Estos son los artesanos que triunfan en la Red
HAN CRECIDO RODEADOS de oficios en peligro de extinci¨®n, labores casi olvidadas como la cester¨ªa, el bordado, el arte plumario o los mosaicos de baldosas hidr¨¢ulicas. La mayor¨ªa de estos j¨®venes tiene estudios universitarios, pero tomaron la decisi¨®n de dejarlo todo y convertirse en artesanos, para disgusto de sus familias. Buscaron a los mejores maestros con los que formarse, aunque en alg¨²n caso lamentan que ciertos artistas de la vieja guardia se mostraron reticentes a romper el secretismo de su oficio. Esta nueva generaci¨®n de creadores comparte la valent¨ªa de ir a contracorriente sin entender de modas, apostando por su marca personal. Se afanan en investigar la cultura de sus respectivos oficios y luchan por defender el valor de sus piezas artesanales. Estos cuatro emprendedores son un ejemplo de c¨®mo est¨¢ creciendo un mercado que busca la calidad frente a la producci¨®n industrial. Una demanda que se aprecia m¨¢s fuera de Espa?a, pero cuyo discurso comienza a calar en nuestra sociedad. Oficios espa?oles semiabandonados que, a trav¨¦s de Internet, se dan a conocer y se convierten en el nuevo lujo.
La artista de las plumas
¡ª La plumista Henar Iglesias creci¨® jugando con los alfileteros de su madre, la conocida maestra sombrerera Charo Iglesias. ¡°Un d¨ªa, cuando ten¨ªa ocho a?os, cerraron el ¨²nico local de plumas que exist¨ªa en Madrid. Me marc¨® mucho pensar que ese oficio ya no lo har¨ªa nadie. Entonces supe que yo me encargar¨ªa de ello¡±, recuerda. Ahora trabaja junto a su progenitora en el taller donde pas¨® su infancia.
¡ª Henar, de 36 a?os, compra el delicado material con el que trabaja a cazadores y polleros de confianza, aunque en alguna ocasi¨®n lo ha importado de Asia. En ocasiones le han dado aves ex¨®ticas muertas y ha rescatado el plumaje que le interesaba. ¡°Por eso aprend¨ª taxidermia¡±, explica. Despu¨¦s las guarda en cajas de cart¨®n nombradas por el tipo de animal (¨¢nade real, fais¨¢n, gallo, perdiz¡). Luego, de manera minuciosa, las escoge, plancha y las monta una a una. En pocas horas elabora un tocado, una pajarita o un sombrero, que puede alcanzar los 1.200 euros.
¡ª Le encanta impartir clases de plumas, tocados y flores en el madrile?o centro de Tecnolog¨ªa del Espect¨¢culo. El resto del tiempo lo dedica a la investigaci¨®n y desarrollo de este particular arte. Su sue?o es convertirse en una amanteca, los artesanos mexicanos que llevan creando ¡°aut¨¦nticas maravillas¡± con el plumaje desde la ¨¦poca prehisp¨¢nica y colonial.
El espartero de Malasa?a
¡ª Javier S¨¢nchez Medina, de 40 a?os, es un artesano del esparto. De peque?o hac¨ªa manualidades que acababa regalando al primero que le dijera que le gustaban. Pero nunca pens¨® que podr¨ªa ganarse la vida con ellas, ni mucho menos que Sarah Jessica Parker le comprar¨ªa una. ¡°Soy de Badajoz, y en las provincias parece que lo ¨²nico que te garantiza un futuro seguro es una oposici¨®n o una carrera¡±, cuenta. ¡°Llegu¨¦ a abrir un gimnasio pensando que el deporte era mi vida. Pero me di cuenta de que no me sent¨ªa realizado¡±, a?ade. Entonces se arriesg¨®. Cerr¨® el negocio y se traslad¨® a Madrid para aprender restauraci¨®n. ¡°Quer¨ªa tener mi propio sello y empec¨¦ a probar con mimbres y m¨¦dulas para hacer espejos. Luego los colgaba en Instagram y empezaron a llegar los pedidos¡±, explica. Trabajaba desde casa hasta que un d¨ªa al acostarse descubri¨® serr¨ªn en su cama. ¡°Ah¨ª decid¨ª buscar un local¡±. Han pasado dos a?os y ahora elabora los mismos espejos en su coqueto taller de Malasa?a.
¡ª Pero con lo que realmente ha alcanzado la fama este joven espartero ha sido con sus originales cabezas de toro, burro, b¨²falo y otros animales que tarda unos cinco d¨ªas en crear, a base de pleita e hilo de bramante, y que vende a partir de 130 euros. Su buen hacer lleg¨® a o¨ªdos del famoso interiorista estadounidense Nate Berkus, quien le invit¨® a la feria anual de dise?o de Beverly Hills (California). ¡°Gracias a eso comenzaron a lloverme pedidos internacionales y ahora la mayor¨ªa de mis ventas son online¡±. Eso no quita para que alucine todav¨ªa cuando recuerda a Sarah Jessica Parker en su local. ¡°Entr¨®, se interes¨® por todo, se llev¨® dos piezas, las colg¨® en sus redes sociales, me etiquet¨® y mi Instagram ardi¨®. Desde entonces hay gente que me dice: ¡®Quiero lo mismo que se llev¨® ella¡±.
Bordadora prodigiosa
¡ª Yolanda Andr¨¦s, de 44 a?os, trabaja rodeada de cestas de bobinas de hilo, lanas, telas, bordados, alfileteros y recipientes con tijeras de diferentes tama?os y colores.
¡ª Las paredes de su luminoso taller est¨¢n decoradas con lo m¨¢s representativo de su trabajo. Desde retratos bordados (que le llevan unas 220 horas de elaboraci¨®n y cuyo precio asciende a 3.900 euros) hasta paisajes, frases, animales, sudaderas y bolsos. En este lugar, donde siempre suena m¨²sica de fondo, no es dif¨ªcil imaginar a la ni?a que creci¨® en una mercer¨ªa de un peque?o pueblo zamorano y que ha acabado siendo una prestigiosa bordadora.
¡ª En 2008, Andr¨¦s trabajaba como dise?adora gr¨¢fica cuando se qued¨® embarazada y tuvo un parto prematuro. ¡°Mi hija pes¨® 900 gramos¡±. Estuvo seis meses en la UVI y luego dos a?os en casa con una m¨¢quina de ox¨ªgeno. ¡°Me apetec¨ªa dibujar, pero como no pod¨ªa usar pinturas por la toxicidad empec¨¦ a recuperar los hilos de la mercer¨ªa y los costureros antiguos de mi abuela¡±, recuerda. ¡°Despu¨¦s me hice con el local, comenc¨¦ a vender, a colaborar con firmas como Carolina Herrera y a impartir talleres. A veces pienso que es una moda que se va a acabar, pero mientras dure seguir¨¦ con mi aguja¡±.
El Picasso de las baldosas
¡ª El mosa¨ªsta Iv¨¢n Alvarado es capaz de dar vida al suelo con cemento, m¨¢rmol y pigmentos. Las baldosas hidr¨¢ulicas que ¨¦l dise?a, decoradas con originales mosaicos, embellecen mercados, restaurantes, oficinas, panader¨ªas o bancos.
¡ª De peque?o, este alicantino de 42 a?os se colaba en casas abandonadas y se llevaba trozos de suelo con dibujos. Pero tuvieron que pasar algunas d¨¦cadas para que encontrara su vocaci¨®n. Despu¨¦s de estudiar dise?o de mobiliario, Alvarado buscaba algo que estuviera m¨¢s relacionado con la artesan¨ªa. ¡°En 2002 descubr¨ª que, aparte de la cer¨¢mica manual, la baldosa hidr¨¢ulica era el ¨²nico pavimento que te permit¨ªa hacer lo que quisieras¡±, cuenta. ¡°Pero en Espa?a solo lo trabajaban cuatro personas y no quer¨ªan explicar c¨®mo lo hac¨ªan¡±. Entonces llam¨® a la puerta adecuada, la del artesano menorqu¨ªn Miguel Adrover. Gracias a ¨¦l, en un a?o adquiri¨® el conocimiento para hacer tramas (moldes sobre los que se echa la pintura para imprimir el dibujo a la baldosa).
¡ª Tambi¨¦n aprendi¨® a usar con maestr¨ªa los morteros y la prensa. Poco despu¨¦s lanz¨® su primera colecci¨®n de suelo hidr¨¢ulico. La llam¨® Artistas por los suelos. ¡°Con ella quise recuperar lo que se hac¨ªa en Barcelona cuando las f¨¢bricas invitaban a Gaud¨ª o al arquitecto Puig i Cadafalch a crear dise?os¡±. Reconoce que le ha costado salir adelante, pero que la cartera de clientes ha ido en aumento. ¡°Hay mucha gente que si tuviera que hacer una de mis baldosas las vender¨ªa a m¨¢s de 200 euros¡±. No es su caso. Las suyas cuestan entre 43 y 140 euros.
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