Gianni Versace: chaperos y asesinos
Uno de los dise?adores m¨¢s venerados muri¨® hace 20 a?os a tiros en las escaleras de su casa en Miami. La polic¨ªa y los medios sembraron el p¨¢nico con bulos de homicidas travestidos
Los disparos que el 15 de julio de 1997 cortaron en seco la vida de Gianni Versace ensangrentaron tambi¨¦n dos universos de ensue?o: la moda y Miami Beach. La personalidad de la v¨ªctima, que ten¨ªa 50 a?os, y el escenario del crimen, ahondaron la sorpresa y la conmoci¨®n provocadas por el asesinato. Este es el relato, rescatado del archivo de EL PA?S, sobre unos d¨ªas de frenes¨ª y conmoci¨®n, de la caza policial de un esquivo camale¨®n y de la revelaci¨®n de secretos de alcoba de la vida de una de las estrellas m¨¢s rotundas del firmamento del lujo.?
?1.- Martes: el crimen
El dise?ador italiano fue abatido cuando regresaba a pie a su casa frente a la playa de Miami Beach. Poco despu¨¦s de las siete de la ma?ana, Versace sali¨® de su casa y camin¨® hasta el cercano News Cafe. All¨ª, seg¨²n cont¨® el camarero Michael Kislingbury, desayun¨® y compr¨® un peri¨®dico italiano. Luego, regres¨® tranquilamente a casa. Estaba abriendo con llave la verja de entrada cuando, poco antes de las nueve horas, un joven se le acerc¨® y le dispar¨® en la nuca al menos dos veces. El joven, descrito por un testigo como un blanco de entre 20 y 25 a?os de edad, vestido con camisa blanca, pantal¨®n corto gris y mochila negra, escap¨® a la carrera. El dise?ador cay¨® instant¨¢neamente y su sangre ti?¨® los escalones de la entrada. Cuando a los pocos minutos fue introducido en una ambulancia, estaba muerto.
Ocean Drive, la calle escaparate de Miami Beach, es esa imagen tantas veces reproducida en el cine y la televisi¨®n: una larga hilera de casas y villas de dos o tres alturas, mayoritariamente de estilo art dec¨®, frente a una playa de arena blanca y altivas palmeras. Versace ten¨ªa all¨ª una villa de estilo espa?ol con un p¨®rtico renacentista. De hecho, el dise?ador era la ¨²nica persona que habitaba la zona, puesto que todas las dem¨¢s viviendas est¨¢n dedicadas al ocio, la moda y la m¨²sica. A Versace le gustaba pasar all¨ª largas temporadas entre el ajetreo de las presentaciones de colecciones en Mil¨¢n, Par¨ªs o Nueva York. Dec¨ªa que Miami Beach no s¨®lo le gustaba, sino que le inspiraba.
?2.- Conmoci¨®n en la moda
Italia acogi¨® con incredulidad y consternaci¨®n la noticia del asesinato del estilista. El desarrollo del crimen hizo que se hablara de una ejecuci¨®n de estilo mafioso. Los hermanos de Versace, Donatella y Santo, con los que ten¨ªa en pie su imperio, obten¨ªan la suspensi¨®n de los desfiles de alta costura que ten¨ªan que empezar el d¨ªa posterior a la muerte. La primera noche iba precisamente a dedicar los 20 o 25 minutos iniciales a Versace, que hab¨ªa decidido no acudir por alg¨²n quiebro de salud -el a?o anterior venci¨® un c¨¢ncer, que estuvo a punto de provocarle como m¨ªnimo una par¨¢lisis facial-.
Declaradamente homosexual, tras su victoria sobre el c¨¢ncer se empe?¨® a fondo en batallas como la defensa de los derechos civiles y la lucha contra el sida, mientras continuaba con su lema de cambiar y revolucionar la moda como forma de mantenerse joven.
Por Karmentxu Mar¨ªn, Roma, 16 julio 1997
La gran tienda parisina de Gianni Versace, la m¨¢s espectacular en una calle rebozada en lujo, ech¨® el cerrojo en se?al de luto en cuanto se conoci¨® el asesinato del propietario, y un empleado ajust¨® ropa negra en un maniqu¨ª del escaparate.
El inmenso portal¨®n del comercio, a pocos metros del palacio presidencial del El¨ªseo, permaneci¨® rodeado de c¨¢maras y curiosos durante toda la tarde. En el interior reinaba la estupefacci¨®n. "Es imposible", se limit¨® a comentar un empleado, al borde de las l¨¢grimas, que ignoraba cu¨¢ndo ser¨¢ reabierta la tienda.
?3.- Mi¨¦rcoles: El prostituto asesino
No fue la mafia, sino otro fen¨®meno criminal t¨ªpicamente norteamericano: el asesino en serie. Esa es la explicaci¨®n del asesinato de Versace que manejaroN la polic¨ªa de Miami Beach y el FBI. Los investigadores le han puesto nombre y rostro, aunque no motivo. Se llama Andrew Cunanan y es un chapero (prostituto) de lujo de 27 a?os. Cunanan, seg¨²n los investigadores, segu¨ªa por Miami o sus alrededores, por lo que, de paisano o de uniforme, cientos de agentes buscaban sus huellas en apartamentos de alquiler, pensiones y hoteles, aparcamientos de autom¨®viles y clubes de homosexuales.
La numerosa comunidad gay de Miami a?ad¨ªa el acoso policial al trauma de la muerte de Gianni Versace y la angustia por la presencia en los alrededores del asesino en serie. De pelo bien cortado, cejas espesas y bien perfiladas, gafas de dise?o reciente y rostro agradable, Cunanan ya figuraba antes del asesinato del dise?ador italiano en la lista de las 10 personas m¨¢s buscadas por el FBI. Se le atribu¨ªan las muertes de un ingeniero y de un arquitecto de Minneapolis, un empresario inmobiliario de Chicago y un celador del cementerio de Pennsville (Nueva Jersey).
El FBI, que sospechaba que Cunanan estaba en Palm Beach, lo vincul¨® a la muerte de Versace porque un testigo ocular del crimen sigui¨® al asesino hasta un aparcamiento. El asesino se cambi¨® all¨ª de ropa -la que llevaba estaba te?ida por la sangre del dise?ador- en una camioneta roja Chevy. Tras apercibirse de la presencia del testigo y amenazarle con una pistola, huy¨® a pie. La camioneta roja era la robada al celador de cementerio de Pennsville.
?Conoc¨ªa Versace al sospechoso? Los investigadores no sab¨ªan ayer la respuesta a esa pregunta, o no quer¨ªan facilitarla. Se limitaban a se?alar que Cunanan se ceba en homosexuales y que el dise?ador italiano lo era. Cunanan, seg¨²n contaban, es el cuarto hijo de una familia acomodada de California, hizo estudios superiores y se le tiene por alguien culto, educado y sensible.
Por Javier Valenzuela, Miami, 17 julio 1997
?4.- D¨ªas de inc¨®gnitas: ?qui¨¦n es Cunanan?
El FBI cree que Andrew Cunanan pas¨® dos meses en Miami Beach antes de asesinar a Gianni Versace. Un hombre muy parecido al hombre m¨¢s buscado en Estados Unidos estuvo viviendo durante ese periodo en el Normandy Plaza Hotel, que abandon¨®, sin pagar la ¨²ltima cuenta, el d¨ªa del asesinato del dise?ador italiano. Seg¨²n Roger Falin, gerente del establecimiento, aquel huesped, con pasaporte fanc¨¦s y carn¨¦ de conducir norteamericano, "llevaba casi siempre gafas de sol, era limpio y educado y hablaba muy suavemente". Esa misma persona era cliente habitual de una pizzer¨ªa de Miami Beach y de un sex shop, donde compraba revistas porno para gays.
El FBI dispone tambi¨¦n de varios v¨ªdeos de seguridad de establecimientos de la zona que muestran a un hombre parecido a Cunanan en el d¨ªa del asesinato de Versace. Cunanan era un maestro en el arte del disfraz. Puede llevar gafas o lentillas, peinarse de distintas maneras, ganar o perder peso con rapidez, adoptar un aspecto elegante o vulgar, hacerse pasar por latino o asi¨¢tico y hablar ingl¨¦s, franc¨¦s y espa?ol. Ni la polic¨ªa de Miami Beach ni el FBI han dado todav¨ªa la menor indicaci¨®n de cu¨¢l pod¨ªa ser el v¨ªnculo entre Cunanan y Versace, excepto la homosexualidad de los dos.
Seg¨²n fuentes m¨¦dicas citadas ayer por un diario de California, Cunanan estar¨ªa infectado por el virus del sida y su periplo criminal -se le acusa de un m¨ªnimo de cinco asesinatos, incluido el del dise?ador- podr¨ªa estar motivado por el deseo de buscar venganza.
Por Javier Valenzuela, Miami, 20 julio 1997
?5.- Paranoia en Miami
El FBI no descartaba la posibilidad de que el sospechoso del asesinato del dise?ador italiano hubiera acudido disfrazado, incluso de mujer, a la misa de r¨¦quiem celebrada en la iglesia cat¨®lica de San Patricio, un edificio estilo meridional espa?ol, como tantos otros en Florida. Cree que Cunanan estuvo el pasado martes entre los curiosos que, tras conocer la noticia del asesinato del dise?ador italiano, se agolparon frente al palacete de Versace en Ocean Drive. "Est¨¢ intentando jugar con nosotros al gato y al rat¨®n", declar¨® un portavoz del FBI.
La angustia provocada por la presencia del asesino en Miami se est¨¢ convirtiendo en paranoia. La polic¨ªa recibe decenas de llamadas con falsas pistas; la gente comenta cada dos por tres: "Oye, ¨¦se de ah¨ª se parece a Cunanan, ?no?", y si los locales de juerga de Ocean Drive y el resto de Miami Beach est¨¢n a tope, los espec¨ªficamente gays est¨¢n pr¨¢cticamente vac¨ªos.
Por Javier Valenzuela, Miami, 19 julio 1997
?6.- Asesino muerto, muchas inc¨®gnitas
El culebr¨®n del verano estadounidense termin¨® donde empez¨®, en Miami Beach, y como hab¨ªa comenzado: de forma oscura y violenta. El descubrimiento del cad¨¢ver de Andrew Cunanan en una barcaza vivienda de Miami Beach aport¨® muchas m¨¢s preguntas que respuestas. "Cunanan, aparentemente, se suicid¨®", dijo la polic¨ªa. Poco antes, decenas de agentes hab¨ªan organizado un asalto en toda regla durante m¨¢s de cuatro horas a la barcaza vivienda. Era, seg¨²n los investigadores, un asesino en serie en una enloquecida fase terminal.
Cunanan se hab¨ªa convertido en una obsesi¨®n nacional: ocupaba los principales espacios de los diarios y los informativos de las radios y televisiones, se le ve¨ªa en todas las esquinas del inmenso EE UU, se dec¨ªa que estaba disfrazado de drag queen, se le imaginaba buscando nuevas v¨ªctimas entre sus amistades homosexuales, se rumoreaba que buscaba venganza de alguien que le hab¨ªa transmitido el virus del sida. Pero segu¨ªa sin saberse cu¨¢l era su relaci¨®n con Versace, si es que tuvo alguna, aparte del hecho de que ambos eran homosexuales. Y tambi¨¦n se ignoraba por qu¨¦ mat¨® al dise?ador.
Todo empez¨®, seg¨²n la versi¨®n policial, cuando el empleado de mantenimiento de una de las barcazas vivienda situadas en el canal que flanquea Miami Beach fue corriendo a la polic¨ªa para decir que hab¨ªa ido a hacer la limpieza y se hab¨ªa encontrado en el interior con un tipo que parec¨ªa Cunanan. La barcaza vivienda, de dos alturas, amarrada a diez minutos en coche de Ocean Drive y frente al hotel donde se alojaron durante d¨ªas muchos periodistas enviados a cubrir el asesinato de Versace, estaba te¨®ricamente deshabitada.
Su propietario, el alem¨¢n Torsten Reineck -que lleva el club gay Apollo Spa de Las Vegas y que la polic¨ªa de su pa¨ªs busca desde hace a?os por estafa-, se encontraba de vacaciones. La siguiente escena parec¨ªa extraida de la serie televisiva Miami vice. En helic¨®pteros, lanchas y carros blindados, m¨¢s de un centenar de agentes de la polic¨ªa de Miami Beach y el FBI, con cascos, chalecos antibalas y rifles de asalto, cercaron durante cuatro horas la barcaza, arrojando al interior decenas de granadas lacrim¨®genas.
Luego, una avanzadilla entr¨® y sali¨® diciendo que all¨ª no hab¨ªa nadie, tan s¨®lo una humareda insoportable. Un segundo grupo hizo una nueva inspecci¨®n y encontr¨® el cad¨¢ver de un hombre joven con el rostro destrozado. La polic¨ªa inform¨® de que pod¨ªa ser Cunanan, pero que ten¨ªa que hacer algunas pruebas. Ya hab¨ªan pasado 14 horas desde el comienzo del asalto y era la madrugada de ayer en EE UU cuando de la barcaza sali¨® un cad¨¢ver envuelto en un pl¨¢stico azul. La polic¨ªa dijo que, definitivamente, era el del sospechoso del asesinato de Versace. Hab¨ªan comparado sus huellas dactilares con una dejada por Cunanan en una almoneda de Miami donde, antes del crimen de Ocean Drive, vendi¨® una moneda de oro... y ibingo!?
Por Javier Valenzuela, Washington, 25 julio 1997
?7.- Sexo hasta morir: el informe policial
Cinco meses y medio despu¨¦s del asesinato del dise?ador de moda Glanni Versace en Miami, la polic¨ªa local cerr¨® su investigaci¨®n con la conclusi¨®n de que el asesino, Andrew Cunanan, actu¨® solo y se suicid¨® con la misma pistola con la que dispar¨® a Versace. El informe tiene unas 700 p¨¢ginas y revela datos sobre la vida sexual del modisto aunque no descubre el m¨®vil del homicidio.
Seg¨²n el informe, al menos dos testigos declararon a la polic¨ªa que Versace y su compa?ero sentimental, Antonio D'Amico, sol¨ªan contratar a prostitutos. Estos eran llevados a la mansi¨®n de Versace y se les hac¨ªa entrar por la puerta trasera. "D'Amico afirm¨® que sosten¨ªan esas relaciones con otros hombre por acuerdo mutuo, y que en otros sentidos eran fieles el uno al otro", se dice en el informe.
La polic¨ªa tom¨® declaraciones a un chapero llamado Alex que afirm¨® haber ido a casa de Versace en numerosas, ocasiones entre 1990 y 1995 para mantener relaciones sexuales. "Alex dijo que tuvo relaciones sexuales tanto con D'Am¨ªco como con Versace, pero que ten¨ªa la impresi¨®n de que el montaje se hac¨ªa m¨¢s por iniciativa de D'Amico que del dise?ador", contin¨²a el informe.
En otra entrevista, un amigo de Andrew Cunanan, Steven Frederick Nauck, de Long Beach (California) , afirm¨® que el asesino sol¨ªa fantasear con esclavizar a alguien y ''foll¨¢rselo hasta matarlo". Nauck, que se describi¨® a s¨ª mismo como "un hermano menor de Cunanan", dijo que el asesino no era una persona sensual -"era incapaz de un amor rorn¨¢ntico"-, y que se guardaba de mostrar afecto en p¨²blico.
Nau'ck lo describi¨® como un hombre muy activo, con una gran memoria, "aparentemente fascinado con el r¨¦gimen de Hitler". La investigaci¨®n concluye que no se ha encontrado ning¨²n lazo que ligue a Versace con Cunanan. Sin embargo, aporta la declaraci¨®n de un testigo, el abogado de San Francisco Eliot Gould, quien dice haber presenciado un encuentro entre Versace y Cunanan en 1990 o 1991. Seg¨²n Gould, Versace se acerc¨® a Cunanan y le dijo: "Te conozco de algo, ?del Lago Como, tal vez?. Y Cunanan respondi¨®: "Gracias por recordar un momento tan agradable". Al inicio de la investigaci¨®n se consider¨® la posibilidad de que el asesino hubiera sido contratado.
Junto al cad¨¢ver del modista se encontr¨® una paloma muerta, que pod¨ªa ser la firma de una banda mafiosa, pero no se han encontrado pruebas que respalden esta hip¨®tesis. Tambi¨¦n se ha confirmado que Cunanan ya se hab¨ªa suicidado en la casa flotante donde se hab¨ªa escondido antes de ser cercado por la polic¨ªa. Sin embargo, la principal inc¨®gnita de este asesinato ha quedado sin respuesta. La polic¨ªa no ha podido establecer el m¨®vil que condujo a Andrew Cunanan a disparar sobre Gianni Versace, a plena luz del d¨ªa y en la v¨ªa p¨²blica.
Se consider¨® la posibilidad de que el asesino quisiera robar la cartera del modista o que quisiera "irse seguido de un halo de gloria" tras el asesinato de alguien tan famoso, ya que Cunanan era perseguido ya por la muerte de otras tres personas. La ¨²nica zona oscura en el informe es la posibilidad de que Cunanan fuera seropositivo y que eso lo hubiera llevado a actuar de esa forma desenfrenada. Pero el encargado de la investigaci¨®n, el jefe de la polic¨ªa de Miami Richard Barretto, dijo no estar autorizado a revelar ese dato confidencial del asesino. El diario Miami Herald public¨® el pasado mes de agosto que Cunanan no ten¨ªa el virus del sida.
Por Agencias, Miami, 2 enero 1998