Venezuela nos ata?e

La destrucci¨®n de la democracia venezolana y el asalto continuado a los derechos y libertades de los ciudadanos de ese pa¨ªs a manos del r¨¦gimen chavista es, sin ninguna duda, el hecho m¨¢s relevante que experimenta en la actualidad la comunidad iberoamericana.

Precisamente porque tiene lugar en un continente con un extenso y pesado legado autoritario pero que ha progresado admirablemente en las ¨²ltimas d¨¦cadas tanto en libertades pol¨ªticas como en prosperidad econ¨®mica, un retroceso democr¨¢tico tan dram¨¢tico y tan pronunciado como el que est¨¢ experimentando Venezuela merece, adem¨¢s de la solidaridad de todos, el m¨¢ximo de atenci¨®n pol¨ªtica, diplom¨¢tica y, por supuesto, period¨ªstica.

As¨ª lo ha entendido la larga serie de actores internacionales, desde la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) al Mercosur, pasando por la Uni¨®n Europea y Naciones Unidas, el Vaticano o un buen n¨²mero de expresidentes ¡ªentre ellos varios espa?oles¡ª que de una manera u otra se han involucrado a fondo en los ¨²ltimos meses en el intento de poner fin a la deriva autoritaria emprendida por el presidente Nicol¨¢s Maduro.

Al abismo pol¨ªtico en el que el r¨¦gimen de Maduro ha sumado a Venezuela ¡ªrecordemos el reciente informe de Naciones Unidas sobre la violaci¨®n sistem¨¢tica de los derechos humanos en ese pa¨ªs¡ª se suma una grav¨ªsima crisis humanitaria, derivada de una desastrosa gesti¨®n econ¨®mica, y una crisis de seguridad de enormes proporciones que hace a¨²n m¨¢s penoso el d¨ªa a d¨ªa de los venezolanos.

El dramatismo de la situaci¨®n venezolana es por tanto tan real como grave y concierne de una manera natural y sentida a todo dem¨®crata. Se trata de una solidaridad, por otra parte, que viene de antiguo y que ya se expres¨® en su momento con respecto a las dictaduras chilena o argentina, cuya evoluci¨®n fue seguida con much¨ªsimo inter¨¦s por todos los dem¨®cratas espa?oles.

De ah¨ª que no quepa juzgar sino como profundamente desafortunadas las declaraciones del portavoz del PSOE, ?scar Puente, calificando de ¡°sobredimensionada¡± la cobertura medi¨¢tica que la crisis venezolana recibe en Espa?a y atribuyendo lo que a su juicio ser¨ªan un exceso de portadas period¨ªsticas sobre ese pa¨ªs m¨¢s al deseo de da?ar a Podemos que al m¨¦rito informativo propio de la cuesti¨®n.

Tan grave como el reduccionismo de Puente, empe?ado en observar el mundo a trav¨¦s del estrecho prisma de la pol¨ªtica espa?ola y, de paso, atribuir a todos los venezolanos la responsabilidad de la crisis, es su negativa a reconocer el error ¡ªpeor a¨²n: ha exigido rectificaciones a los que han recogido sus preocupantes valoraciones¡ª. Que la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, haya asegurado posteriormente que la posici¨®n del PSOE sobre Venezuela no ha cambiado es sin duda una noticia tranquilizadora, pero no termina de aclarar si el portavoz oficial del PSOE, es decir, la persona que habla formalmente en nombre del partido, sigue considerando que los medios espa?oles prestan una atenci¨®n exagerada a la crisis venezolana y que, adem¨¢s, lo hacen por razones de pol¨ªtica interna espa?ola. Una aclaraci¨®n as¨ª ser¨ªa bienvenida.