La vida sin Lady Di, 20 a?os despu¨¦s
Guillermo y Enrique de Inglaterra se han convertido en el ant¨ªdoto de Buckingham ante los esc¨¢ndalos
Cuando Diana de Gales se convirti¨® en esposa de Carlos de Inglaterra, el 29 de julio de 1981, tuvo que ser examinada antes por los ginec¨®logos de Isabel II para corroborar su virginidad. Veinte a?os despu¨¦s de su muerte en un accidente de coche, su hijo Enrique est¨¢ a punto de anunciar su compromiso con Meghan Markle, la actriz protagonista de la serie Suits, divorciada y de origen afroamericano. Muchas cosas han cambiado en Buckingham Palace ¡ªque siempre se resiste a que las novedades traspasen sus muros¡ª y en ello tiene mucho que ver Lady Di, todav¨ªa una figura clave en la monarqu¨ªa brit¨¢nica. Si no que se lo digan a Camila, duquesa de Cornualles, la mujer que ocup¨® el lugar de Diana en la alcoba de Carlos de Inglaterra de manera oficial hace 12 a?os y que acaba de reconocer en p¨²blico lo que era un secreto a voces: "Fue horrendo, unos tiempos profundamente desagradables que no le desear¨ªa ni a mi peor enemigo. Los paparazis nos segu¨ªan a todas partes y nos acechaban como fantasmas. Ten¨ªamos unos prism¨¢ticos en el cuarto de ba?o para vigilarlos".
Todo ello fue consecuencia de aquella m¨ªtica frase de la princesa: ¡°?ramos tres en mi matrimonio, una multitud¡±. Diana desvel¨® as¨ª la infidelidad de su esposo, desmont¨® el cuento de hadas que el Reino Unido se hab¨ªa cre¨ªdo y puso en entredicho al heredero. Han hecho falta muchos a?os y muchos expertos en imagen para rehabilitar a Camila, que todav¨ªa es vista con recelo por una gran parte de brit¨¢nicos. Una reciente encuesta publicada en el Reino Unido apunta que el pr¨ªncipe Carlos tambi¨¦n vive sus momentos de popularidad m¨¢s bajos estos meses.
La separaci¨®n de los pr¨ªncipes de Gales fue un se¨ªsmo en palacio al que sigui¨® la de Sarah Ferguson casada con Andr¨¦s, el segundo hijo var¨®n de Isabel II y uno de los que m¨¢s problemas le ha dado estos 20 a?os a la soberana por sus comprometidos negocios y amigos poco recomendables. Andr¨¦s ahora est¨¢ en conflicto, adem¨¢s, con su hermano mayor quien reclama m¨¢s protagonismo para ¨¦l y para sus dos hijas Beatriz y Eugenia. Y es que el duque de York ve c¨®mo Guillermo y Enrique acaparan toda la atenci¨®n medi¨¢tica.
Los hijos de Diana se han convertido en su ausencia en el mejor ant¨ªdoto cuando llegan tiempos convulsos a palacio. La leyenda de la princesa ha dejado de ser una amenaza para la familia real para convertirse en su principal activo. Guillermo se ha consolidado como heredero del heredero a¨²n m¨¢s tras su boda con Kate Middleton. La duquesa de Cambridge, pese a no conocer a la madre de su esposo, ha sabido contribuir a mantener su recuerdo con su anillo de pedida en la mano, con sus trajes inspirados en ella, con la manera de vestir a los nietos que no conocer¨¢.
En estos d¨ªas de homenaje a la princesa del pueblo, Guillermo y Enrique se han prodigado en comparecencias p¨²blicas para recordarla, han participado en documentales especiales de la televisi¨®n en los que han hablado no solo de su adorada madre, tambi¨¦n de c¨®mo dos ni?os de 14 y 12 a?os afrontaron aquella tragedia en p¨²blico y en privado. En la BBC confesaron haber llorado en el palacio de Balmoral por su madre, donde les sorprendi¨® la noticia de su muerte, y se han mostrado orgullosos de no haberlo hecho en p¨²blico. Enrique ha desvelado que hasta que cumpli¨® los 30 a?os no pudo hablar con nadie de su madre y necesit¨® ayuda de especialistas para superar la p¨¦rdida. Tambi¨¦n han contado por primera vez qu¨¦ papel jug¨® su padre en esos d¨ªas: "Lo peor para un padre es decirle a sus hijos que su madre ha muerto. ?l estuvo all¨ª". Con los a?os Guillermo y Enrique han cerrado heridas y mantienen una cordial relaci¨®n con Camila.
Coincidiendo con el vig¨¦simo aniversario de la muerte de Diana, Felipe de Edimburgo su mayor detractor en la familia real brit¨¢nica se ha retirado de la vida oficial. Muchos apuntaron al marido de Isabel II como presunto instigador de la muerte de Lady Di, aquellos que creen que hubo un complot. Ninguna prueba avala esta teor¨ªa pero lo cierto es que ni el duque, ni nadie han podido con Diana de Gales que, con sus luces y sus sombras, se ha convertido en el modelo de princesa en el que muchas monarqu¨ªas del siglo XXI se inspiran.
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