Verano fr¨ªo III

La tarea se est¨¢ poniendo complicada. Ahora se puede ser mileurista y viajar a Tailandia, Islandia o hacer la ruta americana. Airbnb, Booking, Skyscanner. Todo tipo de facilidades para llegar lejos a precio asequible y que yo desde la fr¨ªa Bogot¨¢ tenga m¨¢s dif¨ªcil copiaros los planes. No pasar envidia. Aparentar un verano calentito.

Esta semana he visto en Instagram vuestras fotos de cascadas, de atardeceres en la playa, de reservas de animales en ?frica, de gasolineras yanquis donde a¨²n conservan antiguas m¨¢quinas de Coca Cola. As¨ª que he decidido que, despu¨¦s de conseguir hacer una foto hot dog y otra simulando un chiringuito en una ciudad oto?al y sin playa, esta semana voy a retratarme en un paisaje del mismo pelaje de esos de los que presum¨ªs en redes.

A diez minutos de mi casa, escondido entre las construcciones de ladrillo rojo que dibujan Bogot¨¢, hay un sendero de una hora de ascenso llamado la quebrada de La Vieja. Solo se puede recorrer a primera hora de la ma?ana. En lenguaje colombiano: de cinco a nueve de lunes a viernes, hasta las 11 durante el fin de semana. La raz¨®n: o lo haces en compa?¨ªa de la polic¨ªa o es probable que vuelvas sin m¨®vil ni dinero a casa. No importa que el camino suba hasta m¨¢s de 3.000 metros y la falta de ox¨ªgeno haga mella en cada paso. No hay l¨ªmite de altura que un ladr¨®n bogotano no pueda coronar. No hay impedimento para que se esconda entre los ¨¢rboles y te d¨¦ una sorpresa.

El s¨¢bado pasado no solo consegu¨ª levantarme pronto; subir por un sendero de piedras que persigue un riachuelo; escuchar variedades de p¨¢jaros y asegurar haberlos visto. Al final llegu¨¦ hasta un bosque en mitad de los Andes. Un espacio sin ruidos ni contaminaci¨®n. Fr¨ªo. El lugar id¨®neo para sacar el tel¨¦fono ¨Cantes mirar a todas partes, por si acaso¨C y hacer una foto. El resultado es una imagen para competir. Y tambi¨¦n un momento que me ayud¨® a reconciliarme con Bogot¨¢. Nunca nos vamos a querer, pero ahora nos respetamos.