariados. Es evidente que la ministra B¨¢?ez y el Gobierno al que representa tiene m¨¢s recursos que la ¡°instancia¡± para impulsar un acuerdo de esa naturaleza desde la trastienda. El presidente de la CEOE, Joan Rosell, ha dado pruebas de madurez cuando ha reconocido que hay en Espa?a demasiada gente con salarios bajos y que deber¨ªa llegarse a un acuerdo para elevar las retribuciones m¨¢s bajas incluso por encima del m¨¢ximo del 2,5% que propone la patronal para 2017. Es una buena noticia, aunque quiz¨¢ de limitado alcance, que los empresarios sean conscientes de la precariedad salarial en Espa?a y que propongan soluciones para resolverla.
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La estructura salarial espa?ola refleja una precariedad preocupante que sin duda se ha acentuado desde la crisis por efecto de la llamada reforma laboral. La vuelta de la econom¨ªa espa?ola al crecimiento se ha sustentado sobre tres factores b¨¢sicos: un descenso acusado de las rentas salariales, cuya principal caracter¨ªstica es una precarizaci¨®n de los j¨®venes, de las mujeres y de los estratos menos cualificados; un rebrote del turismo, que ha favorecido la extensi¨®n de la precariedad laboral, y las ventajas derivadas de la pol¨ªtica de dinero a tipo cero o la ca¨ªda del petr¨®leo. El primer factor es muy preocupante. Cuatro de cada diez trabajadores perciben menos de 1.290 euros mensuales y m¨¢s del 12% no llegan a los 650 euros mensuales.
Con esta estructura de retribuciones salariales resulta muy dif¨ªcil sostener tasas de crecimiento a medio plazo que est¨¦n fundadas en algo m¨¢s que el consumo de productos perecederos o de mera supervivencia. La necesidad de cerrar un acuerdo de negociaci¨®n colectiva para 2017 con subidas salariales generalizadas, relacionadas con la productividad, con mejoras m¨¢s acusadas para las rentas m¨¢s bajas, se justifica sobradamente con la exigencia de que los salarios se incorporen a las expectativas creadas por el crecimiento. Pero el argumento de fondo es de m¨¢s largo alcance: solo la estabilidad en el empleo y unas retribuciones m¨¢s altas permitir¨¢n sostener la reactivaci¨®n de la econom¨ªa con decisiones de demanda a medio y largo plazo. En resumen, nadie puede comprar un bien duradero con un salario que no llega a los 800 euros mensuales.
Es crucial que el Gobierno y los agentes sociales (sobre todo la patronal) hayan captado las p¨¦simas consecuencias de una pol¨ªtica de rentas precaria y desequilibrada, porque las ventajas a corto plazo comprometen gravemente el medio y largo plazo; tambi¨¦n es importante que lo expongan p¨²blicamente. Pero no basta con decirlo; hay que actuar en consecuencia y cerrar un acuerdo salarial que permita a los trabajadores una recuperaci¨®n paulatina de su poder adquisitivo.
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