C¨®mplices de Maduro

Este domingo, si la presi¨®n combinada de la diplomacia y los venezolanos no logran impedirlo, Venezuela cruzar¨¢ la ¨²ltima l¨ªnea roja que separa a una democracia de una dictadura.

A partir del momento en el que el r¨¦gimen de Maduro d¨¦ por v¨¢lida la elecci¨®n, fraudulenta y anticonstitucional, de la llamada ¡°Asamblea Nacional Constituyente¡±, habr¨¢ disuelto la ¨²ltima instituci¨®n democr¨¢tica que queda en ese pa¨ªs: la Asamblea Nacional, elegida en las elecciones el 6 de diciembre de 2015. Esos comicios, recordemos, fueron ganados por la oposici¨®n a Maduro, agrupada en la Mesa de Unidad Democr¨¢tica (MUD). La MUD obtuvo un resultado espectacular dadas las muy adversas circunstancias en las que se celebraron las elecciones: logr¨® el 56,2% de los votos y 112 de los 167 esca?os en liza.

Desde entonces, el r¨¦gimen de Maduro ha vaciado de poderes al ¨®rgano legislativo. El resultado de esta labor de demolici¨®n, perpetrada con el apoyo de un Tribunal Supremo que el r¨¦gimen ha atiborrado de magistrados ideol¨®gicamente afines, dibuja un brutal sinsentido democr¨¢tico: la Asamblea, leg¨ªtima representante del pueblo venezolano, ni tiene competencias legislativas, ni de control del Gobierno, ni capacidad para aprobar los presupuestos generales o supervisar los gastos del Estado, es decir, exactamente todas aquellas funciones que son la raz¨®n de ser del parlamentarismo democr¨¢tico.

Por si fuera poco, vali¨¦ndose de su control del Consejo Nacional Electoral, ha impedido con todo tipo de maniobras y triqui?uelas que la oposici¨®n pudiera llamar a la convocatoria de una elecci¨®n presidencial revocatoria, un procedimiento tasado en el art¨ªculo 72 de la Constituci¨®n de 1999. Y violando de forma a¨²n m¨¢s flagrante la literalidad de la Ley Fundamental del chavismo, ha convocado esta elecci¨®n constituyente, que seg¨²n sus art¨ªculos 347 y 348 requiere un refer¨¦ndum previo para obtener el consentimiento popular, no una elecci¨®n ama?ada sin participaci¨®n de la oposici¨®n ni garant¨ªas de ning¨²n tipo.

La oposici¨®n democr¨¢tica ha quedado atrapada en una situaci¨®n imposible. Tras haber aceptado las reglas del juego chavista, se encuentra con que el Gobierno de Maduro las modifica a su antojo cada vez que le perjudican y somete a encarcelamiento injusto a los l¨ªderes pol¨ªticos que se oponen y a represi¨®n sin fin a los ciudadanos que se manifiestan contra ¨¦l. Los 498 presos de conciencia que seg¨²n la OEA hay en el pa¨ªs y m¨¢s de 100 muertos en la represi¨®n callejera dejan bien clara cu¨¢l es la concepci¨®n de la democracia y los derechos humanos que tiene el r¨¦gimen.

En este lamentable estado de cosas, los l¨ªderes de Podemos, que declaran d¨ªa s¨ª y d¨ªa no querer regenerar la democracia espa?ola, guardan silencio, cuando no justifican a Maduro y acusan a la oposici¨®n de antidemocr¨¢tica. Es urgente que Podemos aclare si su est¨¢ndar de democracia es el mismo que el que representa Maduro. No es una cuesti¨®n ret¨®rica. Los ciudadanos espa?oles tienen derecho a saber si la suerte que les esperar¨ªa si Podemos gobernara y ellos decidieran oponerse a sus pol¨ªticas ser¨ªa similar a las que sufren los ciudadanos e instituciones venezolanas que han decidido defender la democracia del autoritarismo de Maduro.