Noche oscura

A los intelectuales independentistas les gustan las referencias po¨¦ticas. As¨ª, la edici¨®n del simposio Espa?a contra Catalu?a, con Josep Fontana al frente, evocaba en el t¨ªtulo una mirada hacia el desierto. Ahora, siempre jugando con la historia al servicio de la ideolog¨ªa, ante el desprop¨®sito que supone la propuesta de cambio radical en el callejero de Sabadell, vale la pena buscar una expresi¨®n catalana que refleje la triste situaci¨®n actual. Podr¨ªa servir En la foscor de la nit, donde foscor es m¨¢s que simple oscuridad, es negrura de la noche, hosquedad.

La opini¨®n p¨²blica se centr¨® en la eliminaci¨®n de la calle Antonio Machado, por espa?olista y jacobino, contaminadora de la conciencia catalanista que debe imperar entre "la nostra gent" en Sabadell. Al parecer, con el esc¨¢ndalo suscitado, don Antonio ha salvado la vida, o mejor dicho, la placa. Pero eso no debe ocultar las dos cosas y media que el penoso informe ha sacado a la luz. La media es que su autor, declarado historiador, no es tal, sino profesor de Filosof¨ªa. El caso recuerda al del llamado capit¨¢n Kopenick, aquel sastrecillo ultranacionalista de la Alemania guillermina que se visti¨® de militar y dio un golpe de Estado en su barrio. Celebrado por un coro de ultras, K¨¢iser incluido.

Importan sobre todo otras cosas. Primero, el ciego sectarismo evidenciado en la caza y captura de no-catalanes. La etiqueta ya es fabulosa: "excesos del modelo pseudo-cultural franquista" (sic) y en ese saco cae nada menos que Goya, a pesar de ser aragon¨¦s con "gran dominio del color". Tambi¨¦n se encuentra Jos¨¦ de Espronceda, de quien desconoce su condici¨®n de dem¨®crata que intent¨® formar en 1840 una Asociaci¨®n "de obreros" y gente del pueblo, al modo del primer republicano catal¨¢n, Abd¨®n Terradas. Contra Dolores Ib¨¢rruri, un par de citas en momento de exaltaci¨®n, 1936, le autoriza para ignorar la defensa de la Rep¨²blica y la pol¨ªtica de "reconciliaci¨®n nacional". Y, seg¨²n va haci¨¦ndose ya costumbre entre ultras nacionalistas, otro desprop¨®sito, "el mito" de la guerra de Independencia, abre la puerta a una limpia general.

El informe responde en plan cutre a una mentalidad que ha ido extendi¨¦ndose en Catalu?a cuyo objetivo es extirpar todo componente espa?ol de su cultura y de su historia. La identidad dual ha de ser borrada, siguiendo antecedentes siniestros del pasado siglo, cuya muestra m¨¢s ilustrativa fue el genocidio cultural practicado en Tirol del Sur por la Italia fascista. Franco lo intent¨® sin lograrlo en la misma Catalu?a y en Euskadi. Debieran ser los historiadores del desierto quienes los primeros clamasen contra semejante barbarie. Callan porque la causa es com¨²n.

?Antonio Elorza es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica.