El legado de Ch¨¢vez
Nicol¨¢s Maduro ha exacerbado los problemas estructurales del proyecto bolivariano
Crisis econ¨®mica, miseria social y polarizaci¨®n pol¨ªtica. Ese es el legado final que deja todo tipo de populismo, sea de izquierdas o de derechas. Ese es el panorama sobre el que se alza, en estos momentos, el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro en Venezuela. El heredero de Hugo Ch¨¢vez encabeza un r¨¦gimen que, en realidad, solo es la culminaci¨®n de un proceso con antiguas ra¨ªces. Cabe preguntarse, como hiciera sobre Per¨² Zavalita, el personaje de Mario Vargas Llosa en Conversaci¨®n en La Catedral, cu¨¢ndo se jodi¨® Venezuela.
Otros art¨ªculos del autor
El autoritarismo, escaso liderazgo y gruesos errores pol¨ªticos y de gesti¨®n que acumula en su historial el presidente Nicol¨¢s Maduro provocan que sea contemplado como el principal culpable de todos los males que arrastra Venezuela. En verdad, los m¨¦ritos de Maduro no son tan extensos: su Gobierno finalmente no ha hecho sino exacerbar unos problemas estructurales heredados de la presidencia de Hugo Ch¨¢vez.
Ch¨¢vez conquist¨® la presidencia en 1998 alzando la bandera de la lucha contra la corrupci¨®n y prometiendo cambiar el modelo en el que se sustentaba Venezuela: el clientelismo pol¨ªtico, basado en los ingresos petroleros, y la monodependencia econ¨®mica con respecto a la exportaci¨®n de hidrocarburos. El r¨¦gimen bolivariano, amparado en el auge de los precios de las materias primas desde 2003, no solo no cumpli¨® con estas promesas sino que profundiz¨® la dependencia con respecto al petr¨®leo (que representa m¨¢s del 90% de las exportaciones), las pol¨ªticas clientelares (las famosas misiones) y a?adi¨® nuevos componentes (el ¡°guerracivilismo¡± y el revanchismo social) a un c¨®ctel que con el tiempo se ha demostrado explosivo. Ya en 2013, cuando falleci¨® Hugo Ch¨¢vez, Venezuela albergaba los g¨¦rmenes de su actual crisis institucional, pol¨ªtica y socioecon¨®mica que Maduro no se ha atrevido a afrontar y que ha contribuido a profundizar.
La ¨¦poca de la convivencia pol¨ªtica, propia de la IV Rep¨²blica (1959-1999), dio paso a la polarizaci¨®n y al enfrentamiento al dividir el pa¨ªs en bolivarianos y ¡°pitiyanquis¡±, en lenguaje chavista. La polit¨®loga Margarita L¨®pez Maya recuerda que si ¡°la atm¨®sfera pol¨ªtica de fines del siglo XX fue convulsionada, la de los primeros a?os del Gobierno de Ch¨¢vez exacerb¨® a¨²n m¨¢s las tensiones¡ La polarizaci¨®n contin¨²a deteriorando la convivencia pac¨ªfica y la calidad de la vida cotidiana¡ El discurso presidencial descalifica a los adversarios pol¨ªticos: ¡®Escu¨¢lidos¡¯, ¡®puntofijistas¡¯ y ¡®vendepatrias¡¯ son algunos de los calificativos que se les endilga¡±.
La polarizaci¨®n contin¨²a deteriorando la convivencia pac¨ªfica y la calidad de la vida cotidiana
El desprecio al adversario y la intransigencia frente a las opiniones diferentes no son un invento de Maduro, que se ha limitado a llevar hasta el extremo lo que tanto utiliz¨® su antecesor. Marcel Oppliger, autor del libro La revoluci¨®n fallida. Un viaje a la Venezuela de Hugo Ch¨¢vez, describ¨ªa en 2011 c¨®mo ¡°Venezuela est¨¢ partida en dos trincheras irreconciliables¡ Existe una gran odiosidad entre los venezolanos, separados, enfrentados y divididos entre chavistas y antichavistas. Antes copeyanos y adecos se detestaban pero eran capaces de convivir y reconoc¨ªan la legitimidad del otro. Ahora eso no existe. El otro es el enemigo al que hay que convencer o destruir¡±.
De igual forma, el abuso de la norma, el personalismo y el manejo a su antojo de la Constituci¨®n y las instituciones es una estrategia de claro corte chavista. Hugo Ch¨¢vez, tras ser derrotado en 2007 en un refer¨¦ndum que buscaba legitimar su reelecci¨®n indefinida, forz¨® la convocatoria de otra consulta, en 2009, para alcanzar lo que dos a?os antes hab¨ªa sido rechazado. Maduro, desde 2015, ha buscado de forma continua acabar con el ¨²nico polo de oposici¨®n a su r¨¦gimen, la Asamblea Nacional. Primero vaci¨¢ndola de contenido y competencias gracias a una Sala Constitucional del Supremo controlada por el chavismo; y ahora convocando una Asamblea Constituyente que nace con el prop¨®sito de disolver el poder legislativo antichavista.
El futuro pasa por construir un proyecto de pa¨ªs consensuado por el chavismo y el antichavismo. Un proyecto que rescate la capacidad de di¨¢logo de la ¨¦poca anterior a Ch¨¢vez y que posea la preocupaci¨®n social (pero sin clientelismo) que ha caracterizado al chavismo. Venezuela no ser¨¢ viable ni desde el elitismo de la IV rep¨²blica ni desde el populismo demag¨®gico y autoritario de la V. Cualquier opci¨®n que se base en la exclusi¨®n conduce a prolongar la actual situaci¨®n: la de un pa¨ªs dividido y enfrentado, con un Gobierno que legisla para una mitad contra la otra.
Rogelio N¨²?ez Castellano es profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcal¨¢.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.