Los est¨¢ndares europeos

Hace unos d¨ªas Javier Solana escrib¨ªa en un art¨ªculo ¡°nos tomamos la licencia ret¨®rica de equiparar a la Uni¨®n Europea con Europa¡±. Y efectivamente equiparar Europa con la UE es un error o, al menos, no es toda la verdad. Es importante recordarlo porque ante los desmanes iliberales de algunos reg¨ªmenes europeos son varios los resortes pol¨ªticos y jur¨ªdicos que pueden entrar en juego, m¨¢s all¨¢ de la Uni¨®n Europea. Esta organizaci¨®n no est¨¢ sola en la defensa de la democracia y los derechos y libertades que le son inherentes.

El Consejo de Europa (CdE) est¨¢ compuesto hoy por 47 Estados: todos los actualmente miembros de la UE (28 Estados) y 19 Estados m¨¢s. El Consejo de Europa, que cuenta con un secretario general, una Asamblea Parlamentaria, un Comit¨¦ de Ministros y un comisario de Derechos Humanos como estructura b¨¢sica, se ha convertido en un referente ineludible en la elaboraci¨®n de est¨¢ndares m¨ªnimos comunes para todos sus miembros relativos al Estado de derecho, la democracia y los derechos humanos. Estos est¨¢ndares han sido creados a lo largo de los a?os, gracias a mucha y paciente colaboraci¨®n jur¨ªdica, pero tambi¨¦n pol¨ªtica y diplom¨¢tica. Algunos organismos del CdE se han convertido en aut¨¦nticos referentes en la detecci¨®n de malfuncionamientos de elementos claves de nuestras democracias. Este trabajo de defensa de los derechos humanos supuso que, tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, se exigiera a los Estados del antiguo bloque sovi¨¦tico que para entrar en la UE ratificaran previamente el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH) y se sometieran a la jurisdicci¨®n del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Para los Estados excomunistas entrar a forma parte del sistema europeo de tutela de derechos se convirti¨® en una especie de ITV previa a su entrada a la UE. De hecho, incluso cuando todav¨ªa estaba en la agenda una posible entrada de Turqu¨ªa en la UE, tambi¨¦n este pa¨ªs fue acomodando sus est¨¢ndares de derechos humanos a los fijados en Estrasburgo. Y ello porque el Convenio fue concebido en 1950 como el cat¨¢logo de derechos m¨ªnimos que todo Estado que se proclamara Estado de derecho democr¨¢tico deb¨ªa cumplir y el Tribunal como el guardi¨¢n de dichos derechos.

Turqu¨ªa, Polonia y Hungr¨ªa est¨¢n en el punto de mira de estas instituciones

Esta jurisdicci¨®n se ha encargado de velar por el cumplimiento de aquel n¨²cleo duro ¡ªque se ha ido extendiendo con el paso de los a?os¡ª y ha generado un cuerpo de jurisprudencia que ven¨ªa siendo, en general, respetado por todos los Estados parte. En definitiva, el Consejo de Europa ha dotado a esta regi¨®n de cautelas y garant¨ªas pol¨ªticas y jur¨ªdicas de respeto de los derechos y libertades fundamentales.

?ltimamente, sin embargo, estas cautelas parecen estar fallando respecto de Estados que est¨¢n poniendo en jaque al modelo democr¨¢tico europeo, atacando de forma sistem¨¢tica a algunos de sus valores y principios fundacionales comunes.

La contestaci¨®n del Gobierno de Erdogan al golpe de Estado del verano pasado ha supuesto que Turqu¨ªa haya sufrido una notable involuci¨®n en relaci¨®n con los derechos humanos (ya ten¨ªa problemas serios, por ejemplo, con desapariciones de kurdos). El secretario general del CdE ha intervenido varias veces intentando hacer que el Gobierno turco reconsiderara sus medidas que violentan los est¨¢ndares m¨¢s elementales.

Sobre la situaci¨®n en Polonia se han pronunciado el secretario general y la Asamblea Parlamentaria (para quien la reforma del Tribunal Constitucional supone un ataque a la separaci¨®n de poderes). Tambi¨¦n Hungr¨ªa y las pol¨ªticas de restricci¨®n de la pluralidad pol¨ªtica y la libertad de expresi¨®n est¨¢n en el punto de mira de estas instituciones. Precisamente su rechazo a las cuotas de refugiados ha motivado la reciente sentencia del Tribunal Europeo de Justicia, que las ha convalidado; una decisi¨®n contra la que Budapest ha protestado con virulencia.

La UE es la organizaci¨®n de la integraci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica y el Consejo de Europa, la que garantiza y desarrolla los est¨¢ndares en materia de derechos humanos que, por cierto, la Uni¨®n asumi¨® como propios. Se configura as¨ª un espacio jur¨ªdico europeo com¨²n como base de la cultura constitucional europea ¡ªen palabras de Pedro Cruz Villal¨®n¡ª y de la que traen causa estas organizaciones trasnacionales. Por ello las instituciones que las rigen y los Estados que las conforman deben utilizar todos los mecanismos jur¨ªdicos y pol¨ªticos a su alcance para impedir la deriva autoritaria de algunos de nuestros vecinos.

Argelia Queralt Jim¨¦nez es profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona y directora editorial de Agenda P¨²blica.