Mate a la democracia
El chavismo, a trav¨¦s de Podemos, forma parte de nuestro paisaje pol¨ªtico
El buen papa Francisco ha tra¨ªdo un soplo de humanidad al Vaticano, en la ya lejana estela de Juan XXIII, pero su despliegue de buenas intenciones no se ha visto acompa?ado con frecuencia ni por el rigor teol¨®gico ¡ªah¨ª est¨¢n su ceguera voluntaria ante el autoritarismo del De servo arbitrio, de Lutero, y ante las diferencias entre la yihad y el proselitismo cristiano¡ª, ni por un compromiso abierto en defensa de la democracia frente a tiran¨ªas como la de Ra¨²l Castro en Cuba o la de Nicol¨¢s Maduro, en Venezuela. Acompa?ado en su aproximaci¨®n a la segunda por el siempre confuso Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, se limit¨® a recomendar ¡°di¨¢logo¡± en un momento en que ese intento mediador implicaba desmovilizaci¨®n de los opositores democr¨¢ticos, lejos a¨²n del grado de violencia actual. Si entonces Francisco se pronunci¨®, ?por qu¨¦ no lo hace ahora ?
Ser¨ªa deseable esa rectificaci¨®n, ya que la l¨ªnea pol¨ªtica de Maduro, una vez desmantelado el refer¨¦ndum revocatorio, no ofrec¨ªa dudas, y l¨®gicamente ha ido a parar al autogolpe de Estado de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), a una mort¨ªfera represi¨®n en la calle y al encarcelamiento de los l¨ªderes opositores. Puerta abierta al terror de ambos signos. Al hablar de la ANC suele olvidarse que no estamos solo ante el prop¨®sito fraudulento de eliminar la democr¨¢tica Asamblea Nacional, ganada en las urnas por la oposici¨®n, sino de crear un organismo controlado totalmente por el Gobierno. La m¨¢scara de una dictadura, catastr¨®fica en lo econ¨®mico y zafiamente represiva en lo pol¨ªtico.
El asunto nos toca de cerca, ya que el chavismo, v¨ªa Podemos, forma parte de nuestro paisaje pol¨ªtico, y no solo como pieza arqueol¨®gica que remite al pasado de sus l¨ªderes, sino como base de un proyecto de acci¨®n y de control del poder pol¨ªtico. Las circunstancias no favorecen ahora un apoyo abierto, pero desde que evitaron formular toda condena al asalto fascista sufrido por la Asamblea opositora, qued¨® claro que su papel consist¨ªa en bloquear la unidad democr¨¢tica contra Maduro y en servirse de su prensa y de los exabruptos de un fundador exaltado para mantener el cord¨®n umbilical con un sistema pol¨ªtico cuya l¨®gica de acci¨®n heredan.
El silencio c¨®mplice de Podemos es signo inequ¨ªvoco de coincidencia de fondo con la bazofia seudoprogresista de Maduro
Recordemos que el singular banco de pruebas fue la conquista y ejercicio del poder en un espacio universitario. El papel de la violencia fundacional correspondi¨® aqu¨ª al famoso boicot a Rosa D¨ªez, ejecutado por una minor¨ªa activa, dirigida por los futuros l¨ªderes de Podemos, con la pasividad c¨®mplice de la autoridad acad¨¦mica. Aparentemente fue solo un episodio. En realidad, este mostr¨® quien ten¨ªa las riendas del poder, mantenido en lo sucesivo mediante el control de los procesos electorales, el juego del palo y la zanahoria, y la anulaci¨®n de todo discrepante. Un peque?o r¨¦gimen, donde qued¨® fuera la dimensi¨®n cient¨ªfica.
Porque esta fue la regla de juego establecida por el presidencialismo dictatorial, forjado por Ch¨¢vez y ahora culminado con Maduro. Las formas de la democracia representativa permanecieron inicialmente, confiando en que como sucedi¨® hasta 2015 el control de los medios, la demagogia populista, y sobre todo la permanente destrucci¨®n de imagen de los opositores, las subordinara a la voluntad del L¨ªder. Los derechos individuales fueron manejados a voluntad. Cuando la manipulaci¨®n fall¨®, con las elecciones a la Asamblea, su supresi¨®n es t¨¦cnicamente inevitable para la supervivencia del sistema. La m¨¢scara democr¨¢tica desaparece.
En el pasado de la izquierda, hubo ca¨ªdas de Damasco obligadas para acceder a la democracia, caso de la condena del PCE a la invasi¨®n sovi¨¦tica de Praga en 1968. ¡°Hemos tenido que decir no¡±, se plant¨® entonces Pasionaria ante Brezhnev y Suslov. El comunismo democr¨¢tico quer¨ªa ser otra cosa. El silencio c¨®mplice de Podemos es, en cambio, signo inequ¨ªvoco de coincidencia de fondo con la bazofia seudoprogresista de Maduro.
Para aclarar m¨¢s las cosas, ah¨ª est¨¢ la reciente intervenci¨®n de Pablo Iglesias sobre la Revoluci¨®n de 1917 ante su hu¨¦sped boliviano. Con un ejercicio de cinismo e involuntaria transparencia, en abierta exaltaci¨®n del ¡°genio bolchevique¡± personificado por Lenin, Iglesias explica que ¡°dot¨® a los de abajo de los mecanismos para la acci¨®n pol¨ªtica¡±, venciendo a ¡°los de arriba¡±. As¨ª que para nuestro buen maniqueo ¡°acci¨®n pol¨ªtica¡± es ¡° insurrecci¨®n¡±. Pero sobre todo, al triunfar esta, los bolcheviques ¡°son capaces de producir orden¡±. Tiene raz¨®n Iglesias: el orden de las checas y del gulag, el terror. Todo un programa pol¨ªtico a tener en cuenta.
Antonio Elorza es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica.
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