El BCE hizo bien

Las autoridades alemanas parece que no han comprendido del todo las exigencias de supervivencia de una uni¨®n monetaria en momentos de crisis. Siguen tratando de subordinar un proyecto de varios pa¨ªses a la interpretaci¨®n excesivamente estricta de su ordenamiento nacional, haciendo abstracci¨®n de la realidad conjunta. Vuelve a ocurrir con las decisiones excepcionales adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) en 2012 como respuesta a la grave crisis sufrida por la eurozona. El Tribunal Constitucional alem¨¢n remite al Tribunal Europeo de Justicia una denuncia por entender que la adopci¨®n de medidas de est¨ªmulo cuantitativo por el BCE, el programa de compras de bonos p¨²blicos, excede a su mandato. Canaliza as¨ª las continuas reclamaciones del sector m¨¢s conservador de la sociedad alemana, contrario a las actuaciones del BCE para neutralizar la crisis.

Con independencia de la virtualidad pr¨¢ctica de esa reclamaci¨®n, dada la dilatada tramitaci¨®n de la misma ¡ªsuperior probablemente a la vigencia del programa del BCE¡ª, carece de justificaci¨®n. El BCE respondi¨® a la crisis con las mismas herramientas que otros bancos centrales, como la Reserva Federal, el Banco de Jap¨®n o el Banco de Inglaterra. Su extremado celo demor¨® una decisi¨®n que las econom¨ªas del ¨¢rea monetaria hubieran necesitado a?os antes para evitar no solo el desplome de las cotizaciones de la deuda p¨²blica y la elevaci¨®n de sus tipos de inter¨¦s hasta niveles insostenibles, sino el deterioro de las condiciones de vida de una amplia mayor¨ªa de ciudadanos de la eurozona.

El BCE, aunque tarde, hizo lo que deb¨ªa: evitar la fragmentaci¨®n e incluso el riesgo de desaparici¨®n de la moneda ¨²nica. Y eso forma parte de su mandato. Esas compras han permitido asentar una recuperaci¨®n, todav¨ªa tibia y con elevado desempleo, y ha impedido que la desafecci¨®n de los ciudadanos sobre la moneda ¨²nica y sus instituciones provocara desenlaces a la brit¨¢nica.