Por las buenas
A¨²n no existe un modelo democr¨¢tico de separaci¨®n sin consenso entre los que se van, solo hip¨®tesis
Hay dos formas de llevar a cabo una secesi¨®n en condiciones democr¨¢ticas. Una, desde luego, es por acuerdo de las partes; la otra es con una mayor¨ªa aplastante. El apoyo internacional se sigue de cualquiera de los dos casos. Ninguna de las condiciones, ni su derivada, se observan en Catalu?a.
Esto no es una ocurrencia m¨ªa. Desde comienzos del siglo XX ha habido 30 secesiones aprobadas por un refer¨¦ndum popular y reconocidas por los dem¨¢s pa¨ªses. En todas menos dos los votos a favor de la independencia fueron como m¨ªnimo el 75% (el caso de Letonia en 1991, con solo un 12% de abstenci¨®n). En algunos casos hubo acuerdo previo, en otros no, pero la abrumadora mayor¨ªa y la comunidad internacional lo hicieron inevitable.
Es importante apreciar c¨®mo fueron los dos ¨²nicos procesos de independencia pactada pero obtenida sin consenso interno: la descolonizaci¨®n de Malta en 1964 y la separaci¨®n de Montenegro de su federaci¨®n con Serbia en 2006, ambos con un 55% de votos a favor. Una relaci¨®n colonial que los mismos brit¨¢nicos quer¨ªan disolver y un Estado multi¨¦tnico con un permiso de separaci¨®n inscrito en su Constituci¨®n. La UE exigi¨® un m¨ªnimo de cinco puntos sobre la mayor¨ªa para considerar viable un territorio en el que los montenegrinos ni siquiera son la mitad. Cualquier parecido con las referencias ret¨®ricas de la autodeterminaci¨®n nacional es una f¨¢bula, no una coincidencia.
Ha habido otros casos de sociedades donde el apoyo a la independencia era moderado y en los que se ha votado sobre ello, pero siempre ha prevalecido la uni¨®n, como en Quebec o en Escocia. Son modelos inacabados, y algo parad¨®jicos para el soberanismo nacionalista. Por poner un ejemplo, solo de los muchos asuntos abiertos: se da por hecho que la secesi¨®n supondr¨ªa la renuncia al norte de Quebec, no independentista, y tal vez a zonas urbanas del sur; y la segregaci¨®n de las islas septentrionales de Escocia, por igual motivo.
El siglo XXI tal vez traiga esa ¡ªpara m¨ª, triste¡ª novedad, pero a¨²n no existe un modelo democr¨¢tico de separaci¨®n sin consenso entre los que se van, solo hip¨®tesis. Por eso se necesita no solo pactar, sino extremar las cautelas y garant¨ªas; lo contrario de lo que vemos.
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