Por qu¨¦ deber¨ªamos dejarnos llevar y aceptar el caos como algo positivo
"Hay algo de magia en el desorden". Tim Harford, autor de 'El poder del desorden', defiende las sociedades ligeramente ca¨®ticas
Hay que agradecer a Tim Harford, autor de El poder del desorden, que en las 300 p¨¢ginas de su libro no utilice ni una sola vez la expresi¨®n ¡°zona de confort¡±. Porque este periodista econ¨®mico habla de los beneficios derivados de abrazar el caos, en vez de pretender mantenerlo todo controlado. ¡°Defender¨¦ el desorden, no porque piense que es la respuesta a todas las preguntas de la vida, sino porque creo que tiene muy pocos defensores. Quiero convencerles de que, a veces, hay algo de magia en el desorden¡±.
No es un libro de autoayuda. Uno aspiraba a que Harford alabara la capacidad de reproducir en la propia casa los efectos de un tornado particularmente destructivo a los cinco minutos de entrar por la puerta, pero no. Se basa principalmente en ejemplos hist¨®ricos: como aquella vez en la que uno de los m¨²sicos m¨¢s mani¨¢ticos del siglo XX, el pianista de jazz Keith Jarret, capaz de suspender un concierto porque un alma c¨¢ndida le tirase una foto a 30 metros, decidi¨® saltarse todas las reglas autoimpuestas que cumpl¨ªa cada noche de forma escrupulosa y tocar con un piano estropeado. El resultado, The K?ln concert, no es solo seg¨²n algunos cr¨ªticos de jazz ¡°el disco que cambi¨® la historia del jazz¡±, tambi¨¦n es uno de los ¨¢lbumes del g¨¦nero m¨¢s vendidos de la historia.
Harford?establece extra?os s¨ªmiles. Por ejemplo, ve parecidos entre los m¨¦todos ¡°aparentemente risibles y poco profesionales¡± de Trump, el buf¨®n que lleg¨® a presidente; Amazon, un desastroso vendedor de libros convertido en el gran minorista de occidente, y Rommel, el mariscal nazi que tuvo en jaque a los brit¨¢nicos en ?frica en la II Guerra Mundial. ¡°Desarroll¨® una filosof¨ªa basada en que las oportunidades a menudo surgen de la confusi¨®n. La estrategia ca¨®tica y desordenada siempre ha sido adoptada por quien lleva las de perder¡±, afirma.
Pero tambi¨¦n defiende las sociedades ligeramente ca¨®ticas. Defiende que si las pruebas de resistencia bancarias hubieran sido impredecibles, quiz¨¢s se hubiera descubierto a tiempo que los bancos no estaban preparados para sortear la crisis de 2007. ¡°El examen m¨¢s dif¨ªcil del mundo no lo es si todos los examinados tienen una chuleta. Una pregunta directa sobre un aspecto inesperado puede ser mucho m¨¢s efectiva¡±.
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