El absurdo frente al espejo

La manera m¨¢s r¨¢pida y efectiva de desacreditar una posici¨®n absurda es ponerla frente a un espejo. El Estado espa?ol debe dejar que se vote en Catalu?a. Y, al mismo tiempo, debe poner urnas en las provincias de Tarragona y Barcelona, y otras separadas en Barcelona ciudad. Cuando el resultado de todas estas votaciones exponga el rompecabezas de una rep¨²blica catalana sin la provincia de Tarragona, sin Barcelona ciudad, y tal vez sin la provincia de Barcelona, quiz¨¢ algunos cambien de discurso. Porque si Espa?a es divisible por la voluntad democr¨¢tica de una parte, Catalu?a tambi¨¦n debe serlo; y los que exigen lo primero no pueden en forma alguna discutir lo segundo. La democracia vale para todos. Para Catalu?a, para la provincia de Barcelona, y para la ciudad de Barcelona. Urnas para todos. Y tal vez acabe Sants en Espa?a, El Raval en la Rep¨²blica catalana y la casa de mi abuela en Gr¨¤cia formando un Estado independiente. El absurdo frente al espejo.¡ª Alberto Gonz¨¢lez Fair¨¦n. Madrid.

Viendo la manifestaci¨®n contra el terrorismo en Barcelona he sentido estupor, verg¨¹enza, pena y asco. Llevo muchos a?os viviendo en Catalu?a, donde he fundado una familia, mis hijos son catalanes. Qu¨¦ ha pasado en este hermoso pa¨ªs, qui¨¦n ha envenenado de odio a sus siempre ejemplares ciudadanos acogedores y amables. El homenaje a unas v¨ªctimas que deb¨ªa transcurrir en absoluto silencio, sin ninguna bandera, se convirti¨® por no s¨¦ qu¨¦, en una tempestad de odio visceral de unos contra otros. Qu¨¦ profunda pena y qu¨¦ temor a lo que nos espera. Suerte que estoy a punto de cumplir 90 a?os.¡ª Salvador Garc¨ªa P¨¦rez. Barcelona.