Por la unidad, contra la intransigencia

Transcurrida una semana de los atentados de Barcelona y Cambrils, el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, que ha demostrado que solo sabe hacer pol¨ªtica en la confrontaci¨®n, ha hecho todo lo posible por poner fin al consenso que, siquiera fugazmente, se hab¨ªa impuesto en la escena pol¨ªtica de un pa¨ªs conmocionado. Y para empeorar las cosas, lo ha hecho ¡ªdebemos presumir que con toda la intenci¨®n¡ª, en v¨ªsperas de la manifestaci¨®n que todas las fuerzas pol¨ªticas hab¨ªan convocado hoy en Barcelona con el objetivo de hacer patente la unidad contra el terrorismo yihadista y servir de base para forjar un nuevo consenso pol¨ªtico en la lucha contra esta lacra.

Sus acusaciones al Gobierno de haber jugado, por motivos pol¨ªticos, con la seguridad de los catalanes al retener fondos y aumentos de plantillas para los Mossos son infundadas y no responden a la realidad. Su objetivo manifiesto es sembrar dudas sobre la actuaci¨®n del Gobierno para, a continuaci¨®n, utilizar los atentados para allanar el camino de la independencia.

Seg¨²n Puigdemont, los atentados no deben cambiar la agenda secesionista, pues seg¨²n ¨¦l eso ser¨ªa dejar que el terrorismo conformara la agenda pol¨ªtica. Y, sin embargo, a rengl¨®n seguido utiliza los atentados para justificar la necesidad de la independencia pues, seg¨²n su particular lectura, solo un Estado independiente catal¨¢n podr¨ªa luchar eficazmente contra el terrorismo. Todo un disparate cuando precisamente la lecci¨®n m¨¢s evidente de estos atentados es la necesidad de contar con una cooperaci¨®n presidida por la m¨¢xima lealtad y confianza entre personas e instituciones. Todo lo contrario de lo que siembra Puigdemont en sus declaraciones.

Las acusaciones al Gobierno por retener fondos para los Mossos no responden a la realidad

Si hay algo evidente en la gesti¨®n informativa y operativa que la Generalitat ha hecho de los ataques terroristas ha sido su empe?o en invisibilizar al resto del Estado, especialmente al Gobierno, el Ministerio del Interior, la polic¨ªa y la Guardia Civil. El protagonismo que el Govern y los Mossos han asumido ten¨ªa una intencionalidad que iba m¨¢s all¨¢ de la puramente operativa: se trataba de utilizar los atentados, para demostrar que Catalu?a ya estaba madura para la independencia y que pod¨ªa asumir con toda eficacia y normalidad competencias estatales en materia de terrorismo.

Que el Gobierno de la naci¨®n se haya prestado indirectamente a esta estrategia, con su pr¨¢ctica desaparici¨®n de la escena durante m¨¢s de una semana, tiene que ver en parte con los calendarios e imperativos impuestos por la investigaci¨®n de los atentados, que primaba el papel de los Mossos como fuerza policial integral y plenas competencias desplegada en el escenario de los atentados. No obstante, tambi¨¦n es evidente que se ha debido a un c¨¢lculo pol¨ªtico de oportunidad basado en la intenci¨®n de no querer ser visto como el desencadenante de fricciones o dificultades que pudieran volverse en su contra.

Concluida la primera fase de la operaci¨®n policial, llega ahora el turno de la investigaci¨®n de los hechos, que solo la Audiencia Nacional y el Ministerio del Interior pueden dirigir. Igual que el Gobierno ha sido leal y respetuoso con el papel de los Mossos y el Govern ¡ªya hemos dicho, hasta la exageraci¨®n¡ª, toca ahora a la Generalitat aceptar el liderazgo del Estado y trabajar lealmente al lado de la polic¨ªa, la Guardia Civil, jueces y magistrados y servicios de inteligencia.

La Generalitat ha intentado invisibilizar al resto del Estado, sobre todo al Gobierno

Como se?al¨® ayer el presidente del Gobierno pese a su tard¨ªa aparici¨®n ¡ªuna semana es demasiado tiempo de ausencia en estas circunstancias¡ª, corresponde ahora al Gobierno y a las fuerzas pol¨ªticas con representaci¨®n parlamentaria abrir un proceso de evaluaci¨®n y reflexi¨®n sobre qu¨¦ lecciones debemos extraer de estos atentados, incluyendo el examen de la conveniencia de abrir una comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria. Una reflexi¨®n que, como no pod¨ªa ser de otra manera, deber¨ªa incluir tambi¨¦n a los Mossos d¡¯Esquadra y que el Govern hace mal en rechazar atribuy¨¦ndolos a ¡°intentos de desprestigio¡±. Rendir y exigir cuentas es la esencia de la democracia, y tanto pol¨ªticos como responsables policiales deben ser los primeros interesados en aprender de los hechos para mejorar su actuaci¨®n.

En estas circunstancias tan dif¨ªciles, hacemos un llamamiento a que la manifestaci¨®n de hoy en Barcelona sirva no solo para escenificar el dolor ciudadano y la repulsa ante los atentados sino para construir una agenda pol¨ªtica realista que sit¨²e en el centro la unidad de acci¨®n y la eficacia contra el terrorismo. Ya basta de oportunismo y de fanatismo en esa quimera independentista que nos divide y nos hace a todos m¨¢s vulnerables.