Enrico Letta se lo juega todo al poder del Mediterr¨¢neo
Ha sido eurodiputado, primer ministro de Italia y hoy profesor. En su nuevo libro ¡®Hacer Europa y no la guerra¡¯ dice que hay que ¡°sacar el orgullo europe¨ªsta contra los nacionalismos¡±
Dos ¡°veladas espantosas¡± que han llevado a Europa a una gran crisis de la noche a la ma?ana. Eso es lo que seg¨²n Enrico Letta (Pisa, Italia, 1966) han supuesto el Brexit y la victoria de Donald Trump. ¡°Siendo diferentes, ambos fen¨®menos se presentan como proyectos en contra de la integraci¨®n y, por tanto, en contra de la UE¡±, explica. En su opini¨®n, la Uni¨®n ¡°ha tocado fondo y est¨¢ volviendo a subir para relanzarse. Si 2016 fue el a?o oscuro, en 2017 los nacionalismos se ver¨¢n bloqueados¡±. Ahora mismo, dice, Alemania, Francia, Italia y Espa?a, con una responsabilidad ¡°inmensa¡±, tendr¨¢n que guiar el futuro de la Uni¨®n a trav¨¦s de dos velocidades: ¡°Schengen y el euro son ejemplos evidentes de que es necesario proponer una Europa con diferentes ritmos¡±.
Letta est¨¢ totalmente convencido de la importancia que tienen Espa?a e Italia para que, juntos, impulsen de nuevo el proyecto de integraci¨®n europea: ¡°Soy un defensor de la alianza Roma-Madrid. Aquella suerte de competici¨®n en los noventa donde ambos quer¨ªan demostrar qui¨¦n era m¨¢s amigo de Alemania fue un error. Juntos, pueden ser el motor europe¨ªsta desde el Mediterr¨¢neo¡±. Letta, que se considera ¡°muy vinculado a Espa?a¡±, destaca con aprecio su ¡°visi¨®n atl¨¢ntica¡± de las relaciones internacionales, al contrario que su pa¨ªs: ¡°Italia es un pa¨ªs rodeado de costas sin mareas¡±. De hecho, el t¨ªtulo de su ¨²ltimo libro publicado en Italia es Contra vientos y mareas, un concepto inexistente en el lenguaje italiano. En Espa?a su ¨²ltimo libro es Hacer Europa y no la guerra (Planeta).
Uno de los problemas del futuro de la Uni¨®n radica en qui¨¦nes podr¨ªan ser sus carism¨¢ticos l¨ªderes: ¡°El liderazgo futuro de la Uni¨®n Europea ser¨¢ difuso¡±, asegura. ¡°Hoy ya no es posible disfrutar de l¨ªderes como Kohl, Mitterrand y Delors. Primero, porque no los hay; y segundo, por la permanencia. Los ya citados duraron en su cargo de 10 a 15 a?os. Hoy, salvo Angela Merkel, es impensable hablar de mandatos tan duraderos. En un contexto donde Internet diluye, personaliza y abrevia la pol¨ªtica, genera liderazgo quien consigue aunar, y no quien, en solitario, logra romper los esquemas¡±.
"El populismo es el efecto, no la causa de la crisis interna de los estados de la Uni¨®n. Sin embargo, el ¡®establishment¡¯ lo utiliza como chivo expiatorio de los problemas causados por las propias clases dirigentes¡±
Al discutir el estado de salud de la UE, es inevitable hablar de los populismos: ¡°No hay que culparles de todo, porque son el efecto y no la causa de la crisis interna de los estados miembros de la Uni¨®n. Sin embargo, el establishment utiliza el populismo como chivo expiatorio de los problemas causados por las propias clases dirigentes. Y cuando estas se equivocan, los pueblos reaccionan. Con esto no quiero quitarle culpa a los populistas, son responsables de aprovecharse de la situaci¨®n generando, a trav¨¦s de los nacionalismos, las recetas m¨¢s da?inas posibles¡±.
Parece evidente que la pol¨ªtica tradicional necesita una potente evoluci¨®n para sobrevivir. Para Enrico Letta, hay dos grandes objetivos: ¡°El primero, acabar con la pol¨ªtica como profesi¨®n. ?Por qu¨¦? Es el ¨²nico modo en que se puede ser cre¨ªble en la relaci¨®n con los ciudadanos. La gente ya no acepta que los pol¨ªticos vivan de la pol¨ªtica, con la falta de libertad de conciencia que suele conllevar¡±. Y a?ade: ¡°En eso tanto Espa?a como Italia han sido precursores¡±. Bromeando, le preguntamos si entonces Silvio Berlusconi fue un revolucionario. Entre risas, admite: ¡°A su manera¡±. Como segundo gran proyecto, Letta est¨¢ convencido de que hay que apostar por unos partidos pol¨ªticos tradicionales ¡°m¨¢s abiertos, que tengan en cuenta Internet como herramienta de participaci¨®n¡±.
Sentirse europeos, seg¨²n el ex primer ministro italiano, en el cargo entre 2013 y 2014, no debe ser algo propio de los cosmopolitas. ¡°Hay que cambiar el mensaje acerca de Europa: Erasmus es algo positivo y pertenezco totalmente a esa generaci¨®n, pero es divisiva, ya que solo afecta a los universitarios que disponen de una familia que puede permitirse ayudarles. Europa tiene que ser percibida como aportadora de algo positivo, pero no solo de cara a los cosmopolitas y de aquellos que hablan varios idiomas, como pasa en muchos pa¨ªses de la Uni¨®n¡±.
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