El honor
La muerte de Miguel Blesa ha devuelto a mi memoria la cotidiana tragedia de los suicidas japoneses
En Jap¨®n, el fracaso a menudo desemboca en tragedia. En su cultura, el honor y la honorabilidad conservan un prestigio casi sagrado, que en Occidente perdieron hace mucho tiempo. Por eso, los suicidios son frecuentes. Quienes acaban con su propia vida suelen ser hombres, padres de familia arruinados, que pueden haber dilapidado un cuantioso patrimonio o haber sido incapaces de afrontar un simple despido. En cualquier caso, antes de suicidarse, ahorran el dinero que sus herederos tendr¨¢n que pagar por su entierro y, si van a optar por tirarse a un tren, tambi¨¦n por la multa que generen los da?os causados en la v¨ªa. Este procedimiento es tan habitual que los ferrocarriles japoneses cuentan con un baremo de indemnizaciones por suicidio. Una muerte provocada por un tren bala en una l¨ªnea principal cuesta m¨¢s dinero que una muerte causada por un tren m¨¢s lento en un trayecto secundario. Por eso, al conocer la noticia, los deudos ya saben la cantidad que encontrar¨¢n en el sobre que el difunto ha dejado en lugar de una nota. La muerte de Miguel Blesa ha devuelto a mi memoria la cotidiana tragedia de los suicidas japoneses, que escogen la muerte a la vida sin honor y, al procur¨¢rsela a s¨ª mismos, se aseguran una memoria honorable. Es el mismo c¨®digo que se aplicaban nuestros antepasados en los tiempos de los desaf¨ªos y los duelos a pistola, aunque el concepto espa?ol del honor ha cambiado tanto que nadie lo ha manejado siquiera como hip¨®tesis en la interpretaci¨®n de un suicidio como este. Sin embargo, quienes pretenden presentarlo como una v¨ªctima deber¨ªan apreciar esta posibilidad, porque si el suicidio de Blesa ha puesto algo de manifiesto, es que no ten¨ªa la menor confianza en probar su inocencia ante los tribunales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.