Espa?a no existe
La ciencia pol¨ªtica nos ense?a que los acuerdos entre dos adversarios internamente heterog¨¦neos son m¨¢s f¨¢ciles que entre dos adversarios fuertemente cohesionados
Los independentistas creen que Espa?a es un artilugio chusquero, pero, parad¨®jicamente, asumen la existencia de una unidad indisoluble entre las fuerzas espa?olas. El Gobierno, la fiscal¨ªa, el poder judicial, los medios de comunicaci¨®n y dem¨¢s instituciones de ¨¢mbito estatal actuar¨ªan siguiendo unos protocolos definidos.
Obviamente, esa Espa?a no existe. Como no existe unidad de acci¨®n en democracia moderna alguna. Cada poder se rige por sus propios c¨®digos. Y, sin duda, puede haber presiones de unos poderes a otros. Pero de ah¨ª a ejecutar un plan coordinado dista un trecho. Toda instituci¨®n en una democracia ¡ªy por ende sus ocupantes temporales¡ª es una especie que busca la supervivencia y vive en permanente tensi¨®n con su entorno, luchando por su autonom¨ªa contra viento y marea. Porque, perdida la autonom¨ªa, un organismo democr¨¢tico est¨¢ condenado a la irrelevancia.
A la inversa, muchos constitucionalistas creen que hay una unidad de acci¨®n en el independentismo que, en realidad, tampoco existe. Si ¡°Espa?a¡± es un conjunto variado de instituciones con intereses particulares, el independentismo es un agregado de partidos y movimientos sociales diversos. Algunos de esos vectores se condicionan los unos a los otros, pero sus intereses no est¨¢n alineados. La guerra soterrada entre ERC y el PDeCAT es solo un ejemplo. Los partidos son animales pol¨ªticos que pueden coaligarse para dar caza a una presa concreta, pero no son hormigas o abejas que sacrifican su individualidad en pos de un objetivo com¨²n.
De ello se desprende una consecuencia negativa y una positiva. La mala noticia es la incertidumbre. Es una inc¨®gnita lo que vaya a suceder en los pr¨®ximos meses, pues no habr¨¢ un ¨²nico choque entre dos trenes, sino m¨²ltiples colisiones entre muchos trenes y, sobre todo, muchos descarrilamientos.
La buena nueva es que la ciencia pol¨ªtica nos ense?a que los acuerdos entre dos adversarios internamente heterog¨¦neos son m¨¢s f¨¢ciles que entre dos adversarios fuertemente cohesionados. Hay m¨¢s puntos de encuentro.
Pero, antes de ello, cada uno de los bandos debe entender que el otro no existe. @VictorLapuente
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